El inicio de la guerra

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La oscuridad acecha en las calles de Valle de cobre, el frío entume los huesos de sus habitantes, mas no sienten frío, no después de ver con sus propios ojos la ejecución de una sirena, la reina madre ha perecido en manos de Fernando, el cual le ha revelado al pueblo la verdad acerca de los seres sobrenaturales que habitan entre ellos, ocultos
entre las sombras, la muchedumbre por un momento sintió miedo, pero un extraño
sentimiento de seguridad se apoderó de sus corazones, sintiéndose intocables al ver a
su alcalde cortarle la cabeza a esa horrible y extraña criatura, todos estaban sorprendidos al escuchar de los labios de su amado líder que su mayor enemigo era un vampiro, todo parecía una locura, pero ¿Cómo podrían no creerle a un santo? ¿Cómo
podrían sentir miedo si su héroe los protegía? Valle de cobre ahora era consciente de que no están solos, Fernando les había metido en la cabeza que la humanidad corría peligro por culpa de la existencia de estas criaturas y les juró que les traería la cabeza
del rey de los vampiros como señal de su compromiso con la humanidad.

Se ha llegado la media noche y Fernando espera la llegada de aquel vampiro que planea suceder en el trono a Alejandro, está armado, no confía en ellos, en las criaturas que se acercan como si fueran parte de las sombras.

—¡Humano! Por fin nos conocemos. —dice uno de los hombres quien lleva el rostro cubierto con una máscara blanca.

—Vine como lo prometí, nosotros los humanos siempre cumplimos con nuestra palabra, espero que tu especie sea igual. —expresa Fernando con hostilidad.

—Claro, el honor es parte de los vampiros. —Aquel hombre deja al descubierto su identidad al quitarse la máscara.

—¿Quién eres tú? —pregunta Fernando con seriedad.

—Soy el futuro rey de las sombras, Johan Bardana. —el vampiro esboza una sonrisa y añade. —Este es mi sirviente, Gabriel quien ha tratado contigo.

Gabriel observa las armas de Fernando y lo mira con desprecio.

—Supimos que quemaste la mansión donde habitaba Alejandro, el humo es la señal de su destrucción y no solo eso, mataste a la sirena madre del lago alcatraz.

—Fue mi manera de demostrar que voy enserio, destruiré al rey de los vampiros con o sin su ayuda.

—¡Que insolente! No hay más rey que mi señor aquí presente. —manifiesta Gabriel molesto, pero Bardana lo silencia y lo interrumpe.

—Algunos vampiros están furiosos por lo que acabas de hacer, como ya lo sabes hay algunos que aún están del lado de Alejandro de Romani, pero la mayoría están enojados por que se te ocurrió exponer a una criatura sobrenatural y no solo eso, la
asesinaste enfrente de tu pueblo, dijiste a todo el mundo que hay vampiros existiendo entre ustedes y me han pedido tu cabeza como castigo.

Fernando toma una postura de defensa y Bardana suelta una risa burlona.

—No temas, no te haré daño.

—No tengo miedo, estoy preparado para luchar contra ti si es necesario.

—¿Cómo puedes ser tan insolente? —Gabriel intenta ir a castigarlo, pero su amo se lo impide.

—Jajaja, tienes agallas, eres valiente, por eso creo que eres el mejor candidato para nuestra venganza, aunque... déjame aclararte que, en tu estado actual, no eres rival para un vampiro común y corriente, mucho menos para mí o para Alejandro.

Bardana se abalanza contra Fernando y le rasga el estómago hiriéndolo de gravedad.

—¡Ahh! —Fernando grita de dolor, la sangre se le sale a chorros, la herida que tiene en el vientre es demasiado profunda, pero aun así se pone de pie y le da la cara a su enemigo.

El amante del pantano de Nil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora