40: Veneno para el amor

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La espera no fue larga, el barco ya estaba de regreso y todos iban de regreso a Londres, Draco, Wynne y Hermione con un bebe a bordo… por otro lado Harry, Mónica con otro bebé a bordo, así como las pociones para evitar los mareos durante el viaje de regreso.

Mientras tanto, en Londres, se suscitaba que Ron se había vuelto un juerguista y estaba de fiesta en fiesta, hasta que claro, Lavender se harto y le reclamó esa noche cuando estaban fuera del pub

-¡Ron, por favor! – Chillaba Lavender - ¿Por qué me haces esto? ¡Hermione ya no es tu novia y yo te amo!

-Suficiente Lav…

-¡Respétame, por favor! sabes que yo te amo…

-¡Pero yo no! – Bufó el pelirrojo

-¡Yo te quiero mucho, muero por ti! Pensé que ahora que habías terminado con ella me tomarías en serio

-¡Claro que no! Hermione se largó a no se donde, pero se que regresará y lo hará conmigo…

-¡Ella ama a Malfoy!

-NO, CLARO QUE NO – gritó el pelirrojo – Ya me hartaste Lavender, desaparece

-¿Cómo puedes decirme eso cuando yo te amo?

-Ya te dije que yo no, oye, ni siquiera eres buena en la cama – Se mofó

¡PLAF!

Una sonora bofetada cruzó el rostro del pelirrojo quien se volvió con furia hacia Lavender que temblaba y le miraba con rabia, con dolor, con vergüenza, ella que lo amaba tanto y él… el que era un tonto que no apreciaba su amor

-No me vuelvas a poner una mano encima – Espetó Ron - ¡Y no me busques más! Eres patética Lavender…

La muchacha se quedó ahí, en ese rincón oscuro, temblando, destrozada, finalmente lo que no quería ver, salía a relucir, Ron nunca la había querido, solo la había usado para sus acostones y ahora decía que ni en eso ella era buena, se sentía tan patética, tan mal…

Y entró en esa fase que nunca deberían pasar, aquello no podía ser más terrible, cuando Lavender llegó a su casa, su rostro era otro, estaba como ida, perdida, destrozada, fue directo a la botica y ella tomó varias cosas que tenía… una a una comenzó a beberlas…

Lentamente la mezcla de los líquidos intoxicantes la invadieron, pero ella no quería saber nada del mundo, nada valía la pena sin Ron, nada… bebía el último cuando su mejor amiga entraba, Parvati, quien la había estado esperando desde hacia horas, preocupada por ella

-¡Lavender! – chilló al verla terminar de tomar el ultimo trago

La rubisa le miró con serenidad mientras su cuerpo comenzaba con los espasmos y a sacar espuma por la boca, para darse un golpe seco en el piso y convulsionar, ante los atónitos ojos de Parvati.

Suerte que la muchacha actuó de inmediato y la tocó para aparecerse en las afueras de San Mungo, justo cuando alguien más llegaba a esas horas, llamado de anticipación

-¿Qué sucede? – Preguntó Tatum al ver a Parvati intentando jalarla al interior

-¡Se intoxico, se intoxico! – Gritó la chica y Tatum al ver el semblante casi verdoso de muerte de Lavender de inmediato tomó su maletín y sacó un contraveneno que lo introdujo en su boca para que lo tragara

Claro que no era suficiente, la cargó en brazos y la metió de inmediato al sanatorio, Tatum era sumamente habilidoso, la pócima que le dio, le dio la oportunidad de que le dieran bezoar y otras pociones más para salvarle la vida, lo que dio por resultado que Lavender sacara todo lo que había ingerido…

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora