Capitulo 28

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  Es lunes. Me siento mucho mejor ya que respete mis horarios para tomar ese horrible jarabe. Lamentablemente solo me quedo el resfriado que no se me pasa, pero sé que algún día se irá el muy miserable.

Matilde ayer no vino porque, supuestamente, Marco la castigo. Pues, el sábado no llego a casa a las 6, como habían acortado. Sino a las 8. No estaba ebria ni drogada. Es que, su papá la encontró en la puerta de su casa con Mau, obviamente despidiéndose muy amorosamente.

¡Tiene que ser estúpida! Y se lo dije. ¿Cómo se le ocurre hacer eso? Siquiera le hubiera puesto almohadas a su cama y subido por la ventana. ¡Es súper fácil! Pero no, ¿Qué habrá hecho con él durante esas horas? No pudo contármelo anoche porque la llamada duro diez segundos.

Bueno, ahora estoy en cama y me siento mucho mejor. Si fuera por mí permanecería toda la mañana aquí debajo de las frazadas. Pero no. Tengo que bañarme, vestirme y lo peor: ir a la escuela. No tengo ganas de ir y creo que faltaré.
''Di la verdad, no quieres ir para evitar cruzarte con el chico de cabellos negros. '' ¡Adivinaste subconsciente! (?)

~

Jacob: Si no vengo de seguro que te olvidas de mi existencia.

¡Jaaaaaaaaaaacob! Vino a verme. Le sonreí y lo abrase. Luego lo invite a pasar y lo hice sentarse en el sofá y fui al refrigerador por bebidas y dos paquetes de doritos. Los puse en platos y a un lado el queso derretido. Luego lleve todo.

Yo estaba en medias, con el cabello inflado y cara de dormida. De hecho, nunca me había visto tan mal arreglada { } el buzo me iba grande y el short masomenos. Pero bueno, es Jacob.

Tu: Ten payaso. –Dije mientras le entregaba una lata de Fanta. Otra cosa no toma. –
Jacob: Gracias.
Tu: Qué raro que te acordaste de mí. –Le comente haciéndome la ofendida y sentándome a su lado. El rio. –
Jacob: Que raro que tú te acordaste de mí. Creí que me ibas a acechar un rato y luego me correrías por ser un desconocido para ti.
Tu: Oh claro que no.

Apreté sus cachetes como solía hacerlo antes. Solía molestarle pero esta vez no dijo nada.
Lo mire; es tan adorable. Tiene ojos verdes, pecas, rulos negros y cejas pequeñas. Desearía que fuera mi hermanito, es muy tierno.

Jacob: ¿Qué tanto me ves?
Tu: Nada chaparro.
Jacob: ¿Chaparro? Tu eres la enana aquí ____. –Me dijo burlón. Luego comenzó a hacerme cosquillas con una mano cerca de las costillas. Me había recostado en el sofá e intentaba defenderme pero era imposible. No paraba de reír, hasta me costaba respirar. Luego sentí un flash cerca de mí y abrí los ojos. –Pal facebook.

Tenía su celular, me saco otra. Luego comencé a reír porque sus ojos miraban al mismo lugar, su nariz. En mi plena risa me saco otra más.

Tu: Ya cánsate. –Le dije sin dejar de reír. –Deja de sacarme fotos.
Jacob: Son demasiado buenas. En un rato las subo. Ven, una juntos.

Nos sacamos una normal, sonriendo. Luego otra haciendo caras raras, luego otra, otra y otra. En la última salí mordiéndole la oreja y el con cara de sufrimiento jaja. Ame esa fotografía.

Fue un momento hermoso y de risa, cuando comencé a comer los doritos me había manchado los labios con el queso. Estaba demasiado derretido. Voltee para ver a Jacob, pero no lo vi a él, sino al flash de su celular. Maldito. Ese si es un escracho total.

Tu: A la anteúltima no la subas. –Solo asintió. –
Jacob: ¿Con quién haces el trabajo de geografía? –Me pregunto de repente, mientras guardaba el celular. Lo mire un segundo. –

Es verdad, dejamos el trabajo en el olvido.

Tu: Bautista.
Jacob: ¿Enserio? –Pregunto frunciendo el seño. –Yo lo tengo que hacer con Lidia.

Cambiaste Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora