Capitulo 85

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  |Narrador omnisciente|

Cuando la mamá de ____ le comunico a su hija que Jacob estaba en la puerta, esta salió corriendo sin darse cuenta de que había dejado su diario caer detrás de la cama.
Tras una bonita reconciliación, ambos subieron a la habitación.

— ¡No tienes una idea de lo feliz que soy! —maulló sonriente y se dejo caer de espaldas a su cama.
— ¿En verdad se salió del hospital?
— Solo para verme.
— ¿Y sabe que...? —susurró arrastrando las palabras.
— ¿Qué cosa? —insinuó ella.
— Ya sabes, todo.

____ jadeo incómodamente ante la pregunta.
Ella le había mentido.
Negó con lentitud mientras sentía picar su cuero cabelludo.

— ¿Sabes? Pienso que tendré que ir a la peluquería, necesito que me recomienden un nuevo shampoo.
— ¿Eh?
— Me pica mucho la cabeza.
— Tendrás piojos.
— ¡No tengo piojos! No los sé, tengo muchísimo miedo. Se me anduvo cayendo el cabello, y me sale mucha caspa. Pienso que es el shampoo.
— Lo que sea, no me cambies de tema.
— ¿Eh? ¿Qué me decías?

Había olvidado lo que Jacob le decía.
Él rodó los ojos y se sentó a su lado.

— ¿Qué paso con Mario?
— Oh... lo siento. No sé qué diablos pasa con mi cabeza —le dijo distraída, con la mirada baja—. Uhm, el encuentro fue emotivo, era de esperarse. Me dijo "Ya me lo dijeron todo" ¡tenias que verme! Estaba por enterrarme viva yo misma.
— ¿Y? –preguntó ansioso.
— Casi me muero. El punto es que no sabe "todo".
— ¡¡Quiero saber!!

{Flashblack}

Todo había cambiado, prácticamente la atmósfera entre ellos ahora era otra. No era un encuentro, era hora de las explicaciones.
Él estaba confundido, y cuando está confundido se pone en ese plan de enojado. Y ____, es buena para hacerlo enojar.

— Tú misma me lo dijiste, ¿no te acuerdas? —le dijo en voz baja.

_____ había estado mirando el suelo todo el tiempo, y movía frenéticamente su cabeza para ambos lados, los dedos de sus manos se movían en diferentes direcciones. Actuaba como siempre lo hacía al estar nerviosa.
Estaba nerviosa, pero no tanto como el viernes. Ella quizás no quiera aceptarlo, pero en el momento de golpear a Kristen toda su rabia se desgarro en cuestión de segundos sin darse cuenta. Había hecho las cosas sin pensar, de nuevo.

—No sé de lo que me estás hablando —murmuró.
—Lo de Gil, _____.

Abrió los ojos y levanto la mirada.

—Estuviste con él.
—Como amigos.
—Sí, pero estuviste.
— ¿Me escuchabas? —le preguntó llena de luz.
—Sí —susurró—. Y los celos parecían reales.

____ soltó una risa y sus manos se relajaron, se posaron en el pecho de él y viajaron hasta rodearle el cuello. Se puso en cuclillas y unió sus labios con los suyos, esos labios que tanto había extrañado. Mario la abrazo mientras se besaban y ella estaba en busca de su lengua, y no tardo tanto en encontrarla.

Se sentía relajada, Mario no lo sabía todo. Solo la había asustado.

— ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta que solo me interesas tú? —susurró sobres sus labios luego de separarse.

El se relajó, ____ había respondido con lo que él quería oír.

— Irte conmigo. Ahora.

Se tomaron de las manos y corrieron como pequeños hacia la esquina contraria a la escuela.
Iban a irse juntos, como solían hacerlo antes.

— No tan rápido que me canso —dijo sin dejar de reír.

____ se detuvo y él la atrapo en sus brazos haciendo chocar sus narices.

—Me imagino que tienes muchas cosas que contarme —le dijo un tanto distraído.
— Supongo. Pero ahora no hablemos de eso ¿sí? Hay que aprovechar el tiempo perdido —alagó perdida en sus labios.

...

—Si saliste el viernes, ¿Qué haces aquí? ¿No tendrías que haberte quedado en observación o algo? —preguntó confundida.
— Me salí para venir a verte, ¿sabes cuando me daban el alta? ¡El miércoles!
— ¿Cómo? —dijo desconcertada —. ¿Te saliste y no te dieron el alta?
— Quería verte —se excusó—. En cuanto desperté le dije a mi mamá que te llamará pero no atendías.
— Perdí el teléfono.

Se sentía mal. Ella tendría que haber ido a verlo, tenía que haber estado a su lado cuando despertó.

— No te sientas mal, tuviste días difíciles —susurró acariciándole la mejilla —. ¿Me dirás de una vez lo que te paso, o todo estuvo bien?

Ella se quedo pensando mientras acariciaba su cabello con lentitud. Su mirada estaba perdida en el césped, ¿Qué haría con Jan?
Eso pasaba por su pequeña cabecita: Jan.

— ____...
— ¿Uhm? —dijo volteando a verlo.

Habían pasado la mañana en un parque, eran las once de la mañana y todo el tiempo habían estado besándose.

—Perdón, ¿Qué? ¿Qué decías?
— ¿Estás bien?
— Sí —dijo sonando obvia—. ¿Me veo enferma?
— Sí. No. No sé. Estás diferente.
— ¿Diferente? Por Dios, soy la misma.
— ¿Piensas que soy tonto?
— No, Mario. Es que... estoy bien. Solo es tu imaginación.
— Ésta bien. ¿Ahora me prestarás atención? Estuviste cambiándome de tema todo el tiempo.

El quería hablar con ella acerca de lo que le pasó. Mau cuando fue a verlo el viernes en la tarde, le dijo que tenía que recuperarse, que _____ se la estaba pasando de la misma mierda.
Y fue allí cuando sus parpados se abrieron. Fue inesperado.
Lo primero que hizo fue preguntar por su mamá y sus hermanas, no tenía idea de donde estaba ni que había pasado. Mau le contó que había chocado con el auto, y estuvo en coma durante un mes. Luego preguntó por _____, ya que la recordó:

"—Bro, ______ esta para la misma mierda. Tienes que recuperarte ya porque no sé qué pasará con esa pobre chica.
— ¿Seguiste molestándola? —preguntó indignado e intento pararse. Pero no pudo, ya que estaba inyectado por todos lados.
—He hablado con ella, le pedí perdón.
— ¿Enserio? ¿Cómo esta? ¿En verdad estuve fuera un mes? ¿Qué hizo ella? ¿Vino a verme o se fue? ¿Dónde está?

Entonces el pánico se había apoderado de su cuerpo. Era cierto. ¿Dónde estaba ____? Lo único que recuerda de ella es que había desaparecido.

—Tranquilo, llamaré a una enfermera...
— ¡Si no me dices donde mierda esta me largo a buscarla!
— ¡Esta bien! Físicamente está bien.
— ¿Cómo que físicamente? —preguntó lleno de intriga. Se imaginaba lo peor.
— Esta... está mal, amigo, tiene problemas.

Mario pensó en eso, "tiene problemas" lo dijo en sentido de que tenía problemas mentales.

— ¿Problemas? ¿Qué te fumaste?
— ¡Hoy lo vi con mis ojos! ¡Esa chica tiene problemas serios! Casi mata a Kristen a los golpes.
— Ella no es así.
— Yo tampoco la veía así. Pero... agh. Habla con ella.
— Por supuesto que sí.
— ¡Qué hago yo aquí! ¡Tengo que avisar que reviviste! —grito burlón y feliz. Se había puesto genialmente feliz. Estaba por salir pero Mario lo detuvo.
— Mau.
— ¿Qué? –preguntó dándose la vuelta.
— ¿Jan se acercó a _____?

Mau se mordió el labio y metió las manos en sus bolsillos.

— Sí, el puto no se le despego en ningún minuto.
— ¿Lo dices enserio? Dios —miro el techo—. Ese no aprende.
— Igual le debes unas cuantas.
— ¿Por qué?
— Estuvo cuidando a tu chica.

Mario se sentó de golpe completamente confundido.

— ¿Queeeé? ¿Por qué? ¿De quién o qué?
— ¿Viste el puto Beltrán?

El rostro de Mario calló.

— Ese hijo de perra siempre le tuvo ganas —museo con los puños apretados. Mientras pensaba una buena forma de hacerlo sufrir—. ¿Se acerco a ella?
— Sí, se zarpo.
— ¡¿Y no hiciste nada?!
— ¡Qué querías que hiciera!
— Algo idiota, yo siempre te defendí en esos temas.
— ¡Lo hubiera hecho pero siempre llegué tarde!

Mario negó con la cabeza. Maldito Beltrán.

— Llamaré a los doctores así te largas de aquí, no me imagino lo horroroso que debió ser estar allí echado durante 33 jodidos días.

Mau tomó la perilla dispuesto a salir, pero Mario lo interrumpió nuevamente.

— Mau —lo llamo. El se volteó —. ¿Somos amigos?
— Para toda la vida campeón.

Mario le sonrió, Mau lo imito. Mario le había hecho aquella pregunta porque recordó que entre ellos había quedado todo mal, por defender a su novia.

En cuestión de segundos la habitación se lleno de personas. Cada una le beso la cara por completo.
Pero se emociono, se emociono porque Waliyha había sido la primera en entrar corriendo a abrazarlo.
Lo había abrazado, cosa que solo hacia cuando era su cumpleaños o navidad.

Le dijeron que tenía que estar en observación más días, y que si ponía de su parte se iría lo más antes posible.
Le pidió a todo el mundo que vaya a buscar a ______. Pero nadie sabía donde vivía ni su número de casa. Mario les explico millones de veces como llegar, pero se perdieron en el intento.
Era frustrante. Necesitaba saber de ella, porque no lo iba ver. Su madre le dijo que ella estuvo todos los días a su lado, todos los días hasta el miércoles.
Y por lo que Mau le dijo, no podía parar de preocuparse.

El domingo supuestamente Mario se largaría de allí. Se había portado "bien" porque quería irse, pero por dentro maldecía a todo el mundo.
Todos sus amigos habían ido el domingo, todos menos ______, se sintió demasiado vació por unos segundos hasta que su hermana menor lo lleno con un beso.
Pero los planes cambiaron cuando la doctora Marian, quien lo había atendido, prefirió que por precaución él se quedara hasta el miércoles.
Mario se indigno pero de nada serbia. Todos estuvieron un largo rato con él, y ya se estaba aburriendo de verle la cara a su falso padre.
Al final todos se fueron, y quedo Harry con él.

—Quieres matarte ¿verdad?
— No sabes lo que daría por poder largarme. Es asqueroso permanecer aquí.
— Me imagino, estar... todo el día acostado como una morsa —soltó riendo—. Adivina a quien vi anoche en Red bar club —Mario lo miró y espero a que prosiga—. ______ Cassidy.

Mario parpadeó.

— Ah bien.
— "Ah bien" ¿Es lo único que dirás? La muy perra me preguntó por ti.
— ¿Enserio? —preguntó impresionado —. ¿Qué le dijiste? ¿No le dijiste que estoy aquí, verdad?

Mau se quedo callado.

— ¡Eres un idiota!
— Para, para. Estaba distraído, no me di cuenta.
— ¿Qué dijo, que dijo ella?
— Dijo que quizás pasaría el martes. Yo que tú me escapo por la ventana antes de ese día.
— ¡Eres el tipo más idiota que conocí en mi vida! ¡Eres increíble Corona! Espero que el Muffin regrese con Louis, así te cabe por puto —dijo cruzándose de brazos.
— No me interesa más esa.
— ¿Estas completamente seguro, Lobito? —dijo imitando la voz de Matilde, cuando estaban juntos ella lo llamaba así; "Lobito".
— Sí. Me gusta tu hermana.

Mario quedo perplejo por segundos. Luego tomo su almohada y se lo aventó con fuerza.

— Con mi hermana no. Ya te lo dije.
— ¿Por qué no? le gusto.
— No le gustas, a ella le gusta Justin Bieber —le refregó con dureza.
— Eso es algo platónico ya. Yo le gusto de verdad.
— Ni se te ocurra acercarte a ella.
— ¡Era broma! —dijo riendo—. No me gustan mucho las morenas, ya lo sabes... por eso nunca funciona.

Mario no contestó pero no pudo dejar de pensar en su hermanita y Mau juntos.

— Cambia de cara, amargado.
— Háblame de _____.
— Tiene buenos pechos.

Mario se arrodillo en la cama dispuesto a pegarle, pero Mau fue más rápido ya que se puso de pie y corrió lejos de su alcance.

— ¡Era broma! Sabes que tu noviecita no es mi tipo, para nada —lo ultimo lo dijo fingiendo asco.
— Eres increíble. ¿Sabes? Ojala que tu próxima te cague como el Muffin lo hizo.

Mau se puso serio.

— ¡Era broma! —le dijo Mario imitándolo y luego estalló en risa—. Ya, cuéntame de _____, la extraño.
— No te masturbes en mí delante, please estas en un hospital.
— No ahora. Habla de una vez.
— ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estámasbuenaquelamierdayprendeatodoelmundo? ¿Eso te sirve?
— ¡Sino dejas de joder con eso te juro que te rompo la cara y terminarás internado a mi lado! —le advirtió agresivamente mientras Mau reía.
—Ya fue. Ya fue, no jodo más —dijo recobrando el aliento—. Está bien, que se yo.
— Con lo que me dijiste el viernes me quede hecho bolsa —susurró y soltó un jadeo.

Mau se quedo pensando en ella, y lo gilipollas que fue Mathew Beltrán.

— Como te dije, le debes muchas a Gil.
— Pero a ti ninguna. ¿Te quedaste parado como un gil?
— No Mario, aunque no lo creas. Ya te perdoné.

Mario lo miró.

—Me di cuenta qué viste en ella.
— Qué bien.
— ¿Sabes? Cuando le pedí perdón fue tan... tan ella. Y eso que no la conozco casi nada. Pero puedo asegurar que no fue falsa. Es dulce.
— Lo sé. Es muy sensible, así que imaginarte lo que sintió cuando le paso aquello.
— Lo sé. Estuve atormentado.

Ellos tenían una especie de "promesa" que consistía en no engancharse con nadie, con nadie hasta ser maduros.
Porque ambos sabían que no eran maduros, cada semana conocían a una nueva y solo estaban con ellas unos... ¿55 minutos? Lo máximo fue estar tres horas al lado de una chica, así, íntimamente.
Cuando Mario comenzó a salir con _____ y dejar de lado a Mau, este se sintió solo. Porque ninguno de sus otros amigos era como él, con ninguno tenía esa confianza.

— Te enamoraste como un tarado, y dejaste todo. ¿Sabes? Al principio no lo entendía, pero ahora te entiendo. Ella no es mala... es buena, lástima que esta medio... rara... no sé. Pero te entiendo y ya no la joderé mas amigo.
— ¿De quién te enamoraste Mau? —preguntó melancólico y sonriendo.
— ¡Eres idiota! ¿Yo? ¿Enamorarme? No, no va conmigo bro.

Mentía.

— Carajo, nos conocemos desde que vimos Dragon Ball por primera vez los dos, ¿no me tienes la suficiente confianza?
— Sí, pero...
— No me reiré.
— Te opondrás —susurró despacio.
— ¿Eh?

Mario no había escuchado.

—Volviendo a _____... creo que está bien. Jan estuvo con ella.
— ¿En qué sentido?
— Los vigilé, así que no tienes que preocuparte. No fuiste cornudo por segunda vez.
— ¿Podes cerrar el...?
— Ella no lo quiere como algo más —dijo rápido e interrumpiéndolo.
— ¿Estuvieron muy juntos?
— Lamentablemente sí, y Gil se la comía con los ojos. Pero ella aparenta tan... inocente e ilusa. ¿En verdad es así contigo?
— ¿Así como?

Estaba que derrochaba ira. Tenía ganas de ir ahora mismo con Gil y dejarle las cosas en claro. _____ solo era de él. Solo él podía mirarla, tocarla o tenerla cerca.

—Así... que se yo. ¿No te sacia en ningún sentido?
— ¿Qué parte de con ella no pienso en eso no entendiste?
— ¡Sí lo entendí! —dijo riendo—. ¿Pero es verdad? ¿Nada de nada?
— Qué te importa.
— Así quieres que yo te tenga confianza.
— Sí hubo algo, pero no quiero contártelo.
— ¡Por favor! ¿Te piensas que ella no se lo cuenta a alguien?
— ¿Qué quieres saber? ¿Si te digo me dejarás de joder?
— ¡Sí!
— Qué lástima. No pienso contarte lo que hice con ella.
— ¡Si no me cuentas te daré descargas! —amenazó poniéndose de pie.
— No jodas.

Luego de un largo rato de seguir hablando estupideces, surgió de nuevo el tema de _______:

— Cuando salgas de aquí, habla con ella... habla bien. No seas duro, no se ve bien.
— ¿Podes dejar de atormentarme e ir al grano?
— ¡Me vas a pegar! —chilló y Mario rodó los ojos—. Bue, parece que enloqueció.
— No vuelvas a decir eso nunca jamás ¿me oíste?
— ¿Vez? Sabía que te ibas a poner así. Pero es lo que pienso, se volvió rara, y no fue solo el viernes, sino todos los días. Tenía un clic nervioso a menudo y me daba cosa.
— Si alguien a quien quieres se está muriendo en un hospital ¿tu como estarías?
— ¡Lo entiendo! Pero esto es desde antes... ella se... —suspiró sin poder decirlo—. Tienes que hablar con ella.

Mau sabía lo que ella se hacía, cuando estuvo con Kristen ella se lo dijo.

— Continua, quieres —dijo frotándose los ojos.
— Golpeo a Kristen, parecía una fiera.
— ¿Qué le hizo ella?
— No lo sé, se que le hizo algo pero no escuché bien. La cosa es que en verdad, casi la deja desfigurada.
— Deja de volar. Ella no es así.
— Llegué tarde y lo primero que vi fue a ellas peleando, en realidad, a ______ golpeándola mejor que yo. Luego la policía vino y saco a todos, menos a Gil y Jacob. La habían defendido creo. Bueno, el punto es que la vi re mal. Parecía perdida, parecía que no sabía dónde estaba, ni lo que había hecho. Se la paso de la vil mierda mientras tú no estabas.
— ¿Cómo lo sabes?
— Todo el mundo habla de ella. Y te digo sinceramente que me pone mal, porque sé que no es mala. La juzgue mal y me deje llevar por la estúpida de Kristen. Oye, ¿Qué carajo le hiciste para sea tan... obsesionada?
— No, no es obsesión, es capricho."

Mario en ese momento recordó sus charlas con Mau. _____ se lo estaba ocultando todo.

—Para empezar, ¿Dónde te metiste esa vez... que te saliste de la escuela? ¿No pudiste decirme nada?
— Estaba mal. Y no podía seguir en el colegio.
— ¿Dónde estuviste? —le preguntó intentando sonar pasivo.
— ¿Viste Verónica Kennedy?
— Sí. La suicida. ¿Qué con ella?

______ abrió los ojos al escuchar lo que Mario había dicho. Le dolió en el pecho sus palabras, porque al fin y al cabo ellas eran iguales.

— ¿Por qué le dices así?
— _____ se cortaba los brazos, y estaba loquita —soltó sonando obvio.

_____ se calló de repente y su vista se perdió nuevamente en el césped mientras recordaba cosas. Cosas como cuando Verónica estaba en el colegio, la mayoría le tenía miedo, y otros se burlaban de ella.
Recordó cuando Maximiliano Manuel se cansó de su hostigamiento y le grito que estaba loca. Recordó increíblemente que Mario y Mau lo apoyaron diciendo que el nerd tenía razón. Que Verónica estaba loquita.

— _____, ¿estás conmigo linda? —le preguntó preocupado. Había estado hablando solo durante cinco minutos —. ¿______? ¿Qué te pasa, estas bien? —ella asintió pero no lo miro.

Estaba enojada con él.

—Me gustaría ir a casa.
— ______, soy un idiota —confesó poniendo sus manos en su cara—. Lo siento, a veces no mido mis palabras.
— Cada quien es libre de pensar lo que quiera ¿no?
— Lo siento —dijo mirándola a los ojos—. Prometo no volver a expresarme así de alguna de tus amigas.
— Ya no tengo amigas, Mario.
— ¿Qué?
— Lo que oíste. No tengo ninguna fucking amiga —le dijo con la mirada pérdida y mordiéndose las uñas.

Mario la miró detenidamente, notando sus movimientos nerviosos.
Movía la cabeza para un costado, cada cuatro segundos y parecía perdida en su mundo.
Harry tenía razón, tiene problemas.

— ¿Qué es lo que te paso?  

Cambiaste Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora