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El sol comenzaba a ocultarse sobre Konoha, pintando el cielo de tonos anaranjados mientras Asuma Sarutobi y [T/N], la sensei del Equipo 12, caminaban juntos tras una reunión con el Hokage. [T/N] jugueteaba nerviosamente con un mechón de cabello mientras Asuma se encendía otro cigarrillo, aparentando calma.
—Gracias por acompañarme, Asuma. Fue un día agotador, pero... me alegra que estuvieras ahí —murmuró [T/N] con un leve rubor en sus mejillas.
—No fue nada, [T/N]. Es parte del trabajo —respondió Asuma, desviando la mirada hacia el horizonte para no cruzarse con sus ojos.
Asuma sabía que sentía algo especial por ella, pero no quería reconocerlo. "Es mejor así", se decía a sí mismo. "Tengo que mantener el profesionalismo". Sin embargo, el Equipo 10 había notado la forma en que su sensei miraba a [T/N] cuando creía que nadie lo veía, y decidieron que era hora de intervenir.
En una reunión secreta bajo la sombra de un árbol, Shikamaru, Ino y Chōji discutían cómo ayudar a su sensei.
—Es obvio que Asuma-sensei está enamorado de [T/N]-sensei, pero es demasiado terco para admitirlo —comentó Ino, cruzándose de brazos.
—Qué fastidio —suspiró Shikamaru, apoyando la barbilla en su mano—. Pero tienes razón. Necesitamos un plan.
—¿Y si los llevamos a una cita? —sugirió Chōji mientras mordía un chip.
—No funcionará, necesita algo más directo. Ya sé, organicemos un entrenamiento conjunto con el Equipo 12 y crearemos situaciones para que Asuma-sensei actúe —propuso Ino, emocionada.
El equipo acordó el plan y pronto convencieron a sus compañeros del Equipo 12 para que ayudaran. [T/N], ajena a todo esto, simplemente aceptó la idea de un entrenamiento conjunto porque estaba feliz de pasar tiempo cerca de Asuma, aunque sus nervios la traicionaran cada vez que él le dirigía la palabra.
Durante el entrenamiento, Ino y su contraparte del Equipo 12 idearon un "accidente" en el que [T/N] terminara "atrapada" en una red de hilos de chakra. Aunque fue fingido, parecía muy real. Asuma se tensó al verla atrapada, pero su calma habitual lo mantuvo en su lugar.
—¿Qué demonios están haciendo? —gruñó, observando a los genin riendo.
—Fue un error, sensei, lo siento —respondió Shikamaru con fingida indiferencia.
Mientras tanto, [T/N] intentaba liberarse, pero la cercanía de Asuma cuando se acercó a ayudarla hizo que se sonrojara intensamente.
—Estás bien, [T/N]? —preguntó con su tono grave, inclinándose cerca para examinar los hilos.
—S-sí... gracias, Asuma —balbuceó ella, incapaz de mirarlo a los ojos.
El Equipo 10 observaba la escena con sonrisas cómplices, pero Asuma, como siempre, se rehusó a ceder a sus emociones.
El momento decisivo llegó una semana después, durante una reunión casual en la que Kakashi Hatake, conocido por su actitud relajada, decidió acercarse demasiado a [T/N]. Kakashi, con su usual aire despreocupado, estaba ayudando a [T/N] a levantar una pila de pergaminos cuando su mano rozó la de ella, provocando que la sensei se sonrojara.
—Eres muy diligente, [T/N]. No sé cómo logras mantener todo en orden —comentó Kakashi, mirándola con su único ojo visible.
Asuma, quien había llegado al lugar en ese momento, sintió una punzada de celos. Sin pensarlo mucho, apagó su cigarrillo de un golpe y caminó hacia ellos.
—[T/N], ¿podemos hablar un momento? —preguntó, pero su tono, aunque calmado, tenía un matiz de autoridad.
Kakashi alzó una ceja, divertido, mientras Asuma lo miraba fijamente.
—Gracias, Kakashi, pero no necesitas preocuparte. Yo me encargo de aquí —dijo Asuma, su voz firme, marcando claramente el límite.
Kakashi sonrió detrás de su máscara y con un tono tranquilo contestó. —Entendido, Sarutobi. Parece que llegué tarde.
Más tarde esa noche, mientras los dos caminaban juntos bajo la luz de la luna, [T/N] intentaba ocultar su nerviosismo. Asuma, sin embargo, decidió que ya era hora de dejar de lado sus dudas.
—[T/N], siento si he sido distante contigo —comenzó, deteniéndose para mirarla a los ojos—. La verdad es que no ha sido fácil. No soy bueno con estas cosas, pero...
—¿Qué cosa? —preguntó ella, su corazón latiendo con fuerza.
Asuma soltó un suspiro, rascándose la nuca antes de tomar sus manos con suavidad.
—...pero eres importante para mí. Mucho más de lo que pensé que alguien podría ser.
[T/N] lo miró, sorprendida, antes de sonreír tímidamente, con las mejillas ardiendo.
—Yo... también siento lo mismo, Asuma.
El hombre soltó una leve risa, inclinándose un poco hacia ella.
—Vaya, parece que el Equipo 10 tenía razón después de todo.—Susurró antes de cerrar la distancia entre ellos culminando en un beso que ambos ansiaban desde hacia mucho.
Y esa noche, finalmente, los dos dejaron de lado sus miedos, encontrando consuelo en la compañía del otro.