Capítulo 3

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Hoy. Cuando estábamos en la hora de arte pasó algo extraño.

Matilde: _____ ayúdame por favor que tengo que entregar los trabajos hoy - murmuró, sonando muy preocupada.

Tomé su bolso de lápices y comencé a dibujar figuras, copiandome de Jacob.

Jade: ____ puedes decirle a Bautista que me traiga mi tijera. Oh lo siento... recordé que no te atreves a hablarle- finalizó, sin darme tiempo de reaccionar.

Rodé los ojos, me di media vuelta y se la pedí. Yo estaba sentada en el segundo banco de adelante, en la primera fila. Él estaba en el último, a una esquina.
Y es que amo su sonrisa arrogante.
Cuando le grité sobre el murmullo de todo el mundo, él me miro, me miro... ¿asustado? No lo se, pasmado diría yo. ¿Tan sorprendente era hablarle? Bueno, hasta yo me sorprendí luego. Pasaron... 30 largos segundos y seguía mirándome sin contestarme '¡Idiota me incomodas!' deseaba gritarle.
Luego reaccionó e izo un gesto haciéndose el idiota. Sonrío ARROGANTE-MENTE, y me di cuenta que se había puesto de pie para dirigirse acá.

Comencé a seguir rellenando el paisaje de figuras con colores, mientras que no me importaba su hermosa futura presencia en mi delante. Me faltaba un montón para terminar, llenar una hoja de figuras pequeñas y pedorras es una calamidad.
De repente... sentí su cuerpo allí parado. Estaba delante de Jade molestándola... comportándose como un idiota. Ni lo mire, actué como si nada estuviera pasando, aunque mis emociones estaban al máximo. Levante lentamente mi mirada... pasando mis ojos por todo su cuerpo, con ropa obviamente, llegaron hasta sus ojos... sus hermosos ojos miel. El me miró y después sonrió bajando la mirada. DIOS, que ardiente era haciendo eso.
Nunca me había dado cuenta que los irises de sus ojos eran tan claros... y el sol estaba detrás de él, fue un hermoso resplandor.
Luego me di cuenta de la situación. Corrí mi cara, nerviosamente... necesitaba dejar de verlo. Maldito mi cuerpo, maldita mi mente controladora... comencé con lo que había empezado: el dibujo. Bautista seguía allí, parado hablando con Jacob de cualquier estupidez, molestando a Jade ya que ella también lo hacia. Y yo sentía morirme.

Tu: Mario... -dije de repente, mirándolo... ¿sensualmente? ¿nerviosamente? No se porque hice una mirada así de estúpida. El sol me iluminaba toda la cara y me dificultaba un poco verlo. Al escuchar que le hablé inmediatamente levanto la mirada y me miro a los ojos - Eemm ¿tienes un lápiz? - pregunté sin pensar porque no sabía qué decirle. No sabía porque lo había llamado. ¡Y Dios! Qué pregunta más estúpida. En esos momentos tenía un lápiz justo en la palma de mi mano.

Él no saco su mirada de mis ojos. Creo que ni cuenta se dio que yo tenía un lápiz en mi mano. En su carita se veía una emoción ''asustada'' en él.
Negó con la cabeza. Pero no saco su mirada que me hacia erizar, eso me sorprendió mucho.
Miré hacia otro lado e hice un inconsciente puchero de lo nerviosa que me sentí. Su mirada seguía en mi, pude darme cuenta. Mire a Matilde y dije: -Iré a conseguir un lápiz
Ella negó con la cabeza, y se puso a reír.
Me levante y fui hacia Kristen, las cosas de Mario estaban en el banco de al frente. Me senté en su lugar y mágicamente sentí el aroma que el mismo había dejado hace unos minutos. Mire a Kristen:

Tu: ¿tienes colores ahí?
Kristen: Si aquí esta la caja - susurró distraída-mente entregándome la caja llena de lápices de colores. La noté muy concentrada en sus dibujos, supuse que tenía que entregarlos también.

Vi a Mario dirigirse hacia mí. Yo estaba sentada en su lugar pero con mis piernas en el medio del camino, ya que estaba hablando con Kristen de cualquier cosa. Él fue por el otro camino opuesto y pude sentir su presencia a mis espaldas. No se qué fue lo que hizo pero, luego se fue con Jade y los demás.

Tu: Gracias Kris, llevare estos - susurré y volví a mi lugar, donde Mario estaba.

Caminé sin mirar a los demás, solo miraba el suelo. Cuando levanto mi mirada... Bautista estaba dirigiéndose hacia mi. Cuando él levanto su mirada, sus ojos estaban en los míos otra desgraciada vez.
Sentí mariposas.
En ese mismo instante estábamos a poca distancia, teníamos que pasar por el mismo lugar, los dos. En una de esas... al tonto se le cae la tijera al suelo.
Rápidamente la levanto... yo reí por dentro. Es un idiota. Luego cada quien se fue a su lugar.

Matilde: No te pases - me dijo en un susurro casi invisible.
Tu: ¿Que dices?
Matilde: ¿Que piensas? ¿Que no me doy cuenta en lo que sucede entre ustedes? - dijo irónicamente y soltó una risa -. _____ se le cayó la tijera al suelo. Se puso nervioso.
Tu: Cállate, te escucharán y te mataré.
Matilde: Nena te hablo enserio. A ese chico le pasa algo contigo y es medio rarito. Y ni se te ocurra negarlo porque sé que te das cuenta.

Fruncí el ceño. Quería gritarle que todo era una atracción temporal.
Iba a contestarle eso pero me di cuenta de que Mario se acercaba... volvió en donde estaba antes, allí parado charlando con Jacob.
Todo pasó rápido. Jacob había traído una silla y se atravesó en el camino. Estaba ayudándome con el dibujo. Bautista estaba sentado con Jade. Lo tenia casi delante mio. Pero el no estaba dándome la espalda... estaba mas bien, de costado.

¿Yo? Estaba súper tranquila y aun no sé la razón... Mario comenzó a charlar con Matilde de algo que yo desconocía.
Cómo pude, Jacob y yo continuamos con lo nuestro y gracias a dios terminamos con esos dibujos pedorros.
La hora terminó y Mario seguía allí... sentado. Dios, que hermoso es, me dan ganas de violarlo.

El día transcurrió rápido. Ya me encontraba en mi habitación leyendo un libro para literatura. No pude prestarle casi nada de atención ya que... en mi mente solo estaba el idiota ese.

"Hermosa hora de arte" Pensé por dentro, mientras recordaba el bello rostro del moreno.

Cambiaste Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora