75: El color de la vida real

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¡Pero por supuesto que los añoraban! Lavender en su eterno llorar porque sentía que no se merecía estar con sus hijos por ser una mala madre, Mónica por pensar que sus hermosos hijos habían muerto al igual que su esposo y no quería volver al mundo real

¿Para que? Ya nada tenía ahí, prefería quedarse en ese sitio, eternamente, hasta que llegara su fin... claro que nadie le había dicho que si se quedaba en ese mundo, siendo humana, llegaba a cristalizarse y quedarse eternamente como un objeto inanimado

Los espíritus de fuego, estarían a la expectativa, pero Moni no daba señales de cordura, ella estaba envuelta en sus recuerdos, de cuando tenía una maravillosa familia, de la sonrisa de Harry, de su orgullo por los gemelos, de las travesuras de Tristán y la ternura de Isabella

Lucecita hurgaba por todo ese mundo mágico espectacular, buscando por donde colarse para con sus hermanos más poderosos, pero su magia no le permitía abrirse paso, tenía que esperar a que alguna la metiera, pero no conectaba con ninguno

Krum la llamo desde sus pensamientos, Lucecita que se había cansado por así decirlo, de buscar a los otros, decidió acudir a él, quizás debía decirle algo, puesto que no se había conectado a sus pensamientos

-¡Hola Vic! – Apareció ante el mirando a su alrededor, estaba solo

-Lucecita ¿Puedes averiguar una cosa por mi?

-Si puedo…

-Quiero que averigües primero quien robó un libro del ministerio de magia llamado El Libro de la Piedad…

-¡Es fácil! - se alzó de hombros y revoloteó en la habitación y en un segundo regresó frente a él – Una bruja llamada Ginevra Weasley – dijo con firmeza y Krum carraspeó

-Bueno… eso es… osado sin duda

-Su padre trabaja en el ministerio, ella es reportera de el profeta, la información es fácil de conseguir ¡A veces soy útil! ¿Eh? Pero esa hechicera quemó el libro, parece que nada bueno le trajo… ¿Suficiente información?

-Mucho…

-¿Algo más?

-Si – suspiró el hombre y se sentó en el sillón – Hemos descubierto que mientras me traías aquí, vi a cuatro mujeres en los mundos alternos, las cuatro son esposas de amigos de Tay y de su hermano, desaparecieron extrañamente, Tay piensa que alguien invocó a espíritus de fuego para negros propósitos…

-¡Oh!

-¿Habrá algún modo de sacarlas?

-Víctor… los espíritus de fuego no somos… asesinos, no quitamos la vida a menos que alguien lo merezca realmente o fastidie mucho… yo creo que si ellos tienen a esas mujeres por petición de un deseo, entonces en algún momento, tendrán que liberarlas, pero dependerá mucho de las personas atrapadas…

-¿Nosotros de plano no podemos hacer nada?

-Solo buscarlas…

-No te entiendo…

-Buscarlas… pero sin esa necesidad remota de encontrarlas… a lo mejor la brecha pueda romperse, a lo mejor una de ellas logra pasar la barrera, pero hay que tener cuidado cuando lo haga…

-¿Por qué?

-Porque a los espíritus nos gusta jugar cuando se tiene el poder, podría no ser ella misma… ¿Te imaginas? Ser lo opuesto a lo que era… Esto tendrás que comunicarlo a esos hombres, entre más desesperados, menos darán con ellas… no pueden forzar a la magia… hay que buscarlas sin buscar…

-¿Qué harás tú por el momento?

-Seguir buscando Vic como entrar…. A lo mejor me pueda colar y te ayude en algo más

Un Dragón bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora