capitulo 3

14.9K 590 44
                                    

-¿Cuál rentarás?

-Algo erótico- bromeé

-Ni lo pienses

-Sólo bromeaba, sargento...quiero una que se trate de una fiesta inesperada que todos recuerden

 -Si que te gustan las fiestas

-No sé a que te refieres- dije sarcástica-llevaré esta-dije y tome la pelicula

-Muy fuerte para ti, ¿No prefieres algo como Bambi?

-Ridículo. Vámonos- me acerqué al mostrador

-¿Me permites tu identificación?-dijo el cajero mirándome

-¿Me estás pidiendo una maldita identificación?

-Disculpa, esta película está restringida para menores de dieciocho años

-Tú no tienes idea de quien soy yo ¿Cierto? Soy nada menos que _____, y por si no te quedó claro mente de polvillo de hadas tengo el poder de comprar este maldito centro de películas y hacer que te corran y desees nunca haber nacido desgraciado...-Sentí como me tomaron de la cintura y me apartaron

-Discúlpela, acaba de salir del centro hospitalario de enfermedad mental, la película es para mí, tengo dieciocho años, tenga mi identificación- dijo Sebas, sacó su identificación y la mostró

-Si, claro. Vale más el empleado que el jefe. Considérate despedido, idiota. Hoy porque no ando ganas de verte llorar pero la próxima te saco hasta las muelas

-¿Podrías callarte?- me dijo Sebastian 

-Yo me callo cuando quiero no cuando me lo ordenan. Menos tú, claro como ambos son unos empleaduchos mediocres se entienden

-Muy bien, señor Villalobos aquí tiene su película...

-¿Sabe qué? Mejor deme la de Bambi, para la niña

-¿Qué? Dime que estás bromeando-dije y lo mire 

-Aquí tiene

-Gracias- tomó la película

-¡Cómo te atreves! Llamaré a mis padres y estarás despedido, grandísimo atrevido

-Adelante, te espero afuera- salió. Marqué el número de mi papá para que me diera la razón

-Papi, el ridículo del niñero que me contrataste no me deja ver una película-le dije cuando contesto 

-¿Por qué no?

-Venimos a rentar una película, la elegí y la cambió por una de bebés, papi, dile que está despedido

-Oh no, tu vocecita de niñita consentida no te va a ayudar...y respecto a Sebastian, tienes que hacer todo lo que él diga, sin objetar ni negarte

-¿Qué? ¿Prefieres a ese inepto que a mí?

-Lo siento, princesa...es por tu bien

-¡Está bien! Pero espero no volverlo a ver nunca después de esta noche- colgué molesta- Muy bien Sebastian, así quieres jugar...- dije para mí misma, marqué el número de Juana

-¿Hola? Dime que no cambiaste de opinión-dijo

-Para nada ¿Por qué lo dices?

-Porque ya está armado todo, apúrate a venir, esta fiesta esta explotando, hay gente por todos lados, alcohol, sexo, perdición...ven a darle algo de orden a esto ¡o destrozarán tu casa!

-Tranquila, Juana...todo saldrá muy bien- dije en tono malévolo y colgué. Salí del lugar, ahí estaba Sebastián sentado en la banqueta

-¿Y bien?- rió coqueto

-Veré Bambi- dije resignada

-No te agobies, te acompañaré a verla para que mires que soy bueno- se levantó y nos dirigimos hacia el auto

-Lo último que quiero es que mi niñero me acompañe a ver Bambi para asegurarse que no hallan escenas de violencia o sexo- abrí la puerta del piloto

-En primera, no soy tu niñero; eso es para las niñas buenas que necesitan ser vigiladas para que duerman a las nueve. Contigo se necesita algo así como un cuerpo policial de las fuerzas armadas- detuvo la puerta- Segundo, creo que las escenas de sexo y violencia no te gusta verlas sino practicarlas y tercero- arrebató mis llaves- Yo conduzco- entró al auto

-Idiota- dije entre dientes. Subí al asiento del copiloto- Esta será una gran noche- reí malévola







Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora