Capitulo 27

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  Era cierto, Mario tenía razón. ¡Pobre Jan! No podre verlo más. Y es injusto, demasiado injusto. Yo lo quiero demasiado, pero como amigo. Aunque no quiero que se ilusione porque no siento lo mismo que él siente.

Jade: No te pongas mal. –Me consoló ante mi rostro. –
Tu: ¿Cómo no ponerme? Ya no podre hablar más con él.
Jade: Yo pienso que, el sigue así porque no sabe lo tuyo con Mario. Deberían sacarlo a la luz.
Tu: No sé, lo pensé. Pero me sentiría culpable.
Jade: Mas culpable te sentirías si sigues viéndote a escondidas con él.
Tu: Lo pensaré y le diré. –Sonrió. – Necesito ayuda con Mario.
Jade: Claro, dime que te inquieta.
Tu: Bueno, tengo miedo de que no me este tomando enserio.
Jade: ¿Por qué piensas eso?
Tu: Porque me conto que tuvo muchas chicas, pero eran solo chicas. O sea, no las tomaba enserio.
Jade: Todos los chicos tuvieron de esas _____. Pero, el punto es, ¿Por qué sientes que no te toma enserio?
Tu: Porque... tiene mejores que yo detrás, y él se fijo en mí. ¿Entiendes? Es raro. Nunca habíamos hablado, en cambio con otras sí y aun así decidió estar conmigo. O a veces pienso que anda con otra y no quiere que nadie se entere... como conmigo.

Oh, eso era lo que me pasaba y no dejaba salir. Por fin puedo comprender mis inseguridades de las noches, cuando pienso y pienso en el asunto.

Jade: Es... bueno tener miedo. Pero, ¿Confías en él? –Asentí –Entonces que nada te importe. Si confías en el es por algo ¿verdad? El se gano tu confianza.
Tu: Quizá tengas razón.
Jade: ¿Todo esto tú se lo dijiste? –Negué. –¡_____!
Tu: Es que, pienso en esto todo el tiempo. Pero cuando lo veo, se me olvida por completo preguntarle. Solo pienso en estar con él y nada más. Lo quiero... así como es.
Jade: ¿Cómo es?
Tu: Es... raro. Muy raro y a veces no nos entendemos. Últimamente, pasamos mucho tiempo juntos y eso que acabamos de intentarlo. Y pasar mucho tiempo con sus diferentes formas de ser, me ase amar a cada una de ellas.

Mierda, odio cuando me pongo cursi. Jade sonrió con los ojos cristalinos. Oh, no... que no llore.

Jade: Nunca en nuestros cinco años de amistad te había escuchado hablar así. Ni con el imbécil de Nathan. –No dije nada. –Ows ____, por fin llego el indicado.
Tu: Tengo miedo de que todo acabe.
Jade: No tiene porque, si lo quieres se que eres capaz de hacer cualquier cosa para retenerlo a tu lado, claro, mientras que el quiera. –Asentí. La charla se puso tensa, demasiado. –

No puedo creer que Jade, al misma Jade, me está escuchando atentamente y me aconseja. Ella siempre fue demasiado distraída, por eso siempre recurría a Matilde. Pero no sé, hoy sentí la necesitad de buscarla a ella.

Jade: Y, ¿Cómo es eso de ''Sus diferentes formas de ser''? –Me pregunto. Reí. –
Tu: Algunas veces es serio, también mandón, otras veces atrevido, también tierno, dulce, amigable, divertido, idiota... –Suspiré –Tiene muchas formas de ser, y todas son un misterio.
Jade: Que interesante. Sabes, pienso que toda la información que necesitas está en su teléfono.
Tu: ¿Su teléfono? –Pregunte extrañada. –
Jade: Sí, todos los hombres son igual de idiotas. Tienen todo lo que queremos saber en un simple aparato. Gracias a que yo revise el de Josh, así cuando empezábamos, supe que piensa el de mí... mediante conversaciones con sus amigos.
Tu: Pero... Mario es reservado ¿crees que le cuenta a sus amigos?
Jade: No, solo a Mau.

La idea que Jade me había dado esta tarde, era totalmente buena. Quede impactada ante la inteligencia de ella... sabe mucho de este tema.
Ahora estoy boca arriba en mi cama, son las nueve de la noche, bastante temprano pero el malestar no me permite estar de pie. Extraño a Mario... lo extraño mucho y me da miedo la forma en la cual se fue hoy. ¿Qué estará pensando ahora? Espero que no se sienta culpable porque a mí me gusto lo que paso. Pero... tal vez pensó que se propaso, pero no fue así, yo no lo detuve. Y la cosa tampoco no paso a mayores.

Cerré los ojos, los siento calientes al igual que mi cuerpo... espero el lunes estar mejor. Esta noche no podre dormir... y no quiero seguir pensando en conclusiones estúpidas, esta noche leeré el libro que me compre y nunca leí por falta de tiempo. Já, Mario me había mantenido tan distraída que no lo había leído.
Luego el teléfono sonó. No quería contestar, pero bueno, tuve que hacerlo. Una vez abajo conteste. ¿Será Mario? Por favor que sea él.

Tu: ¿Hola?
Matilde: _____.
Tu: Oh, hola. –La salude desilusionada. –
Matilde: Mario me presiono para que te llame y te diga que tienes que tomar el remedio. ¿Qué te pasa? –Oh, cierto, el asqueroso remedio. –
Tu: Oh... fiebre, un dolor de garganta y gripe.
Matilde: ¿Mario fue a verte?
Tu: Sí, en la tarde.
Matilde: ¡Cuéntame todo! Tengo muchas cosas que contarte.

Por alguna extraña razón no quería seguir hablando con ella. Le dije que no me sentía bien y me contesto que mañana pasaba por aquí. Vagamente corte y me arrastre hacia el sofá. En la mesita estaba el jarabe rosa. Lo medí hasta diez y me lo tome de una, que asco.

Lo extraño... ojala que venga mañana él en lugar de Matilde.   

Cambiaste Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora