Capítulo 24

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  Rebusque en mi placar y mi armario, no había nada bueno que ponerme. Mientras buscaba escuche dos gritos de Mario pero lo ignore. Luego recordé la ropa que había separado en el cuarto de mi hermana. Fui y me encontré con esas prendas. Bueno ya que, otra cosa no ahí. Me peine, nada especial, y me puse rímel en las pestañas. { }

Tu: Ya estoy. –Le dije bajando las escaleras y cruzándome la cartera. Camine sin mirarlo hasta la puerta, luego vino detrás de mí. Cerré todo con llave. Oh me olvide de la puerta de la cocina. –Ahora regreso iré a cerrar la de la cocina. –Fui semi-corriendo y la cerré con llave. Luego regrese con él. –

Entramos a su auto, wow no lo había visto, solo de lejos. Es un auto moderno al parecer. Me senté en el copiloto, a su lado y me puse el cinturón. El igual.

Tu: ¿Es muy lejos? –Le pregunte una vez que encendió el auto. –
Mario: Es acá nomas.
Tu: ¿Estoy bien así? –Me miro antes de poner en marcha el auto, luego me sonrió. –
Mario: Estas hermosa. –Era la primera vez que me dice algo así. Siento que me derrito. –
Tu: Gracias. –Le devolví la sonrisa. –

Condujo unas doce cuadras, luego paro en una gran casa. ¿Vive acá? La casa es enorme y hermosa. Es color crema y de techo de madera. El jardín delantero precioso lleno de rosas blancas, no me imagino el de atrás. Me tomo la mano y abrió la reja de afuera. Cuando entre pude ver dos perros en el fondo, pero estaban atados gracias a Dios.

Mario: Uno se llama Max, y el otro es mi consentido Boris. –Me los señalo sonriente, los perros se veían malos pero cuando lo vieron a él dejaron de hacer ruido. Estábamos por entrar pero lo detuve. –
Tu: Estoy nerviosa. –Le dije bajando la mirada. Era cierto, esto es rápido y hablar con los padres de tu novio es algo sumamente incomodo. –
Mario: Ey. –Me dijo suavemente. Me tomo del mentón, como siempre lo hace, y me hizo mirarlo. –Mi madre es buena onda, no tienes por qué estar nerviosa. Apuesto que más adelante se llevaran de maravilla. –Luego me beso, fue taaan profundo el beso que no quería que terminara más. Santo Dios, Mario hace derretirme con solo unir sus labios con los míos. –

Había colocado mis manos en su cabeza y lo había acercado más, para que el beso sea lo más profundo posible. Tuve que recurrir a puntitas de pie, el es maaás alto que yo. El tenía sus manos en mis muslos. ¡MIERDA, EN MIS MUSLOS! Abrí mis ojos en pleno beso cuando me percate, ¿Desde cuándo tiene sus manos ahí? Recién ahora me doy cuenta.
Luego la puerta se abrió y del salto que di creo que le mordí todo el labio al pobre Mario, jajá, gimió del dolor y se separo de mí. Me dedique a limpiar los restos de saliva que me había quedado.

Mario: Mamá... ella es ______, mi novia. –Me presento él. ¿ERA SU MAMÁ? ¡Pensé que era una de sus hermanas! Qué vergüenza con ella. Solo nos miraba sonriente, creí que me fulminaría con la mirada por como devoraba a su bebé. –
Xxx: Hola cariño. Soy Gloria. –Me dijo sonriente, se me acerco al instante, me dio un beso en cada mejilla y por ultimo me dio un cálido abrazo al cual correspondí. –

La mamá, Gloria, así me dijo que se llama. Es hermosísima, juraría que es su hermana. Tiene hasta mejor cuerpo que yo y eso que está embarazada. Me tomo del brazo, dejandome de lado a Mario, nos sentamos en el sofá. No podía parar de sonreír, su madre es un amor.

Gloria: ¿Cuánto tiempo llevan?
Mario: Una semana mamá. –Le dijo desde donde estaba. Lo busque y estaba en el bar sirviéndose no se qué cosa. –
Gloria: Ows, o sea que se están conociendo recién –Comento con amor. –

¿Que onda? No entiendo nada. ¿Por que quería conocerme tan rápido?

Mario: Te dije que llevábamos poco tiempo. –Le dijo mientras venia, me entrego un vaso con no sé qué. –Mamá a ti te traeré jugo.
Gloria: Pero yo también quiero eso. –Reprocho como una niña pequeña. –
Mario: No, eso tiene alcohol. –La reto. –Ahora regreso.

Tome un poco de la bebida y si, tenia alcohol. Pero era suave.
La casa es hermosa, me quede sin palabras.

La mamá de Mario aparentaba unos 30 años, pero no sé cuanto tendrá. Tenía un vestido floreado muy lindo. Sus ojos eran oscuros al igual que su cabello, era hermosa sin duda. Aunque no se parecía mucho a Mario, supongo que salió al padre.

Gloria: Bien cariño, ¿Cuántos años tienes? –Me pregunto, estaba sentada a su lado. –
Tu: Cumplo 15 en aproximadamente dos meses. –Le conté sonriente. Espero que no le importe la edad. –

Luego de eso me siguió preguntando cosas, y en fin, le conté toda mi vida hasta el día de hoy. Obviamente saltando algunos temas que son más personales. Mario había llegado y se sentó a mi lado, tomándome de la mano, también escuchaba lo que le contaba a su mamá. Era divertido contarle, de hecho, se emocionaba cada vez que contaba cosas ridículas que me pasaron de chica, ella y Mario estallaron de risa cuando les conté la caída que tuve a los 10.

Luego de la nada, bajaron por las escaleras, que estaban a un lado de la chimenea, sus hermanas. Bueno, supongo que eran ellas.

Zayn: _____ ella es Doniya. –Ella se acerco y me saludo amablemente. –Y ella Alejandra. –Me saludo de la misma forma. –Chicas ella es _____, mi novia. –Les dijo bajando el tono. –
Doniya: Es muy linda. –Opino. Yo sonreí incómodamente. –

Gloria, simplemente, no dejaba de sonreír. Es la mujer con mejor buen humor que conocí en mi vida. Además, el que este embarazada la hace mas adorable todavía. Tenía ambas manos en su vientre.

Gloria: ¡_____! –Me hizo saltar, casi tiro el bazo. Rápidamente lo deje en la mesa de estar y la mire. –Dame tu mano cariño.

Bueno se la di un poco extrañada y me la puso en su vientre. Santo Dios, ¡La bebé le estaba pateando! Separe los labios de la emoción, nunca había sentido algo así. Parpadee perpleja y la miré. Ella solo sonreía entusiasmada. Yo creo que casi me largo a llorar.

Tu: Es increíble. –Mencione mientras sentía las pataditas en mi mano. Luego dejo de hacerlo y saque las manos. – ¿Cuánto tiempo tiene? –Le pregunte sin apartar la sonrisa de mi rostro. –
Gloria: Seis meses, casi siete. –Afirmo sonriendo. Las hermanas de Mario se habían sentado en el sillón de enfrente de nosotros. –Mario, ¿recuerdas tu expresión al ver a Alejandra? –Le pregunto con gracia. –

Me había sentado junto a Mario de nuevo, y tomó mi mano de nuevo también. El miro el suelo y sonrió diciendo un ''Sí'' con gracia.

Gloria: Lo que pasa _____ –Comenzó a decirme mientras tomaba mi otra mano. –Es que cuando vio a Alejandra, apenas nacida, dijo; ''¡No me gusta! Mamá métela en la panza y que nazca de nuevo'' –Contó imitando su voz. A mí y a sus hermanas nos fue imposible no soltar una carcajada. –

Es como si me sentía súper cómoda estando con ellas. Creí que serian diferentes, calladas, como era Mario antes. Pero qué bueno que me equivoque, jajá. Luego Doniya comenzó a contar cosas que Mario le hacía cuando eran pequeños:

Doniya: ¡Había puesto un chicle en mi cabello!
Mario: ¡Era porque me habías roto la consola! –Le dijo amenazante. La cara de ella, jajá, estaba horrorizada cuando recordó eso. –
Doniya: ¡Yo no te la había roto! Fue Marco. –No tengo ni idea quien es ese. –

~

Dos horas después, me despedí de ellas. Habíamos comido pizza porque Gloria no tenía ganas de cocinar, siguieron contándome sus cosas y demás... lo raro es que no mencionaron a su padre, pero no quise preguntar nada.

Mario: ¿La pasaste bien? –Me pregunto ya estando en el auto. –
Tu: Sí, son increíbles. –Le comente sonriente. –Creí que sería incomodo pero fue todo lo contrario, me divertí mucho.
Mario: Qué bueno. –Sonrió satisfecho. –Nunca... había llevado a nadie a mi casa.
Tu: ¿Enserio? –Pregunte mirándolo a los ojos. Asintió. –
Mario: Me refiero a chicas. –Aclaro. –

¿Y por que a mi si?

Tu: No me digas. –Comente siendo sarcástica. Puso el auto en marcha– Mario, ¿Tu madre siempre es así?
Mario: Sip. Pero el embarazo la pone más feliz de costumbre, y ahora cuando valla a mi casa de seguro me llenara de besos porque por fin me decidí de presentarle a una novia. –Dijo estrechando mi mano. –

O sea, ¿Tuvo más novias?

Tu: ¿Cuántas tuviste? –La curiosidad es mayor. –
Mario: No fueron así, novias formales. Solo eran... chicas.
Tu: Mira tu. ¿Cuántas?
Mario: Muchas, no sé exactamente cuántas.  

Cambiaste Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora