Hola, hace dos días no he podido escribir porque estaba en una especie de shock o no sabría como descifrarlo. Ahora estoy tranquila, relajada, dolida, avergonzada, pero ¿a quién le importa lo que yo sienta? A nadie.
Y lo peor de todo es que son las cinco de la mañana, me acabo de levantar y no he podido dormir de nuevo. Oh no, eso no es lo peor, lo peor es que hoy iré a la escuela. ¡Por eso no puedo dormir! Maldita sea, escuela de mierda.
Oh mi... el jueves yo agredí a Kristen ¿recuerdas? Bien, el viernes ella se vengó de mí.
Y nada. Solo me siento "bien" debajo de las letras... ciento que cada día me desintegro más en la escuela, cada día me siento más pequeña y transparente.
Hubiera desaparecido a no ser por él, quien se apiado de mi soledad y estuvo todos los días haciendo todo lo posible para protegerme.
Pero eso no es algo bueno... porque yo no quiero continuar rechazándolo... yo... yo aún estoy enamorada de Mario, nadie va a cambiar eso.
Estas semanas sin Mario... intenté no hablar TANTO de Jan Gil, pero ya no resisto. Intenté no escribir lo importante para IGNORARLO.
La semana pasada Jan había intentando besarme, cuando estábamos en el receso con Niall. Le corrí la cara, mirando a otro lado. Niall no sé dio cuenta, porque estaba mirando a una zorra de por ahí.
Pero desde ese día, Jan fue diferente, fue... más... coqueto conmigo pero cuando me percato le corto las alas de una.
Me cambié con lo que había ordenado anoche, recuerdo haber pensando en Mario porque el día anterior no había ido a verlo.
Luego de cambiarme mire mi cabello con interés, pensé en cortármelo al volver de la escuela, pero me daba una lástima tremenda enviar el cuidado que le tomé, al piso de la peluquería.
Desayune forzosamente y tomé las pastillas de hierro que me había recetado la doctora la otra vez, había comenzado a tomarlas y no me resultaba nada cómodo tener que hacerlo.
Al salir de casa camine hasta la escuela, y recuerdo que la primera canción que oí de mi reproductor fue Let it be – The Beatles. No lo sé, pero esa canción lleno mi alma y pudo levantarme el ánimo y pensé que sería un día increíble. Al escucharla camine todas las calles sonriendo y saludando a la gente que ni conocía.
Me sentía equivocadamente feliz.
Pise la escuela y todo mi mundo se vino abajo, no podía dejar de ver la estructura de esta. Estaba repleta de papeles. Papeles blancos.
Y lo primero que pensé es que se trataba de una broma hacia a mí. Quizás de Mathew Beltrán o de Kristen.
Mi cuerpo se había quedado duro como yeso, incapaz de dar un paso para comprobar que mierda pasaba.
¡Piernas de porquería, funcionen!
Todos estaban amontonados mirando los papeles, contra la entrada. Varios chicos pasaron a mi lado corriendo para ver qué era lo que sucedía, quien había sido el "genio" que hizo todo aquello.
Unos pasos se escucho detrás de mí, habré estado dos minutos allí parada. Sentí la presencia de alguien a mis espaldas, me di la vuelta. Era Jan, con su mochila colgando de uno de sus hombros.
Jan: ¿Por qué tanto alboroto? –Preguntó con seriedad sin dejar de verme. –
Tu: No sé.
Jan: ¿Miedo? –Preguntó preocupado, arrugando la frente. Me mordí el labio y suspiré. Asentí –
Relamí mis labios y miré detrás de él, Jacob pasaba... junto con Megan. Ella me sonrió y le habló mientras los miraba y le devolvía la sonrisa. Sonrisa que suprimí cuando él me vio, pero para basurearme con su peor cara de culo.
Volví a Jan.
Tu: Duele.
Jan: ¿Qué cosa?
Tu: Estar cerca de alguien y no poder tenerlo.
Aquello lo dije sin pensar, Jacob era muy importante para mí. Lo conozco hace cuatro años, pero nos hicimos amigos de verdad hace un año mas o menos. Y es... algo diferente que Jan, bueno, Jan últimamente se anduvo comportando muy lindo conmigo, en realidad, desde que nos besamos por primera vez {hace mucho} se anduvo comportando lindo conmigo, y no me gusta. Eso no va con nuestra "amistad". Lo que va con nuestra amistad son los insultos. Y además, debía de no ser "cariñosa" con él. Ya que quizás... quizás aprovecha la oportunidad que tiene, la oportunidad de "Mario no está con ella"
Jan: ¿Qué quieres decir con eso?
Tu: Nada, idiota. –Me miro sorprendido y le sonreí. Me sonrió de nuevo, solo que diferente a como antes. Eso me incomodo, maldita sea, Jan gusta de mí ¿Por qué rayos siempre intento ignorar eso? –
Jan: ¿No piensas entrar?
Tu: Me da no sé qué cosa.
Jan: Oh no seas maricona, vamos. –Soltó tirándome delicadamente del brazo. –
Solté un jadeo porque tenía miedo, antes de salir de casa había tenido miedo. Luego me puse feliz, y ahora estoy para la mierda.
Mis labios se separaron al ver la escuela, los papeles esos.
Kristen no se había quedado de brazos cruzados. Se vengo con lo que siempre me amenazo.
Carajo, lo primero que paso por mi mente fue querer arrancarle los pelos, querer darle un puñetazo en su nariz y una patada en sus piernas.
Fue un pensamiento agresivo, pero así reaccione.
Todo el puto mundo se volteo a verme con cara de idiotas. Con las caras de idiotas que jamás había visto en mi fucking vida.
"Ella se corta..." "No es ella, ¿o sí?" "Sí... es ella... pobre" "Quiere llama la atención" "Ha de tener problemas"
Era... tan molesto. Me había puesto roja del coraje, de la vergüenza. Por suerte nadie me decía nada, solo comentaban entre ellos.
Quise salir corriendo por cualquier salida.
Mire a mi costado, Jan seguía a mi lado y tenía una cara terrible de confusión. Me miro, no aparte la mirada, ¿Qué pensaba él de todo eso?
Jan: _____...
Tu: Cállate, no lo arruines. –Dije la misma frase que él me decía a menudo. –
Fui a mi casillero, todo el mundo detuvo sus conversaciones y me miraron como si fuera un fantasma. Pasé mirando el piso, y llegue al jodido casillero.
Mis hombros cayeron y sentí como mi estomago se revolvía. "Puta" "Suicida" "Loca" "Amanteporlascortadas"
Todo escrito en mi casillero. Respiré hondo justo cuando aparece Mathew Beltrán y sus gorilas por detrás. Me miró con su mejor cara de puto, de pervertido, de forramente malvado.
Abrí el puto casillero parpadeando para ignorar las lágrimas que venían.
Mathew: Hola bonita, ¿Qué paso? ¿Por qué lloras? ¿Te dejo tu novio? –Se burló con voz forzada y mis mejillas aumentaron de color. Deje las cosas de lado y lo miré desafiante. –
Tu: Cuando Mario despierte lo primero que hará será venir a patearte las bolas.
La mayoría comenzó a murmurar cosas burlonas. Yo simplemente puedo soportar que me diga lo que quiera, pero a Mario que no meta en esta mierda.
Mathew: Sí es que despierta.
Tu: Créeme que lo hará. Y seguramente continuarás jodiendome a sus espaldas como la mariquita que eres.
Rieron en voz baja.
Tu: Ambos sabemos que así es.
Mathew: ¿De qué hablas? ¿Yo? ¿Fijarme en ti?
Tu: Por algo me estas jodiendo ahora, ¿no? –Se quedo callado, y en segundos habló –
Mathew: Que me gustes por fácil no quiere decir que me intereses.
Tu: Ándate a la mierda. –Susurré jodidamente dolida y volví al casillero, estaba por tomar cualquier libro para irme rápido. –
Mathew: ¿Es cierto esto? –Preguntó pero tome un libro y cerré el casillero – Oye, perrita te estoy hablando.
Jan se puso repentinamente delante de mí, estaba por partirle la cara a ese cuando lo sujeté. Le dije que no valía la pena, cuando me di cuenta que todo el mundo estaba mirándonos. Mierda, ¿Cómo pasé: no ser nada a esto? Soy farándula en esta pocilga de colegio.
Mathew: Tranquilo rottweiler. –Dijo y rió. Después me miro. – ¿Esto es verdad? ¿Eres aficionada al dolor, bonita? –Dijo acercándose pero Jan lo empujo estampándolo contra los casilleros. –
Le tome rápidamente la mano y me salí de allí con él, empuje a todos justo cuando el estúpido grito:
Mathew: ¡Me excita el dolor muñeca! ¡Cuando quieras nos cortamos juntos! –Grito con una voz rara y todos comenzaron a reír. –
Eso me hizo mierda, me estaban burlando porque me cortaba. Jan se detuvo para volver y hacer justicia por mí, pero como pude lo arrastre lejos.
Mathew dijo algo, pero no pude escuchar.
Mathew: A mí nadie me deja hablando solo ¿sabes? –Dijo cerca y tomándome del otro brazo. Me dio una vuelta y me apego a su cuerpo. Fue tan rápido que ni reaccione. Intento besarme solo para verse macho ante todos, pero Jan reacciono y me liberó de él. Pero uno de sus amigos llego y lo estampo en el piso. –
Tu: ¿Qué mierda te pasa? ¿Estás loco o qué? ¡Déjame en paz!
Mathew: Me pagan para joderte, bonita. –Me susurró al oído y sentí un escalofrió correr mi cuerpo. Lo tenía detrás y me apretaba las muñecas. – ¿Me enseñas tus cortadas? –Soltó en voz alta, rasgando la tela de mis mangas. Comencé a gritar y todo el mundo venia, algunos idiotas con celulares dispuestos a grabar. –
De repente alguien lo alejó bruscamente de mí, y caí al piso. Estaba aguantando las ganas de llorar. Me había comido todo, y lo había almacenado en mi pecho. Luego ese alguien me tendió la mano y la tomé sin mirar. Supuse que sería algún desconocido que se apiado de una pobre victima sufrida y miserable.
Lo miré, y me desgarre en increíble llanto. Moría por abrazarlo y besarle toda la cara.
¡Jacob!
Me sonrió con tristeza y busque a Mathew Beltrán con la mirada, estaba poniéndose de pie y limpiándose el labio que le sangraba.
Jacob lo había golpeado por mí.
Todo parecía Troya. Fue tan... irreal que aun pienso que quizás fue una pesadilla. Jan estaba golpeándose con... con Mauro Shalley, el amigo del descerebrado este. A Jacob lo agarró Mathew nuevamente y yo no sabía dónde meterme. Todo estaba ocurriendo muy rápido y me di cuenta que necesitaba a mis amigas. Ex amigas...
Visualicé a Kristen riendo en una esquina. Cuando nuestras miradas se encontraron esta dejo de reír para mirarme con una sonrisa triunfante.
Apreté los puños. ¡Todo era por su puta culpa! Seguramente se acostó con Mathew Beltrán para así este me arruina la vida.
Un segundo después mire a mi otro lado, donde mi mejor amigo daba todo por romperle la cara a Beltrán. Y del otro lado estaba Jan con Mauro.
Volví a tierra y parpadee, todo había ocurrido muy en cámara lenta. Me di cuenta de la situación y corrí a cualquier dirección, pero Lida. ¡LIDIA! Lidia... se puso en mi camino y la mire con mi peor cara.
Estaba con una mano en su cadera, sobre sus ajustados jeans. Posaba como una desgraciada modelo con falta de cerebro, y sonreía.
Lidia: Todo vuelve, te lo dije.
Cuando la echaron, yo estaba... y nos vimos. Dijo que se las cobraría, pero nunca le presté atención.
Intenté pasar a su lado, sintiéndome completamente sola y vulnerable. Pero se interpuso en mi camino nuevamente. Sin dejar de mirarla con mi peor cara, me corrí para el otro costado. Esta me imito.
Tu: ¿Te podes salir, perra? –Le dije entre dientes. –
Lidia: ¿Cómo me dijiste adicta?
Tu: PE-RRA.
Me miro diabólicamente y me empujo hacia atrás, caí y solo en cuestión de segundos la tenía encima de mí.
Todo parecía un zoológico.
Nos insultamos hasta más no poder, nos dijimos de todo mientras me quedaba sin cabello, y ella sin cara. Le di un rodillazo en el estomago, hasta a mi me dolió. Y pude zafarme de su cuerpo.
Estaba completamente llena de ira, ¿Dónde mierda estaban los directivos?
Me puse de píe, mi pelo completamente desordenado al igual que mi blusa que ya no tenía botones y las mangas estaban a punto de fallar. Me miré, y no, no se veía nada.
Lidia: ¡Puta cu.lo abierto! –Dijo arrodillándose. Me lleno de asco su vocabulario así que solo la miré con lastima y me di la vuelta. –
Me di la vuelta. Y un rostro desagradable tenía en frente.
Tu: ¿Qué mierda te hice? –le susurre con el dolor de todo mi puto cuerpo. – ¿Podes dejarme en paz? ¿A caso nunca te aburres? –Le grité sin tolerancia y apretando mis dedos. Negó y saco un cuchillo. Retrocedí pero choque con alguien, Lidia. –Kristen... ba... baja eso.
¡Enloqueció!
Xxx: ¡Tiene un chuchillo! ¡Llamen a alguien! –Gritó uno de los testigos. –
Tu: Kristen... dame... dame eso. ¿Qué mierda aras? ¿Enloqueciste nena?
Lidia: No enloqueció, zorrino, te hará un favor. –Susurro detrás de mí mientras tomaba mis manos. Me llene de terror y le pisé el pie. Esta gimió pero se las ingenio para no soltarme. –
Xxx: Chica... chica... ¿me das eso? No te zarpes, te arrepentirás. Dámelo... yo... yo no le diré a nadie que lo tenias. –Dijo un desconocido acercándose. –
Kristen: ¡Si no te alejas no reacciono idiota! –Le grito mientras Lidia levantaba mi brazo. –
Mi cuerpo comenzó a temblar. No sabía qué sentir. Kristen me haría el favor de... de... ¡agh!
Mire a los demás, no había casi nadie.
Lidia: Rápido que los chismosos fueron por ayuda.
Jacob: ¡Kristen! ¡Kristen! –Grito fuertemente pero no vino. –
Jan: ¡No seas estúpida!
De la nada apareció una chica desconocida y comenzó a gravarlo todo.
Kristen: Enfoca mi cara Judiss, quiero que sepan que fui yo. –Dijo con orgullo mientras veía todas mis cicatrices –
Tu: Kristen... quieres... ¿quieres saber de Mario? –Le dije temblorosa y muerta de miedo. A lo mejor no iba a cortarme. Me miro. –Yo... puedo llevare con él... puedo... puedo hablarle de ti. Decirle lo buena que eres.
Lidia: No seas estúpida.
Tu: Yo... sé donde está. –Le susurre –
Lidia: ¡Kristen! –Le gritó y ella parpadeo –
Kristen: No intentes tratarme de loquita, querida, esa eres tú.
Entonces paso... me hizo un corte, bastante sencillo. Pero lo hizo. Lo hizo encima de mis antiguas cicatrices, yo solo lloré y cerré los ojos.
Fue algo inhumano.
En cuanto Lidia me soltó así "me iba corriendo a mi casa" le tiré en cuchillo a Kristen, quien estaba conmocionada. Y me tire encima suyo para romperle la cara.
Aun me quedaban energías. Esa puta me las pagaría.
Nadie podía separarme, el diablo se había apoderado de mi cuerpo. ¡Dios! ¿Por qué...? Maldita sea, ¿Por qué? ¿Por qué...?
Unas manos fuertes tomaron mi cuerpo y me levantaron.
Estaba lleno de policías. Mierda.
Regresé a mi cuerpo, en ese momento volví a ser yo misma la que controlaba mis acciones.
Ayudaron a Kristen a pararse y quede impresionada. Su nariz estaba hecha pedazos al igual que su labio.
¿Yo le había hecho eso?
¿Yo había lastimado así a alguien?
Las lágrimas se apoderaron de mis ojos, y un dolor en mi brazo me hizo reaccionar que me desangraba. Kristen al cortarme encima de las demás, abrió mis antiguos cortes, estaba bañada en sangre. Era traumatizante.
Kristen: ¡Esta loca! –Dijo lloriqueando. – ¡Me quería matar!
Los policías me miraron y abrí mis ojos.
Xxx: ¿Eso es verdad? –preguntó uno de ellos. Mi boca estaba completamente seca. Me zafé del agarre de uno de ellos e intente correr a mi casa. Pero me detuvieron. –
Kristen: ¡Quiso matarme con ese cuchillo! ¡Porque dice que le robe al novio!
Abrí los ojos aun más y negué continuamente. Eso era mentira y todo el colegio lo sabía.
Kristen: ¡Quiso matarme e intente luchar con ella! Y ahora me golpeo, me duele mucho.
Tu: Eso... eso... eso no...
Mi voz se apago.
Xxx: Tendrá que acompañarnos jovencita.
Tu: ¡No! – grité y me prestaron atención. Mi cabeza dio vueltas y caí al piso de rodillas. –
Xxx: ¡Esta herida! ¡Llamen a una ambulancia! –oí que decían. –
Todo fue como una trágica novela ficticio. Algo que pensé que nunca me ocurriría, algo que... solo podía ver en los noticieros o quizás novelas de fantasía.
"Adolescente amenaza de muerte a compañera por su novio" ya veía en el periódico y la foto de mi perfil de facebook.
Me dolía mucho el brazo, me hicieron agachar la cabeza.
Tu: E... ella me cortó el brazo. –Dije como pude y me lo apretaron con algo. Grité un poco, dolía como la puta madre. –
Xxx: ¡Todo es culpa tuya hijo de puta! –Gritaron. En ese momento no sabía quién era, pero fue Jacob. –
Xxx: ¡Jóvenes, sepárense! –Gritó un policía cerca – Maldita sea. –susurró, el estaba conmigo. – ¡Donde está la ambulancia José!
Masajee mi cabeza y cerré los ojos. Luego los abrí y vi todo bien. Mire a Kristen siendo acusada por Megan. Ella estaba acusando a Lidia y a Kristen, dijo como había pasado todo. Los poli asintieron y se la llevaron mientras hablaban por teléfono.
Xxx: No tienes la culpa de nada ¿de acuerdo? Muy pronto estarás bien. –Me susurró una señora, señora poli. –
Luego me cargaron y me llevaban no sé a dónde. Escuche muchos murmuros: "Esta loca, casi mata a Kris a golpes" "Se corta... tiene problemas" "Es una salvaje" "Todo esto comenzó por su culpa" "No sé ve tan mal como debería, la esta coleando mientras Mario lucha por su vida"
Esos no puedo quitármelos de la mente. Me duelen. Me duelen mucho. ¿Ellos que mierda saben?
Bien. Eso paso. Ahora es lunes, y el doctor Fincoll {nuevo psiquiatra} me dijo que tengo que integrarme de nuevo en el colegio.
Pero... ese doctor es una caca. ¿Después de toda la mierda del viernes iba a volver? ¡Por supuesto que no!
Pero aquí estoy, son las seis cuarenta.
Seguramente pensarás que todo lo que escribí lo saque de un libro de droguis. No. Esa mierda me pasó el viernes.
Es in cre i ble. Jodidamente increíble la mala suerte que tengo. Pensé en que quizás alguien me está haciendo daño... pero, ¿conozco a alguien que sea brujo o algo por el estilo? No tengo la más mínima idea. Se lo comenté a mi mamá, pero no cree en eso.
Tm: _____... amor –susurró creyendo que dormía. –Oh, qué bueno que es tas despierta. ¿Lista? ¡Apuesto que será un día emociónate! Recuerda que pasare por ti e iremos al CC.
Hablaba con tanta emoción fingida.
Tu: Mamá, no jodas. ¿En verdad quieres que vaya?
Tm: Eso fue lo que dijo el doctor Fincoll...
Tu: ¿Puedes dejar de fiarte de estos idiotas psiquiatras? ¡Fingen interés en los pacientes, pero lo único que quieren es tu puto dinero!
Tm: ¡No hables así!
Tu: Hablo como se me da la gana. Prefieres que un desconocido con título de "ayuda la gente" me aconseje en lugar de hacerlo tú misma. ¡Fuiste adolescente! ¿O no? ¡Debes saber la mierda que es la escuela! ¡Con toda la porquería que te conté debes imaginarte como la pasaré si voy! –las lagrimas se acumularon en mis ojos – ¿A caso no te importo siquiera un poco? ¡Se burlaron de mí! ¡Golpearon a mis dos amigos por mi culpa! ¡Me acusaron de loca! ¿No sabes? No sabes nada...
Tm: ¡Lo sé perfectamente! _____...
Tu: No sabes una mierda. Tuviste una vida perfecta. Una madre perfecta, un padre perfecto, salías a todos lados, comías lo que se te antojaba y no engordabas, saliste con millones. Mamá, no tienes idea de lo que es estar en mis zapatos. ¡Quisiera que estuvieras en mi lugar un día! ¡Quisiera que sientas lo que yo siento así me entiendes siquiera un poco como debería ser! ¡Estoy podrida de ti, no sirves para nada!
Mantuve mi agresiva mirada, sus ojos se cristalizaron y suavicé mi rostro.
Tu: No... mamá...
Pero salió corriendo por la puerta.
Hundí mi cabeza en la almohada, preguntándome millones de veces porque era tan mierda, porque tengo sentimientos de mierda, porque soy tan desgraciada.
Estaba temblando, y eso significaba una necesidad. Solo una cosa pararía con eso.
Pero no. Soy más fuerte que eso.
Tomé una ducha, me cambie y tome mi mochila.
Desayuné sola. Mamá no estaba, y mis hermanos los lunes entran más tarde.
"Me largue a la escuela" deje escrito en una hoja, pegado al refrigerador.
Ya no quería recurrir a mí estúpido casillero.
No dejaría que los demás piensen que soy débil, lo soy pero no quiero demostrarlo, pasaré con la frente en alto.
Soportando.
Soportando como lo hice estos últimos meses.
Ahora me pregunto, la gente que sufrió bullying siempre ¿Cómo hizo para no matarse?
Simple, seguía el ejemplo de algunos. Los que lo soportan terminan siendo estrellas pop multimillonarias, cantantes, o lo que sea, pero el punto es que terminan bañándose en dinero.
No es que yo pensaba así, sino que... pienso que los que aguantaron terminaron mejor que los hostigadores.
Mientras iba a la escuela conté a cuantas personas había lastimado verbalmente. En primaria lo hice con dos niñas, diciéndoles que mi Barbie era mejor que las de ellas.
Y toda la secundaria hasta el año pasado, me burlaba de Maximiliano Manuel, un nerd del salón. Pero... lo hacía porque lo demás lo hacían.
Qué estúpida, hoy le pediría perdón.
Doblé la esquina, y choque con alguien.
Tu: Lo sient... –comencé a decir.
La mierda, estaba tan concentrada en cómo hablar con alguien con tantos problemas sociales como Maximiliano Manuel, que ni cuenta me di que esta esquina era la de Matilde.
La esquive, sintiéndome pequeña. Camine delante sin darme la vuelta, ella no me llamó. No me llamó cosa que lo había anhelado.
Camine con los sentimientos destrozados, camine con miedo, con terror. Con un miedo que jamás había sentido en mi vida, miedo... miedo de que en el colegio, todos me señalen. Todos señalen mis defectos.
Tenía miedo de ver a Jan. Miedo de ver a Jacob. En síntesis, tenía miedo de ver a todo el mundo. Había quedado como una loca impulsiva que casi mata a uno de los bombones de su estúpida institución.
"________ ________ tienes quince años, eres fuerte, valiente e increíblemente buena y genial. Tú puedes contra este zoológico lleno de monos sin cerebro..." dijo alguien en mi nuca.
Mi corazón se había detenido por completo, mis nervios estaban al mil al igual que mi estúpida respiración. Será... ¿posible? ¿Él? ¿Será el? Dios mío.
Me di la vuelta lentamente mientras en mis ojos se acumulaba todo lo sentido en las últimas semanas. Estalle cuando lo vi allí, parado, preocupado, sensual, hermoso.
Dios, no encuentro adjetivo que pueda describirlo.
Puse mis manos en su pecho, ¡santo cielo! ¡SOLIDO! ¡SO-LI-DO! ¡ERA EL!
Me hundí en su pecho sin dejar de sollozar.
Tu: Maldita sea Mario, no vuelvas a irte nunca jamás.
Estaba... no sabía como estaba. Solo sé que comencé a reír como loquita.
Reía... para ocultar mi dolor, el dolor de todo lo que me anduvo pasando, el dolor de no haberlo tenido. El dolor... de que había cargado sola con mis problemas.
Sentía... tantas cosas.
Sentía felicidad, miedo, emoción, preocupación...
Mario: Sh... lo siento mucho.
Tu: No, lo siento yo. No fui a verte desde el miércoles. –Dije aun abrazándolo. –
Eso me había estado atormentando, no había ido a verlo y por lo tanto sentía que le fallé.
Tu: ¿Cuándo... cuando... cuando despertaste?
Mario: Viernes.
Tu: ¿Viernes? Te extrañe tanto...
Mario: No llores, no me gusta que llores. –Dijo apretándome más a él. –
No dejaba de sollozar, lo necesitaba. Aquello era MUY INESPERADO, MUY RAPIDO, MUY BUENO. SANTO CIELO, POR ALGO VINE A LA ESCUELA. POR ALGO ESA PICAZON DE VENIR, ESO QUE ME DIO CUANDO MI MAMÁ SE LARGO DE MI CUARTO.
Tu: Mario... no sabes... lo feo que fue. Me sentí... me sentí tan sola. Me sentí tan culpable.
Mario: _____ basta... me harás llorar nena.
Tu: No... me vuelvas a dejar nunca jamás ¿me oíste? No resistirá una próxima.
Mario: No habrá una próxima, te lo prometo mi amor. –Susurro y me beso la cabeza. –
Lo abracé por más tiempo, estábamos a una cuadra del colegio. Respiré su aroma, ese aroma embriagante que tanto habían extrañado mis fosas nasales. Me separé de él cuando ya estaba lista, desahogada, feliz.
Me sonrió dulcemente, sus ojos brillaban. Acaricio mi cabello, y corrió un mechón de mi cara.
Mario: ¿Ondas? Me gustan.
Analice sus palabras sin dejar de adorarlo y mirarlo. Era maravilloso tenerlo en frente.
Tu: No me peine.
Mario: ¿Cuándo no te peinas se te pone así? Cielos, hasta desarreglada eres hermosa. –Reí y me seque la cara, lo abracé de nuevo. –
Tu: Perdón si te aburro, pero no puedo creerlo. No puedo creer que por fin estas aquí, dime, ¿Por qué tardaste tanto? –Susurré estando en sus brazos. –
Mario: ______ no lo sé, para mí fue ayer cuando te escapaste del colegio.
Tu: ¿Cómo despertaste? ¿Cómo fue?
Mario: Pude escuchar todo lo que decían... fue una experiencia rara. Era como un sueño con voces.
Me separé para mirarlo.
Santo cielo, escucho lo que le leía... escucho cuando le hablé.
Mario: En mi sueño me había acostumbrado tanto a tu voz.
Tu: Siento no haber ido esos días... yo... yo quería estar cuando despertaras.
Mario: Extrañaba escuchar ese maravilloso cuento que contabas. Ahora no lo recuerdo mucho. Después como que me habías dejado, y me sentí incomodo en la oscuridad. Nadie me hablaba... nadie. En el medio de la oscuridad sentía como lucecitas... o una luz blanca, no los sé. Me sentía perdido, sentía que caía.
Tu: Continua. –Pedí mientras ponía mis manos en su cintura –
Mario: Luego, creo que el viernes, me sentía muy lejos de la oscuridad. No sé. Pensé que el sueño se acabaría. Pero me hablo Mau, dijo que estabas muy mal. Llegue a lo oscuro y desperté.
Tu: ¿Así de fácil?
Mario: Así de fácil. –Dijo y sonrió. –
Le había prestado atención, pero no demasiada. No sé sus palabras exactas, pero sé que fue mas o menos como lo escribí.
No le había hecho mucho caso porque estaba fascinada por sus acciones, sus gestos, su forma de mover los labios al hablar. Sus ojos.
Mario: Tengo miedo de ir al colegio, me daban por muerto seguro. –Soltó pero negué sintiéndome aun en el paraíso por sus ojos – Bien, ¿nos vamos bonita?
Mi sonrisa se desvaneció y sentí mis músculos tensarse. El se percato de mi incomodidad y su rostro se mostro sin emoción alguna.
Tu: No puedo. Primero hay que hablar.
Sus ojos se oscurecieron de repente, estaba enojado. Su mandíbula estaba apretada y su mirada continuaba distante.
Mario: Ya me lo dijeron todo.
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Cambiaste Mi Vida
RomanceEsos ojos, esos maravillosos ojos miel me flecharon y no pude dejar de mirarlos por más que quisiera. Basto un minuto para que mi vida cambie por completo y valla por un buen camino... uno mejor. Me llamo (tu nombre) ______, tengo 14 años y vivo en...