-¿Cuál rentarás?
-Algo erótico- bromeé
-Ni lo pienses
-Sólo bromeaba, sargento...quiero una que se trate de una fiesta inesperada que todos recuerden
-Si que te gustan las fiestas
-No sé a que te refieres- dije sarcástica-llevaré esta-dije y tome la pelicula
-Muy fuerte para ti, ¿No prefieres algo como Bambi?
-Ridículo. Vámonos- me acerqué al mostrador
-¿Me permites tu identificación?-dijo el cajero mirándome
-¿Me estás pidiendo una maldita identificación?
-Disculpa, esta película está restringida para menores de dieciocho años
-Tú no tienes idea de quien soy yo ¿Cierto? Soy nada menos que _____, y por si no te quedó claro mente de polvillo de hadas tengo el poder de comprar este maldito centro de películas y hacer que te corran y desees nunca haber nacido desgraciado...-Sentí como me tomaron de la cintura y me apartaron
-Discúlpela, acaba de salir del centro hospitalario de enfermedad mental, la película es para mí, tengo dieciocho años, tenga mi identificación- dijo Sebas, sacó su identificación y la mostró
-Si, claro. Vale más el empleado que el jefe. Considérate despedido, idiota. Hoy porque no ando ganas de verte llorar pero la próxima te saco hasta las muelas
-¿Podrías callarte?- me dijo Sebastian
-Yo me callo cuando quiero no cuando me lo ordenan. Menos tú, claro como ambos son unos empleaduchos mediocres se entienden
-Muy bien, señor Villalobos aquí tiene su película...
-¿Sabe qué? Mejor deme la de Bambi, para la niña
-¿Qué? Dime que estás bromeando-dije y lo mire
-Aquí tiene
-Gracias- tomó la película
-¡Cómo te atreves! Llamaré a mis padres y estarás despedido, grandísimo atrevido
-Adelante, te espero afuera- salió. Marqué el número de mi papá para que me diera la razón
-Papi, el ridículo del niñero que me contrataste no me deja ver una película-le dije cuando contesto
-¿Por qué no?
-Venimos a rentar una película, la elegí y la cambió por una de bebés, papi, dile que está despedido
-Oh no, tu vocecita de niñita consentida no te va a ayudar...y respecto a Sebastian, tienes que hacer todo lo que él diga, sin objetar ni negarte
-¿Qué? ¿Prefieres a ese inepto que a mí?
-Lo siento, princesa...es por tu bien
-¡Está bien! Pero espero no volverlo a ver nunca después de esta noche- colgué molesta- Muy bien Sebastian, así quieres jugar...- dije para mí misma, marqué el número de Juana
-¿Hola? Dime que no cambiaste de opinión-dijo
-Para nada ¿Por qué lo dices?
-Porque ya está armado todo, apúrate a venir, esta fiesta esta explotando, hay gente por todos lados, alcohol, sexo, perdición...ven a darle algo de orden a esto ¡o destrozarán tu casa!
-Tranquila, Juana...todo saldrá muy bien- dije en tono malévolo y colgué. Salí del lugar, ahí estaba Sebastián sentado en la banqueta
-¿Y bien?- rió coqueto
-Veré Bambi- dije resignada
-No te agobies, te acompañaré a verla para que mires que soy bueno- se levantó y nos dirigimos hacia el auto
-Lo último que quiero es que mi niñero me acompañe a ver Bambi para asegurarse que no hallan escenas de violencia o sexo- abrí la puerta del piloto
-En primera, no soy tu niñero; eso es para las niñas buenas que necesitan ser vigiladas para que duerman a las nueve. Contigo se necesita algo así como un cuerpo policial de las fuerzas armadas- detuvo la puerta- Segundo, creo que las escenas de sexo y violencia no te gusta verlas sino practicarlas y tercero- arrebató mis llaves- Yo conduzco- entró al auto
-Idiota- dije entre dientes. Subí al asiento del copiloto- Esta será una gran noche- reí malévola
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Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|
FanfictionLas fiestas,la ropa, los chicos, la fama,el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar a mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por cierto. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me dan...