capitulo 30

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-¡Eso no puede ser!-dijo Sebastian

-Esto no se equivoca, ella acaba de finalizar la etapa de fecundación-dijo el doctor

-¡No! ¡No no no! ¡Mil veces no!- me levante y salí corriendo.

-¡_____! ¡_____!

-¡Aléjate! No quiero mostrar mi fuerza bruta contigo-lo amenace

-¡No seas inmadura! yéndote no cambias nada, debemos hablar.

-¡Sabes una cosa! Fue apenas anoche, iré a buscar cualquier cosa que me saque esto del vientre- dije desesperada.

-Ni se te ocurra, mátate tú pero no intentes nada.

-¡Púdrete, Sebastian! ¡Sigue el ejemplo de Leigh e introduce las verduras por todos los agujeros que tengas!- le mostré mi hermoso dedo de en medio y corrí lo más rápido que pude, Sebastian me seguía.Era una persecución hasta que entré a un callejón oscuro, el entró también.

-¿____?- me llamo

-¡¡Lárgate!!- dije a punto de llorar.

-Por favor, debemos hablar- se acercó a mí, no podía verlo porque estaba oscuro, sólo escuchaba su voz en el silencio.

-¡No quiero hablar contigo! Tú me hiciste esto.

-¿Lo hice sólo?- sentí su respiración en mi cuello.

-¡¿Cómo no te protegiste?!

-¿Qué? ¡Yo te dije que yo no caminaba con esas cosas! Tú eres la experta en eso y no pudiste...

-¡Cállate!-lo interrumpí

-No estés así, debemos enfrentar esto y hablar con tus padres y...los míos.

-Quiero estar sola.

-No quiero que te hagas ni le hagas daño.

-No lo haré.

-¿Me lo prometes?

-Estaba enojada, pero nunca sería capaz de hacerle daño por mucho que no lo desee.

-Ven- me abrazó. Yo bajé mis manos hacia su trasero. Sebastian rió- Deja eso.

-No quiero- dije con una voz de niña caprichosa

-No me provoques- Di un salto y me subí a él rodeando su cintura con mis piernas.

-Hablas demasiado- comencé a besarle apasionadamente. Él recorría con sus manos mi espalda, hasta que escuchamos un ruido- ¿Qué es eso?

-El camión de la basura ¡Corre!-grito y salimos corriendo del lugar hasta que regresamos a la limusina.

-¿Dónde vamos?

-Regresaremos al apartamento, ya lo arreglaron. Cada vez que lo destruyas te mandaré a dormir al campo y te bañarás en el río.

-Yo quiero bañarme como los gatitos

-¿Cómo?

-Así- le di unas cuantas lamidas en el cuello.

-¿Sigue en pie lo del sirope?-dijo, no soporte y lancé una carcajada.

-Cuando quieras- me subí en sus piernas.

-_____ El chófer- dijo nervioso.

-Chófer no mires- besé a Sebastian apasionadamente mientras desabrochaba su camisa y acariciaba su torso. De repente escuché un ruido, las ventas se subían y una división entre el conductor y la parte trasera de la limusina también- Recuérdeme darte un aumento- le dije al chófer.

Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora