capitulo 65

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Maratón 9/10

-¿Dónde quieres ir? ¿A Londres?

-¿Quieres que te responda sinceramente o que evada tu pregunta con una respuesta inteligente?

-Sorpréndeme- alzó una ceja.

-Quiero ir a Londres a fajarme a Sebas pero mis padres me quitaron los papeles para salir del país.

-Muy sincera la niña.

-Como ya dije soy lo que soy.

-¿Y te han salido bien las cosas a como eres?

-Llega al punto, doctor.

-Escapémonos.

-¿Qué?

-Escapémonos-repitió 

-Ya sé lo que dijiste, intentaba que me lo explicaras.

-No hay nada que explicar, simplemente larguémonos.

-Estás loco.

-Ambos estamos en un manicomio.

Podía decir que esta era la oportunidad perfecta para huir pero a quien engañaba, si aceptaba era únicamente porque si este papasito se fuera al fin del mundo yo iría detrás de él.

-No tengo papeles

-Nadie dijo que saldríamos de Las Vegas, aquí tenemos todo lo que necesitamos para divertirnos.

-Prosigue...

-Tus padres viven de viajes y confían en mí, no llamarán y aquí no preguntarán porque te llevo ¿Qué dices?

-Con tal de no estar aquí.

-No hay tiempo que esperar, larguémonos. 

Mario me tomó de la mano y salimos del centro, subimos a un auto y nos fuimos.

-¿Y mis maletas?

-Créeme, lo que menos necesitarás es ropa- sonrió.

Luego de conducir quince minutos llegamos a un hotel

-Un hotel ¡Qué romántico!

-Baja del auto, no me hagas bajarte del cabello- bajé del auto y me asomé por la ventana.

-Baja del auto, no me hagas bajarte de las bolas- él sonrió y se bajó.

Era tan increíble como me entendía con este chico, no se asustaba de mis expresiones ni me reprendía, eramos exactamente iguales, cortados con la misma tijera

Entramos al hotel y nos registramos, subimos a la habitación

-Acuéstate.

-Acuesta esto- le mostré mi dedo.

-¡Que te acuestes!

-¿Bromeas?

-No voy a violarte, sé que mueres porque lo haga pero no es eso lo que haré.

-No me interesa lo que harás. Seguro algo cursi.

-¿Qué piensas que voy a hacer algo ridículo? No te creas.

-Quiero ir a nadar, te dejo para que te entretengas con tu mano.

Intenté salir pero Mario presionó un botón y la puerta se enllavó.

-Acuéstate.

-¿Sabes qué?- lo tomé del cuello de la camisa y lo aventé a la cama- Acuéstate tú.

-Pero tú vienes conmigo- me haló y caí sobre él.

Su respiración tibia me entraba por los poros, el olor de su rostro me estaba volviendo loca, sus ojos cafés y sus labios delicados me insinuaban a devorarlos, fui débil, me lancé sobre ellos y los besé con pasión, Mario me correspondió el beso.

-_____ Quiero proponerte algo.

-Habla.

-Dejémonos de infantiladas ¿Si?

-A ver, te escucho

-Yo te gusto, tú me gustas y es todo. Hagamos algo....finjamos que te curaste, muestras como si lo hiciste, luego vas con tus padres y le cuentas lo nuestro. Nos largamos juntos y hacemos que esta vida sea más que eso.

La propuesta que me daba era tentadora, moría por pasar más días con Mario, sentirlo conmigo y divertirme con él sin corazones rotos ni ilusiones, ya que ambos éramos idénticos y ambos sentiríamos exactamente lo mismo. Sobre todo sabía que él podría sacarme del corazón a Sebastian, era la verdad. Sebas no iba a regresar y yo no podía morir por él mientras tenía la oportunidad de pasarla bien con alguien igual a mí. Era seguir o quedar estancada llorando por algo que ya no podía ser.

-Acepto.

Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora