54: Antes de mi despedida de soltera

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Cuando todo mundo se fue a dormir a las casi cuatro de la mañana, Hermy dio una vuelta por las habitaciones de invitados, sonrió al ver a Blaise abrazadito a Luna, en otra a Harry con Mónica, quien estaba cansada y no había querido irse a su casa, por último, Wynne seguía durmiendo como un ángel…

Se fue a su habitación y se recostó junto a su esposo, le acarició su rostro y suspiró, recordó entonces cuando estando bien instalados en Londres, el rubio le había dicho que no se le escaparía y sería suya para siempre

**********Flash Back**************

Hermione, ese día, se despertó y vio la cara angelical de su novio, que próximamente sería su marido… Ese era Draco, dios del sexo…Se acurrucó más junto a él… Estaba feliz… todo había salido como ella había planeado…

Wynnie, ahora la llamaba mamá Hermione, cosa que a la castaña, le encantaba, y la ponía muy sentimental debido a su embarazo, tanto, que a veces terminaba llorando de alegría.

Por otra parte, estaba feliz… sus padres, los señores Granger, habían aceptado de muy buena gana a Draco en sus vidas… Wynnie, fue la que hizo que ellos aceptaran inmediatamente… Desde el principio, les cayó bien…

Y cuando Draco pidió su mano, siguiendo una tradición muggle, Winnie, saltó de alegría y corrió a abrazar a su padre y a ella, y luego, abrazó fuertemente a sus padres, y empezó a llamarlos abuelitos, cosa que a sus padres, les había sorprendido desde el principio…

Y volviendo al presente, sonrió al recordar como había odiado al rubio platinado, que ahora era el amor de su vida… Y como toda mujer embarazada, se puso sensible y se acurrucó junto a Draco, haciendo que éste se despertara., y viera como su Hermione, estaba llorando…

-¿Qué pasa?, ¿Estás mal?...

-No, no es nada mi amor.

-¿Entonces?

-Ya sabes, son los achaques del embarazo… Que por tu culpa, Draco dios del sexo, me hacen sufrir…

-¿Dios del sexo? ¿Cómo?... jajajajajaja… Si Hermione, jajajajaja…. Conste que te embarazaste, por pedírmelo esa vez… Diciéndome que sólo querías sexo… y yo te complací

-¡Ah!… ¿Ahora yo soy la culpable? ¿Eh?- dijo una castaña enojada, mirando a su rubio novio que alzaba la ceja divertido…

-Vamos, no te enojes, mi amor, sólo fue una pequeña bromita…

-¡Sólo una!... Pues yo no te pienso perdonar, creo que te lo mereces… Por embarazarme y enamorarme… pues por tu maldito amor, estoy así…

-Claro, claro ¿Maldito amor?…. Lo que pasa es que nadie se resiste… Ni una sola mujer. Y menos tú… Y ¿sabes?, no me interesa saber que me castigarás… Sabes, que de una u otra forma, nos vamos a reconciliar…

-¿A sí?- dijo la castaña, con cara de enigmática…

-Sí… mi querida futura señora Malfoy… Sé que no podrás resistir, pues tu dios-del-sexo, te hará sucumbir….

-¿Y como?

Entonces el abrió los labios y le canturreó seductoramente:

“Tengo un regalito, es una cosa muy bonita que te guardo, cuando tu quieras me lo dices te lo muestro, se que te va a gustar, se que te va a gustar, se que te va a gustar tu regalito”

-¡Draco! ¿Me estás hablando en doble sentido o que?

Y el rubio le hizo movimientos sugestivos al ponerse en pie sobre la cama, y Hermione pegó la risotada ¿Qué clase de gestos románticos eran esos? Pero sin duda, el dragón estaba desatado.

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora