capitulo 36

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-Hola, soy Ben-se presento uno de los chicos 

-¿Y a mí qué? ¡Esfúmate!- No era lo que yo esperaba.

-Hola- se sentó.

-¿Te di permiso de sentarte? Igualado de m&%$#@- se fue. 

Pasó alrededor de media hora, los chicos se seguían acercando, los corría a todos...hasta que.

 -Oye- me tocó el hombro.

-¿Por qué me tocas, idiota?

-Perdón, sólo quería preguntarte algo.

-¡¿Qué?!

-¿Tú andas con el chico aquél?- señaló a Sebastian.

Muchas strippers estaban alrededor de él bailándole eróticamente, él las tocaba sin censura.

-Sí ¿Por qué?

-Es raro que su novia lo deje hacer esas cosas.

-¡No soy su novia!

-Como sea, llévatelo de ahí. No nos deja ninguna chica, todas se le abalanzan cuando lo miran.

-No tiene culpa de ser sexy y tú un cabrón- me levanté con la bebida.

Comencé a bailar en la pista, muchos chicos se acercaban a mí, bailé con algunos. Varios me pidieron ir a un lugar más privado, les enseñé mi hermoso dedo del medio a todos; extrañaba a Juana, su compañía, me divertiría tanto con ella en fiestas así, pero bueno. El celular de Sebastian empezó vibraba; era su madre

-¿Hola?-conteste

-¡____(TN)! ¿Dónde está Sebas?

-Ya la muestro- me acerqué y tomé una foto de Sebastian con todas las bailarinas desnudas sobre él y se la mandé a su madre. Ella comenzó a llorar.

-Saca a mi hijo de ahí, por favor.

-Pero se está divirtiendo. Por fin vive sus 18 años, vieja anticuada- colgué.

Reí y miré hacia Sebastian, este se estaba besando con una chica...y no, no era una bailarina. Él la tenía tomada de la cintura y acariciaba su rostro.De eso no te di permiso, maldito.Me devolví a la pista y comencé a bailar con todo el que se me acercaba, tomé a uno, quien fuera y me acerqué a Sebastian y lo besé frente a él. se levantó y se acercó.

-¿Qué haces con este?- su nivel de ebriedad ya estaba muy alto.

-Es mi faje.

-¡Tú no vas a fajar con este!

-¿Quién es este?- pregunto el chico 

-Soy su novio.

"En tus sueños", pensé.

-Demuéstrale, Sebastian. Golpéalo.

-Ya verás, desgraciado-dijo y se abalanzó sobre él y comenzaron a golpearse, saqué el celular de Sebastian y lo grabé todo.

-¡Más duro Sebastian! ¡Muéstrale lo que te enseñaron en la prisión de tu madre!

Luego de unos minutos llegó la seguridad

-¡Alto esto!-dijo el de seguridad

-¡¡No!! ¡Esto apenas comienza!- le lancé una botella al guardia, este cayó inconsciente.

-¡¡Lo mataste!!-dijo un chico

-Esto ahora si es una fiesta al estilo Las Vegas- reí.Miré que venían más de seguridad-Hora de irse, Hércules- tomé a Sebastian y lo halé.

-Voy a matarlo-dijo Sebastian y el chico salió corriendo.

-Mátate las neuronas con marihuana luego, es hora de huir.

-No me voy hasta matarlo.

-Se dirige afuera, vamos a seguirlo

Sebastian me tomó del brazo y salimos del club nocturno, subimos al auto y arranqué.

-A tu mami no le gustará esto.

-¡Me vale mi madre!

-Espera- tomé el teléfono y grabé- ¿Qué dijiste?

-¡Que mi madre no me interesa! Yo hago lo que quiero cuando quiero.

-¿Te gusta el internado?

-¡¡Lo odio!!

-¿Y qué piensas de Leigh?

-Me da asco, y tienes razón seguro le huele a apio podrido- Di una carcajada

-Esto es oro-dije,le envié el vídeo y la grabación a la madre de Sebastian.

Llegamos al apartamento, prácticamente cargué a Sebastian hasta la cama. Lo recosté.

-¿____(TN)?

-¿Si?- me acosté a la par de él.

-Ya terminó el día.

-Tienes razón.

-¿Vas a contestarme ahora?

-Si, pero sólo porque estás borracho y luego de esto no te acordarás de nada.

-Te quiero mi niña mal.

-Yo a ti no. No te quiero para nada. No puedo creer que fácil caíste en mis trampas. Tu madre ha de estar en camino hacia acá, con esto seguro que me expulsan y yo regresaré a Las Vegas. Por un momento cuando me besaste sentí que te necesitaba y hasta tuve el estúpido pensamiento de cambiar por ti, pero seamos realistas, eso nunca pasará. Yo nunca te voy a amar, nunca te voy a querer, lo único que puedo sentir por ti es lástima por la vida miserable y aburrida que tienes, tal vez si te desee un poco pero nada más que eso, sólo me sirves para dos cosas; para la cama y para salir de este maldito castigo




Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora