Capitulo 34

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  Hoy fue un día bastante... agitado y largo. Más de lo normal.
Cuando llegamos a la escuela vi, luego de tanto tiempo, a esa chica que un día me grito algo con respecto a Niall Horan. Me fulmino con la mirada mientras yo solo me di cuenta de su existencia, después desvié mi mirada hacia delante intentando buscar a alguna de mis amigas. No habían llegado las desgraciadas y Jan que me llevaba con sus amigos... oh por Dios que no esté Mario. Si me ve llegando con Jan se morirá.
Fuimos hasta la escalera y no, gracias a Dios no estaba. Mi corazón se tranquilizo.
Éramos nosotros más Zurita, Mau y Horan.
Me senté en el muro que esta una vez que subís la escalera, después de saludarlos, ellos platicaban mientras yo buscaba a Jacob por los alrededores. Pude sentir como alguien jugaba con mis dedos mientras yo estaba distraída. Después me di cuenta que era Jan y lo mire, el seguía hablando con ellos pero Mau estaba mirando nuestras manos.

Oh no mierda. Le contara a Bautista.

Saque mi mano y fingí buscar algo dentro de mi mochila. Solo tengo dos libros que no entran en mi casillero, mi cartuchera y unas cositas más.
Jan estaba... en frente mío y sus amigos a mi lado. No sé qué hora serán pero quiero entrar antes de que Mario llegue. No quiero que odie a Jan más de lo que ya lo hace.
La mochila se me cayó al piso y me baje para tomarla pero no me di cuenta que el tonto de Jan hizo lo mismo y al agacharnos nos golpeamos los dos en la cabeza. El se quejo divertido y sobo la parte golpeada mientras yo reía y sobaba mi frente.

Tu: Por tu culpa me quedara marca. Tonto. –Le dije con la voz rara, quería reírme, fue muy tonto lo que paso. –
Jan: ¿Mi culpa? –Dijo haciéndose el ofendido –Solo quería ayudarte.
Tu: ¡Lo sé! Jaja, no te lo tomes a mal solo fue un chiste. –Le dije y reí –Por cierto, tienes la cabeza muy dura nene.

Yo tenía la mochila entre los brazos y me reía de cómo los chicos se reían de Jan, y el también de el mismo. Pero mi sonrisa desapareció cuando gire la cabeza y lo vi entrar por el estacionamiento, caminando obvio. Es cierto ¿Por qué no trae su auto? Quizá no querrá que se lo roben, arruinen o no sé.
No me vio aun, pero no puede verme. No quiero que lo haga. Mi salvación fue el timbre y salí disparando hacia dentro.
Fui directo hacia mi casillero... no lo recurro demasiado, es más, fue milagro que recuerde donde estaba. Saque unas cosas que necesitaría en este momento para hacer una tarea, luego me mire en el espejo que tengo. Increíble. Al pestañar en el colectivo el rímel se me corrió un poco. Pero no se ve tan mal. Además, no tengo tiempo de sacármelo.
Fui hacia el salón sabiendo que Mario está allí pero no me importo un carajo. Cuando entre, ya todos habían entrado al salón pero la profesora aun no llegaba. Las chicas no habían venido y no sabía donde sentarme. Vi a Jan solo por un lado y a Mario por el otro... hay esto es tan difícil.
Opte por la que pensé desde que pise el salón. Me senté con Jan. No me importa, que se enoje.
Lo peor de todo es que tuve que pasar frente a él para ir con Jan. Me dedico una mirada que no pude analizar, se dio cuenta a donde me dirigía.

Tu: ¿Puedo sentarme?

Levanto su cabeza y me miro confundido. Es obvio, desde el año pasado que no me siento con él.

Jan: Claro. –Dijo simplemente mientras quitaba la mochila del asiento. –

Me senté y él se paro con la mochila en la mano. ¿Qué? ¿Se está yendo? Paso por casi todo el salón y dejo la mochila en uno de los bancos vacios que había por allá. Después de nuevo venia hacia mí.

Tu: ¿Y esa mochila de quien era? –Le pregunte una vez ya sentado. –
Jan: De Niall. Había ido al baño. –Me dijo sonriendo. –
Tu: O sea, ¿El estaba acá? –Asintió. – ¿No se irá a enojar?
Jan: No. No tiene por qué.

Después de eso le sonreí y estuvimos toda la hora allí. No recordaba lo divertido que podía ser Jan... cuando empezó este año se comportaba como un desconocido conmigo, después fue aflojando y ahora vuelve a ser divertido como solía hacerlo antes.
Me hizo reír hasta ponerme roja y olvidarme de Mario mientras la profesora nos daba la hora libre.
Cuando la hora estaba por terminar mire a Mario y me di cuenta que estaba con Mau y se encontraba nervioso. Su mano no dejaba de moverse mientras tenía el lápiz atrapado en su puño.

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