capitulo 55

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 -____ tiene razón. Tengo 18 años, soy mayor de edad para decidir mi vida y no vivir bajo tu mando. La quiero a ella sobre todas, no me importa si crees que es un capricho, me arriesgaré a que me desheredes, me rechaces, no me importa si me quitas el apellido. Me llamaré Sebastian de ____  y viviré en una esquina pidiendo limosna pero es mejor que vivir siendo tu marioneta- salió por la puerta, yo le lancé un beso con mi mano al director y fui tras Sebastian.

-Joan Sebastian Villalobos ¡Regresa!

-¿No oyó? Se llama Sebas de mí- di una carcajada.

Salimos del internado, Sebas tomó su auto y condujo.

-¿Te arrepientes?

-Nunca le había hablado así, no quiero dejarlo sólo. Está pasando por algo difícil pero tiene que aceptar que merezco ser feliz al lado de la persona que yo quiera

-Detén el auto.

-¿Por qué?

 -¡Qué detengas el auto!- Sebas dio un frenazo.

-¿Qué pasó?

-¡Maldita sea! ¡Por qué no me contaste nada de esa Sara!

-Ya dije que fue una locurita.

-¿No hubo faje con ella o si?

-No, no hubo ''faje''- hizo comillas con sus manos mientras mantenía una sonrisa en sus labios.

-Tú que ves a otra que no sea yo y te hago picadillo los gemelos.

-¿Los qué?...No, mejor no respondas- arrancó el auto.

-¿Dónde viviremos?

-Mi apartamento está a mi nombre, no tienes de que preocuparte.

-¿Estaremos juntos a pesar de todo?- le extendí mi mano.

-Contra todo y todos- la tomó.

-¿Siempre?

-Siempre

Llegamos al apartamento de Sebastian, estaba tal y como lo habíamos dejado.

-Bienvenida...de regreso- me abrazó por la espalda .

-Si, está perfecto para un reventón.

-_____...

-Pero qué sensible andas, sólo estoy bromeando- caminé hacia la cocina y saqué una botella de agua del refrigerador.

-Me rebelé ante mi padre y ahora me quitará todo el dinero que me daba, creo que debo buscar trabajo.

-¿Cómo dijiste?- dije ahogándome con el agua- ¿Qué hacías con el dinero que te daba?

-Lo tengo en una cuenta pero de todos modos está a su nombre.

-Pero que tonto eras.

-¿Comienzas?

-Dijiste que no cambiaba de la noche a la mañana.

-Aunque tuvieras razón fuiste muy ofensiva con mi padre, no lo vuelvas a hacer ¿Si?

-¿Ofensiva yo? Tú viste como me trató, que sea tu padre no le da derecho a criticarme.

-¿Ves de lo que hablo? No cedes ni de broma, siempre estás a la defensiva.

-Lo sé, pero es que...-puse la botella en la mesa-...no estoy acostumbrada a hacerlo, cuando lo hago me siento...débil, dominada.

-¿Y cómo crees que me siento yo cuando cedo todo el tiempo? Y aún así lo hago

Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora