Abigail
Todos somos el villano en una historia mal contada (Heartlees. Marissa Meyer)
El sonido de un búho a lo lejos consigue despertarme, pero aun así no muevo ni un solo músculo, ya que me siento tan a gustito, con mi gran manta calentita alrededor de mi cuerpo... Hasta que el rumbo de mis pensamientos es interrumpido por el flash de una cámara y una risa maliciosa.
Una risa maliciosa que he escuchado mucho últimamente.
—Mierda, esta sí que es una buena imagen para enmarcar, ¿viste? Te dije que ella estaría aquí.
Mis ojos se abren de golpe y me topo con Samael, que tiene su móvil en la mano, y Asher a su lado con una sonrisa pícara. No entiendo por qué están aquí, hasta que el cuadro detrás de ellos, que representa el infierno, me hace darme cuenta.
Oh, mierda.
Estoy en el cuarto del demonio. Y estoy en una cama, lo que significa...
Giro mi cabeza lentamente a un costado y me encuentro con el rostro de Kiev a centímetros del mío. Sus brazos me tienen inmovilizada y ambas piernas están entrecruzadas con las mías, por lo que lo que yo pensaba que era una manta... era su cuerpo.
Chillo revolviéndome mientras caigo de la cama con un feo golpe.
—E-esto no... es lo que parece —exclamo penosamente asomando mi cabeza por el costado de la cama y notando cómo mis mejillas se calientan debido a la vergüenza.
—En serio, preciosa, es la peor frase que pudiste haber dicho. Además, no hay nada de qué avergonzarse.
—Así es —corresponde el rubio con su gran sonrisa—. El sexo es completamente normal.
—Nadie ha tenido sexo —espeto fulminándolos con la mirada mientras me pongo de pie, intentando alisar las grandes arrugas del vestido blanco.
—¿Quién ha dicho sexo? —pregunta el psicópata al despertarse confundido.
—Eres un hijo de puta, Kiev. No puedo creer que te despertaras y lo primero que hagas sea follar en vez de informarnos a nosotros. Estoy indignado.—responde Sam, con sus manos en el pecho, en un falso gesto de dolor. Es un dramático.
—¿Tuve sexo? —pregunta Kiev, aún más confundido.
—Por última vez, ¡¡Nadie ha tenido sexo!!
—Vale, si lo dices así —responde Sam con las manos alzadas en gesto de derrota; sin embargo, veo cómo se gira hacia Asher para susurrarle—. Por supuesto que lo tuvieron, a mí no me engañan.
—Dejando de lado eso, Sam tiene razón. ¿Cómo es que no nos informas nada... y qué... qué haces volviéndote a dormir, hombre?
—No sean molestos, apenas me desperté hace unas horas. Aún tengo sueño.
—Llevas cuatro días en coma, Kiev, y una mierda si vas a volver a dormir —dice Asher antes de arrojarse en la cama en el lugar donde estaba antes para revolverle el pelo. Kiev trata de quitárselo de encima lanzándole varios insultos, pero este solo se ríe.
Me quedo mirándolos embobada; ellos se ven tan normales. Bueno, dejando a un lado su increíble atractivo...
—Cierra la boca o vas a empezar a babear —exclama el rubio haciéndome sobresaltar al notarlo a mi lado repentinamente.
—Mejor tú cierra la boca. ¿Cómo sabías que estaba aquí?
—¿Crees que no me di cuenta en todas las veces que te escabulles para hablar con él mientras estaba inconsciente? No eres tan discreta como piensas.

ESTÁS LEYENDO
Lujuria
Acak-Corre-se dijo a sí misma-Corre y no mires atrás. Pero la chica olvido que de las sombras y el pecado nadie puede escapar... Después de todo la única forma de librarse de la tentación es caer en ella