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Abigail

Si no deseas ser
devorado, no huyas" .(God of war) Rina Kent

—...trajeras sin ningún daño y lo que tengo enfrente de mí es todo menos eso.

Escucho voces a lo lejos, como si estuviera bajo del agua y no pudiera darle mucho sentido. No es como si el dolor palpitante en mi cabeza ayudara mucho tampoco.

—¿Estás bromeando? Puedes agradecer qué sigue viva, esa chica esta poseída. Es ella quien casi nos mata a los dos.

—No seas dramático, seguramente confundiste las cosas.

—No he confundido una mierda. Es tu problema si quieres tener el anticristo bajo nuestra casa, pero por mí la envuelvo en un saco y la arrojó al río.

Frunzo el ceño tratando de entender de quien están hablando porque no hay forma que se estén refiriendo a mí...

—Por favor, mirala, apenas se ve como un delicado animalito inconsciente—opina una tercera voz.

Okey si están hablando de mí.

Pero ¿el anticristo? Una acusación un poco exagerada para ser dicha por unos psicópatas como ellos. ¡Soy yo la que está secuestrada en contra de su voluntad!

—Ya, un animalito poseído.

—Y dale con eso, no sabía que estabas tan sensible últimamente.

—¡Trato de matarme!

—Dime una persona que te conozca que no lo haya intentado alguna vez.

—Quieres parar de defenderla, Asher. Para empezar no tengo idea qué haces aquí.

—Iluminarlos con mi encanto.

Sigo con mi acto de estar inconsciente, no tengo claro cuáles son sus intenciones, pero si algo he descubierto de las personas que están en esta habitación es que no puede ser nada bueno. Así que trato de pensar a todo velocidad una salida en que termine con mi cabeza en mis hombros y lo poco que me queda de dignidad.

—Puedes dejar de fingir que no estas despierta, amor—dice una voz cerca de mi rostro—El sonido de tu respiración siempre te delata.

La habitación se queda en total silencio esperando que confirme sus palabras

Dios, que pecado habré cometido en mi vida pasada para haber puesto a este hombre en mi vida. Ni siquiera tratando de asesinarme puedo librarme de él.

—Bueno, tal vez si fuera un jodido vampiro no tuviera que preocuparme por ese problema—espeto abriendo los ojos quienes inmediatamente chocan contra el vacío de los suyos. Al instante asoma su sonrisa malévola.

No es que no tenga miedo, siempre estoy jodidamente aterrada cada vez que él está presente, pero se que es algo que disfruta como un cazador esperando pacientemente para devorar a su presa. Y ya estados en esta situación supongo que no tengo mucho más que perder.

—No es el hecho que respires, sino lo fuerte que lo haces. Podría encontrarte donde sea que te ocultes solo por eso.

—Ya, eso es porque eres un maníaco que al parecer no tiene nada mejor que hacer con su vida.

—Si los tortolitos ya se pusieron al día me gustaría irme como la mierda de aquí, necesito descansar un poco. Agradece a tu novia por eso—dice el grandullón dándome una mirada fulminante.

Puedo ver a lo que se refiere a fijarme en las heridas repartidas como pequeños cortes y contusiones en el lado izquierdo de su cara y brazos, también esta su nariz sangrante. Me muerdo la lengua para detener las ganas de disculparme, después de todo fue el quien me secuestro y drogo a mi abuela, si mencionar que el también me golpeo, aún siento la sangre seca en mi barbilla debido a su codazo. Me levanto del sofá donde me encuentro quedando sentada, tan solo con ese simple movimiento mi mente se nubla al sentir las palpitaciones aumentar en mis sienes. Contengo las ganas de gritar mientras trato de ubicarme en donde demonios estoy, lo que resulta ser una habitación de juegos bastante lujosa. Colchones en rojo, paredes repletos de bebidas seguramente carísimas, juegos de billar y dardos por cada esquina. De no estar en la situación que estoy felicitarla personalmente al diseñador.

LujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora