46: Lo siento mi ex amor

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Hermione fue al ministerio esa mañana, recibió una buena reprimenda de sus superiores, pero no la despidieron, finalmente necesitaban su gran cerebro para resolver algunos asuntos, así que era demasiado indispensable, Draco no deseaba que siguiera trabajando pero Hermy era de las mujeres decididas

Cuando terminó su trabajo, se quedó un tiempo extra, para dejar todo listo, finalmente Aldonza estaba con ellos y ayudaba con Wynne, aunque cuando estaba en casa, se turnaba la tarea de los cuidados con Draco.

-Hermione – escuchó de pronto una voz en la puerta y se volvió

-Ron, que gusto…

-Necesitamos hablar…

-Yo creo que no

-¡Claro que si! – Exclamó acercándose – Oye, me equivoqué, me puse celoso, ya recapacité, se que tuve la culpa de que hayas terminado en los brazos de ese idiota pero se que podemos volver a empezar

-¿QUEEE?

-Si, escúchame… déjalo, sigamos los dos adelante, prometo que haré todo lo que a ti te gusta, te complaceré en todo Hermione

-Escúchate Ron, no eres tú…

-¡Quiero volver contigo Hermione!

-¿Por qué?

-Pues, porque, es lo correcto… yo te amo…

-¡Claro! – sonrió Hermione negando, era obvio que el pelirrojo solo lo estaba haciendo por presión de su madre que le había dicho hasta de lo que se iba a morir si no reconquistaba a Hermione

-Mejor vuelve con Lavender…

-Ella está internada, se volvió loca

-¿Qué?

-Es su problema, yo no podía corresponderle, ella no es como tú Hermione

Hermione rabió, Ron se había pasado de cretino, respiró profundamente y se acercó a el, dispuesta a aclarar muchos asuntos de los cuales Ron no había sido informado no enterado

-Oye Ron, lo nuestro ya no puede ser, tu y yo ya no existe más… ya no te quiero

-¡Dame una oportunidad!

-Ya no, Ron…

-¿Por qué no?

-Porque amo a Draco… lo amo con toda mi alma… ¡Oye! Me fui tras el cuando quiso alejarse de aquí por tus estupideces, volvió por mí, porque me ama, ya no puedo pensar en otro hombre que no sea el

-¡Pero es un idiota! ¿Y todo lo que te hizo en el colegio?

-Lo se, no se me olvida, pero ha cambiado, el sí ha cambiado y lo quiero, además – se abrió el abrigo y le mostró su vientre el cual se notaba abultado – Estoy embarazada, le daré un hijo y nos vamos a casar

-¡NO!

-Será mejor que te vayas Ron, que no me busques más, y si te valoras como hombre cabal, tendrás que pedirle perdón a Lavender por hacerla sufrir

-No eres quien para darme consejos…

-Como tu quieras, pero por favor, déjame en paz

-¡Nadie confiará en ti cuando se sepa que estás con Malfoy!

-No necesitan confiar en mí, si no en mi cerebro, soy genial Ron, lo sabes, cosa que tú nunca entenderías…

Hermione salió de ahí dejando a Ron con la palabra en la boca, pero con dudas ¿Cómo que Lavender estaba internada por loca? De inmediato fue a San Mungo y en su recorrido se encontró con un agradable rostro conocido

-¡Tatum!

-¡Hermione, que gusto!

-¿Cómo estás?

-Muy bien ¿Buscas algo?

-A una paciente… me dijeron que estaba por aquí pero…

-¿Su nombre?

-Lavender Brawn…

-¡Oh! – se sorprendió

-Precisamente iba a verla, esa pobre muchacha lleva semanas aquí

-¿En verdad enloqueció?

-¡Claro que no! ¿Quién te dijo eso?

-Un idiota…

-Bueno, por culpa de un idiota está aquí

-¿Cómo?

-Resulta que esa muchacha estuvo a punto de morir porque intentó suicidarse – dijo Tatum y Hermy palideció – Logramos salvarla, pero decidí que se quedara en el área mental, en una habitación por terapia, un suicida siempre intenta hacerlo de nuevo…

-Pero está bien…

-Claro, es más, parece que aquí tiene mucha paz…

-Me alegro por ella, oye, no quiero hablarle, solo quiero verla un momento ¿Qué dices?

-Lo que quieras Hermione – Dijo el Sanador y le señaló un espejo de doble cara de una habitación, se asomó y vio a Lavender, acostada en la cama, con el rostro lavado, los ojos tristes, mirando a la nada, estaba arreglada eso si, peinada y todo aunque sin maquillaje

-Buenas tardes Lavender – entró Tatum a la habitación

-¡Tate! – Brincó Lav de la cama y fue de inmediato a abrazarlo - ¡Creí que no vendrías a verme!

-Tranquila ¿Cómo te sientes hoy?

-Ahora que te veo, muy bien – sonrió y Hermy notó esa misma mirada para cuando veía a Ron, ella se estaba aferrando de nuevo a un hombre, sin duda, procurando olvidar a Ronald, pero no era el modo, porque volvería a lo mismo

Cuando Tatum salió, ella estaba seria y preocupada

-¿Qué pasa Hermione?

-Lavender se está aferrando a ti ¿No lo has notado?

-Eh… pues… s-si

-¡Tatum! ¿Acaso te gusta ella?

-¿Y que si me gusta?

-Se esta aferrando a ti para olvidar a Ron – Gruñó Hermy – me da pena su caso, pero no puedes permitir que te use, lo está haciendo inconcientemente, tienes que pararla…

-Yo creo que exageras Hermione – sonrió Tatum

-No te enamores de ella amigo, puedes conseguir una mujer sin tantos problemas, tú no eres nada despreciable, por favor, no te enamores de tu paciente…

-No pasa nada Hermione, exageras, ya te lo dije

Hermione supo que no exageraba, pero tampoco podía obligarlo a nada, solo el sabría hasta que momento parar, solo esperaba que no terminara con el corazón roto, porque parecía un muchacho de nobles sentimientos, además, no era un niño y tenía que saber de la vida

Regresó a su casa a abrazar a su hija y a su esposo, le contó sobre la visita de Ron y su visita al hospital, sin omitir nada puesto que ella no quería tener secretos para su esposo, pero sin duda, el también fue de la misma idea, Tatum debía alejarse de Lavender si no quería desilusionarse.

Pero bueno, por otra parte, era su problema si se fijaba en la mujer equivocada, suerte para el que Hermy estaba muy enamorada de Draco, porque el rubio reconocía que ese sanador era un buen prospecto, pero al menos, Hermione era suya para siempre…

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora