Un Dragón bajo la tormenta

83: ¡Gózala moreno!

Mientras que Hermione y su prole de hijos se iban a la Mansión Malfoy, otra que terminaba de alimentar a su hijo, era Luna, lo colocó de nuevo en la cuna, ya incluso hacía otras funciones como bañarlo y cambiarle la ropita, por supuesto que Annie ya la había visto, pero solo la espiaba, no se acercaba por el momento a Luna, ya que aún estaba sentida

Cuando ella hubo terminado con su bebé, se quedó un poco más, la verdad es que cada día le daban menos ganas de irse, eso de espiar a Blaise mientras se cambiaba… pero aún no se atrevía a entrar a esa habitación, siempre regresaba al otro lado del espejo

¡Claro! Que por otro lado, les diré que seguían con los picones para Luna, porque otra mujer más estaba con Blaise en ese momento y con una idea de esas poco ortodoxas

-¿Crees que sea buena idea? – Masculló Blaise medio incómodo

-¡Claro que si! – Sonrió Alioth – Se me ocurrió mientras estaba sola en la mansión, con eso de que regresaron al hospital, la casa se quedó sola…

-Y cuando estás sola, se te ocurren estas ideítas

-¡Pues si! – Sonrió y de pronto un artefacto como un trompo comenzó a girar en la mesa y ella saltó - ¡Ya viene!

-Merlín…

Luna iba directo a esa habitación ¡Por si acaso veía algo! Y de pronto, escuchó risas y frunció el entrecejo ¿risa femenina? Y no era de ninguna de las niñas, era una voz adulta… cuando se acercó a la puerta y se asomó, se quedó espástica ¿Quién era esa intrusa?

-¡Vamos Blaise, un masaje para el estrés! – Decía Alioth de modo escandaloso - ¡Tengo aquí el ambiente perfecto, rosas aromáticas, aceites dulces y relajantes, cremas deliciosamente frescas!

-Si, lo necesito – Apareció Blaise solo con una toalla en su cintura

-¡No tengas pena! Te quitas la toalla, te acuestas en la cama y yo me encargo de masajear todo tu cuerpo…

Luna abrió sus enormes ojos azules de par en par ¿Qué, como, cuando? ¿Cómo es que esa tipeja iba a darle masajes al que se decía era su esposo? ¿Y desnudo? Aquello hizo que Luna por primera vez, sintiera una terrible punzada en su ser que no le agradó nada

-¡Fuera toalla, Blaise! – Dijo Alioth y palmeó la cama – Acostadito primero boca abajo, luego boca arriba…

La sola imagen en la mente de Luna, de esa intrusa pasando sus manos por el cuerpo de Blaise… eso la llenó de una ira inusitada ¿Cómo que otra mujer iba a acariciar el cuerpo de su esposo? ¡Esta bien! No lo recordaba ¡Pero eso no significaba que iba a permitir que el se mostrara desnudo delante de esa intrusa y que ésta lo manoseara con esos disque masajes!

Así que la puerta se abrió de golpe y Luna entró justo cuando Blaise vacilaba con la toalla y Alioth jugaba con un poco de crema líquida en las manos… claro que al ver el rostro de Luna, dudó, ella sabía que la señora Zabini no era nada agresiva pero… pero ella no sabía como podría reaccionar

-¿Qué pasa Luna? – Preguntó Blaise intentando ser natural

-¿Qué pasa aquí? – Gruñó la rubia

-Hola Luna, solo voy a darle un masaje a Blaise, el pobre está muy tenso y necesita relajarse… ¡Mira todos esos músculos tensos! Necesita… relajarse…

-Vete – le dijo Luna de pronto, de modo resuelto

-¿Cómo?

-¡Que te vayas! – Chilló, Blaise y Alioth intercambiaron miradas, Luna no tenía su varita mágica, pues ésta la habían guardado cuando ella desapareció, pero no se podría decir que mostrara un carácter agresivo ¡Ella era tan tranquila!