capitulo 15

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-Buenas noches- saludó.

-Buenas noches, madre-respondió Sebastian

-Bienvenida, señorita ____(TA). Soy Bethany Villalobos, la directora de este internado

-¡Suegrota! ¡Dónde está Dumbledore!

-¿Perdón?-dijo arqueo una ceja

-Disculpa, madre-se disculpo-Ya leíste su expediente, esta chica estará difícil.

-Todas están cenando. Llévala a que se instale a su recámara y que se presente en mi oficina.

-Si, madre.La directora se fue.

-Con las piernas firmes,Sebas ¡Qué no te tiemblen!- dije

-¡¡Oye, Qué te pasa!! ¡No sólo es la directora, también es mi madre!- me grito Sebastian

-No grites que haces eco- bromeé. Sebas estaba realmente molesto, caminó hacia la izquierda y subimos por las escaleras y llegamos a la que seria mi habitación

-¿Habitación compartida? ¡Debes estar bromeando!

-Inculca tolerancia y socialismo- dijo serio -No es necesario que desempaques, sólo ven.

Salimos de la habitación y fuimos a una oficina ahí estaba la madre de Sebas en un escritorio.

 -Retírate- Sebas se fue -Dime _____ ¿Qué piensas de ti misma?

-¿En qué aspecto?- pregunte

-¿Cuándo piensas en ti misma, qué es lo que se viene a tu mente?

-Diversión- sonreí. Tenía que hallar la manera de que se hastiara de mi.

-¿Cómo te ves en diez años?

-En una cantina limpiando vómito de tipos ebrios- bromeé

-¿No estás tomando esto enserio, cierto?- dijo

-Estoy cansada, fueron ocho horas de sexo candente con Sebas

-¡Basta! ¡No te permito que irrespetes de esa manera mi presencia!- grito y se levantó. Esto será sencillo, pensé.

-¿Sabe cuánto le mide?

-Sé lo que haces, _____. No funcionará.

-¿Entonces ya puedo irme?- dije de mala gana

-Debo presentarte ante las demás internas

-Las rebeldes- dije sarcástica.

Salimos de la oficina y llegamos al salón donde comían las internas cuando entramos sonó un pitido, todas callaron y miraron atentamente hacia nosotras. Sebastian se puso a la par mía. Todas las presentes me miraban con cara de susto y me comían de pies a cabeza.

-Buenas noches, internas- las saludo la directora

-Buenas noches, directora Villalobos.-dijeron al unisono. Minerva, pensé y rodé los ojos.

-Quiero presentarlas a ____________(Tu nombre completo), nuestra nueva interna. Como ya saben trátenla con paciencia, respeto, tolerancia y compañerismo

-¿Podemos saludarla?- dijo una chica  después de levantar la mano.

-Ya luego tendrán tiempo de conocerla, estará aquí durante seis meses....Hijo, la dejo para que la ubiques, luego te vas a mi oficina.

-Si, madre.-dijo y la directora se fue. 

Sebas al parecer aún seguía molesto conmigo por como trate a su madre, tenía algo de razón, a mí no me hubiera gustado que trataran así a mi madre, así que decidí pararla, pero sólo con ella, claro.

-Debes comer, el comedor se cierra en unos minutos y luego irán a dormir.

-Sebas ¿Qué hora es? Estoy descontrolada.

-No es permitido decirles la hora a las internas, todo se rige por el timbre...sólo se puede decir cuanto dura cada cosa-dijo serio

-Porfa...-hice un puchero, Sebas sonrió, suspiré por dentro, no estaba tan molesto como pensé.

-Nueve y veinte minutos- dijo con una mirada tierna.

-¿Estás enojado conmigo?- dije cabizbaja.

-Sólo no vuelvas a hacer eso- tomó mi barbilla y la alzó haciéndome ver sus profundos ojos.

-Te prometo no volver a faltarle el respeto a tu madre- dije y sonreí.

-Gracias- acarició mi mejilla.

-¡¡Hola!!- dimos un salto del susto. Era una chica que había aparecido de la nada, la misma que hizo la pregunta hace un momento.

-Hola, Leigh- dijo Sebastian con nerviosismo

-Hola, Sebas ¿Qué tal Las Vegas?-le pregunto

-¿Cómo supiste que estaba en Las Vegas?- pregunto extrañado

-Ya sabes que tú eres primicia en este internado.

-¿Disculpa? Estoy aquí.- dije

-Hola,_____- Dijo con una sonrisa hipócrita.

-Ella es Leigh, te hablé de ella- la presento Sebastian

-No, no creo- Se notaba a kilómetros que la chica babeaba por Sebastian- No quiero comer ¿Me llevas a la habitación?-

-No se puede ir a las habitaciones en horarios de comida-dijo Leigh de mala gana ¡Ja! ¡Ya lo veremos!

-¿Sebas...?- hice un puchero.

-Si, mi niña...ya te llevo-dijo y me sonrió dulcemente. ¡En tu cara, inepta! A la chica se le borró la sonrisa de hipocresía que tenía y se puso roja de la furia.Le alcé una ceja y sonreí victoriosa.

-Con permiso, Leigh.- le dijo. Sebas y yo caminamos fuera del comedor y llegamos a las habitaciones.

-Bueno, ya que tu madre hizo las maletas debo revisarlas y quitarte algunas cosas.

-¿Qué?

-Nada de celulares, reproductores, cámaras, laptops, objetos corto punzantes, látigos- rió.

-No tengo a quien latigar aquí ¿o sí?- dije y me acerqué a él.

-Y si mi madre se da cuenta de todo lo que hemos hecho en Las Vegas y de camino aquí me mata.- dijo

-¡Uy!, entonces no sólo yo soy una niña mala- me arrodillé en la cama.

-Revisaré tus maletas.

-A mi no me engañas, quieres ver mis hilos.-bromeé

Sebastian comenzó a escarbar mis maletas, sacó algunas cosas. Sabía que esto pasaría, por eso traía un teléfono y unos audífonos en mis botas.

-Ya tocaron el timbre, en cualquier momento vienen tus compañeras...Debo irme.

-¿No me darás mi besito de buenas noches?- Sebas se volteó y me sonrió. Me lanzó un beso al aire y me guiñó el ojo. No sé porqué pero me sonrojé.

-Yo sé que quieres- le dije en un tono cantado. Sebas se detuvo en la puerta y se devolvió corriendo hacia mí y me dio un beso en la mejilla.

-¿Y tú no me darás uno?- dijo, sonreí y me levanté, me puse de pies en la cama, Sebas me quedaba ligeramente más bajo, rodeé su cuello con mis brazos y él alzó su mirada hacia mi rostro.

-¿Dónde lo quieres?

-Mi madre me matará.

-Una vez al año no hace daño-dije y le di un beso en la punta de su nariz. Cuando la puerta se abrió...


Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora