Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|

capitulo 67

Mis padres quedaron pensativos unos instantes lo que me hizo dudar de su respuesta.

-¡¡Claro que aceptamos!! ¡Que mas queremos que a un doctor que curó a nuestra hija y estamos seguros que le dará una buena vida! ¡Bienvenido a la familia, Mario! 

Quedé boquiabierta, mis padres lo abrazaron y nos felicitaron.

-¿Cuándo se mudan?-pregunto mi madre

-¿Mudarnos? Osea que..¿Ya puedo vivir con Mario?

-Claro, lo de ustedes es un hecho. Me imagino las noticias; la hija de los empresarios ____TA se casa con un doctor.

-Wowow ¿Se casa? Mas lento, má.

-Toma, los tenía preparados por si esto funcionaba- me extendió unos papeles...eran los permisos de salida, ya podía salir del país.

-Papá...

-Te los ganaste. Ve a empacar. Tu madre y yo nos vamos de viaje a Chile durante dos meses, que bien que te dejamos en buenas manos.

-Gracias- lo abracé. 

Mario y yo nos dirigimos a mi habitación, justo cuando cerré la puerta me lancé sobre él

-¡Lo logramos!

-Se lo creyeron todo- me besó- _____ ¿Puedo preguntarte algo?

-Claro- Mario me cargó hasta la cama.

-Sé que somos muy malos y toda la cosa- acarició mi cabello- pero la verdad...nunca había encontrado a alguien como tú.

-Sólo dilo, Andres.

-Olvidé una regla.

-¿Cuál?

-La más importante...creo que...te quiero.

-Yo también te quiero- lo besé.

-En una semana es mi graduación...y quiero presentarte a mis padres porque...quiero ir enserio contigo.

-Te prometo estar presente pase lo que pase, doctor.

-Ve a empacar...tenemos mucho por vivir- me dio un beso en el cuello y se levantó.

Alisté mis maletas y me fui a vivir con Mario, la verdad me llevaba de maravilla con él, todo era intenso, fuerte y salvaje, muy apasionado, hasta estaba empezando a quererlo. 

No sabía nada de Juana, mucho menos de Miranda.

Desde que Sebastian me había dejado no supe de ninguna. Al fin llegó el día de la graduación de Mario, ya se convertiría en psiquiatra oficialmente. Ése día iba a presentarme a sus padres, algo que no había hecho con ninguna chica. Me estaba alistando para salir, pero lo hice en mi casa porque quería sorprender a Mario, me estaba poniendo los pendientes. 

Contando los meses tenía cuatro meses de no saber nada de Sebas, y la verdad ya me estaba acostumbrando, Mario no me dejaba sola ni un segundo y nos divertíamos a montones todos los días así que no me daba lugar a pensar en él.

-¿Está orgullosa de su novio, señorita?- dijo Denise mientras me sostenía los zapatos que estaba a punto de ponerme.

-Si, idiota.

-¿Perdón?

-Pobre ignorante ¿Enserio te creíste ese tatrito de que ya no te odiaba? Te equivocaste, todo fue para que confiaras y pudiéramos estar así...sólitas- caminé hacia ella amenazante.

-¿Está bromeando?- dijo muerta del miedo.

-Para nada, olvídate de tu vida, desgraciada. Me las vas a pagar todas- la tiré a la cama y comencé a estrangularla cuando la puerta se abrió.