capitulo 87

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 Maratón 7/10

-A menos que sea así- me acerqué a él y lo besé suavemente- Tengo frío.

-Entremos.

-Abrázame- me abrazó- Odio que seas más alto que yo.

-Se vería más tétrico que tú fueras más alta que yo.

-Sí, y me sentiría rara. Como estar enamorada de minimí.

-¿Qué pasa por tu mente cuando me miras?

-A ti desnudo- reí- No, es broma. No lo sé, me da algo como alegría, ansiedad, ganas de comerte, como ver un malvavisco en medio de una piscina de nachos.

-¿Soy un malvavisco?

-Es que...sabes...yo soy el fuego y tú el malvavisco. Juntos somos como...perfectos.

-Y yo que estaba empezando a sentir frío.

-Tengo una mejor manera de calentarte.

-Sabía que saldrías con algo así.

-No enserio, me refería a un chocolate caliente.

-Si quieres voy a preparártelo.

-Mis padres pueden bajar.

-No me quedaré con Mario aquí.

-Está bien, pero calladito si porque nos pueden hallar.

-Bien

Entramos y nos llevarmos con algo que no nos sorprendió tanto. Juana con Mario bajo las sábanas teniendo una excelente reconciliación.

-Ay no- se tapó el rostro.

-Cuidado con la fricción ¡Cuidado con la fricción!-dije 

-¡No miren!- se tapaban con las sábanas.

-¡Pero los conozco a ambos!

-No me lo recuerdes-Dijo Mario. me haló de la mano y salimos lo más silenciosos posibles.Bajamos a la cocina y comencé a calentar la leche con la vainilla. Sebas trozeaba el chocolate.

-¿Recuerdas la primera vez que estábamos en la cocina?

-Cuando me seguías a todos lados porque tenías miedo que me escapara.

-Ahora doy mi brazo a torcer a que tú eres la que no se quiere despegar.

-No me hagas meterte ese cuchillo en lo más angosto que tengas.

-Eres más dulce que este chocolate- tomó un trocito y lo introdujo en mi boca.

-Amo el chocolate.

-¿Más que a mí?

-Nada es más rico que tú.

-Se te evapora la leche

-Y luego dices que yo soy la vulgar- apagué la estufa.

-Eres increíble- sonrió. 

Sabía que no lo había dicho en ese sentido pero era divertido hacerle pensar que sí.Colocamos los trozos en los vasos y luego le dejamos caer la leche, lo metimos al microondas.

-Debemos hacer algo en los diez minutos que se calienta el chocolate.

-Creo que ya sé que- me tomó de la cintura y me sentó sobre el desayunador.

Me comenzó a besar muy dulce y suave, yo acarciaba su cabellos suave y sedoso, cuando escuchamos que alguien bajaba las escaleras.

-¡Escóndete!- Sebas se agachó y se metió bajo el desayunador.

-¿Hija? Pensé que era un ladrón-dijo mi madre

-No- dije nerviosa.

-¿Qué haces?- se sentó frente a mí.

-Preparando chocolate caliente para Mario y para mí.

-Regálame un vaso con agua- Se lo serví- _____  tengo que hablar contigo.

-¿Qué pasa?- me senté, tenía a Sebas bajo mis pies, literalmente.

-¿Por qué será que no...no sé...no te veo muy feliz?

-¿De qué hablas? Lo estoy.

-Tu papá me insistió hace unos meses que te presionáramos para casarte con Mario y te dejé sola..¿Él te dijo algo?

Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora