Cambiaste Mi Vida

Capítulo 74

  Pasé una mañana hermosa con él, ¡esta vez se paso pero de tierno! Es un amor.
Me dijo que parecía una conejita duracell así vestida. No deje de reírme, es un idiota.
Luego le expliqué que la ropa era de Matilde. Y como había mencionado su nombre, le comente que le conté lo de Louis... que... ya lo sabe todo.
Él saco de su bolsillo la foto y la nota, me las dio. Le dije que ya no importaba, que no eran necesarias... pero contestó que me las quedara, el no quería tenerlas.
Me las quede, y no pensé que haría con ello.

Mario: Quiero que me contestes algo, ¿Mau mas antes ya te había molestado? –Baje la mirada para mis rodillas. Mario estaba sentado detrás de mí y yo apoyada en su pecho. –La verdad _____.
Tu: Una vez me dijo algo por chat.
Mario: ¿Qué te dijo?
Tu: Ya no importa.
Mario: Vamos... quiero saber.

Le dije lo que me había dicho, pero no miré su expresión, no quería verla.
Luego le cambié hábilmente de tema, queriendo saber qué paso con su papá el otro día. Me contó lo que paso, había salido con unos amigos y cuando llego a casa se había olvidado que estaba en fecha que él iba. Se peleo con él estando ebrio, diciendo muchísimas estupideces, y luego quedo dormido en el sofá.
Cuando despertó lo hizo con lo que era de esperarse: una resaca horrenda. Tomo algo, y cuando fue a su habitación estaba Yaser esperándolo.
Lo típico, le contestaba mal y lo ignoraba algo. Luego se largo de su casa y regreso cuando su papá se había ido.

Tenia ganas de preguntarle porque no le decía a su madre y hermanas lo que pasaba. Lo que él sabía... pero no sé, me dio cosa hacerlo porque quizás se ponga mal.

Igualmente no dejamos de reír y besarnos... teníamos muchas más cosas de que hablar pero preferimos disfrutar el momento y dejar las explicaciones para luego.

~

Cuando llegue a mi casa, lo hice con una sonrisa estúpidamente escandalosa. Mamá cocinaba, y Selene hoy no tenía que ir a la facultad así que estaba limpiando la casa, ambas cantando al ritmo de Oasis.
Mario me había dejado en la puerta, y se había despedido de mí de una forma calurosa. ¡Dios! ¡Cuánto hubiera dado por quedarme todo el día con él! Permanecí contra la puerta varios segundos, sonriendo como tarada, como si hubiera sido mi primera cita, mi primer beso, mi primer chico.
Selene dejó la escoba y corrió hacia la ventana, seguramente quería asegurarse que se trataba de Mario. Chilló y me abrazó emocionada, mamá vino y miro el reloj. Me pregunto qué hacía en casa, si en una hora salía. Bueno... le conté que había estado con Mario y que todo está bien, no sé molestó.

Pero mientras almorzábamos, me preguntaba si debía de contarle a mamá lo que me hicieron en la escuela. Ella no sabía de los mensajes en mi casillero... no sabía que algunos me trataban de fácil. Bue, no importa. Ahora estoy con Mario y ya no me interesa más nadie.

Mi teléfono comenzó a sonar, se callaron y atendí. Hable tres veces pero nadie me contestó... mierda, esto me está espantando.
Luego pensé.
¿Nicolás?
Se me paró el corazón y corte la llamada, me preguntaron quien era y porque reaccionaba así. Bueno, les conté que me habían estado molestando desde hace unos pocos días y que creía que se trataba de Nicolás.
Selene comenzó a hablar mal de él y me dieron ganas de tirarle el trapo en la cara así se callaba. Mamá se quedo pensando unos momentos y luego me preguntó si me había llamado de nuevo él. Le contesté con la verdad y se me fue el apetito.

Luego de levantar la mesa y lavar los platos, fui a mi habitación para limpiarla... debía de entretenerme en algo y no pensar en tonterías. Cuando entré a mi habitación... la ventana estaba completamente abierta y mi cama estaba tendida, impecable.
Una nota estaba sobre la almohada. Diablos. Era una nota color azul y estaba escrita con tinta... negra.
La tome, me temblaban las manos y sabía que era de él. Quede verdaderamente estupefacta en mi lugar cuando la leí... cuando... leí esa nota con una falta ortografía, era él, no había duda.