Maratón 4/10
-Viejo de las mil madres- me susurró Mario en el oído.
-Entonces ¿No habrá problema en que nos quedemos?-pregunto mi madre
-Ehh- dijo Mario y me miró
-En lo absoluto.
-Que bien porque nos quedaremos dos días-dijo mi padre
-Fuck- me volvió a susurrar.
-¿Qué tanto se susurran?-pregunto mi madre
-Oh, es Mario que siempre está diciéndome cosas amorosas al oído.
-Que tierno, vamos a la habitación porque ya está oscureciendo.
-Claro suban. Nosotros subiremos en un segundo.
-Vamos- se fueron.
-¡Pero qué...!
-¡Shhh!
-¿Ahora qué haremos?
-¡Pues nada! Fingir por dos días.
-¿Estaré dos días sin ver a Juana?
-Nooo. La traeremos y le diremos a mis padres que es tu amante.
-Juana no es mi amante.
-¡Estás casado! Cualquier mujer que no sea yo es tu amante.
-Aún no me la creo que estoy casado.
-Yo trato de no pensarlo mucho.
-Subamos que se van a preguntar que tanto hacemos.
-Vamos.
Nos abrazamos y subimos.
-Se ve acogedora la casa-dijo mi madre
-Lo es-dije
-Bueno, vayamos a cenar y luego a dormir. Mañana queremos ir al doctor.
-¿Al doctor? ¿Para qué?
-Bueno, le conté a tu madre que Mario y tú quieren tener un hijo así que queremos asegurarnos que todo esté bien.
-Aunque me inquieta que apenas cumplirás 17.
-Si, pero es que Mario y yo no queremos esperar.
-Bueno, vayamos a cenar.
Bajamos y salimos en su auto.
-¿Les gustó el auto que les di?-pregunto mi padre
-Si, está genial.
Llegamos a un restaurante muy fino.
-¿Y cómo te trata Mario?
-Excelente mamá, es el esposo perfecto- apreté su entrepiernas por debajo de la mesa. Él se quejó.
-¿Te sucede algo?
-No, nada. Sólo fue un espasmo.
-¿Qué vamos a ordenar?
-¿Qué quieres tú, amor?-pregunto Mario
-Ordena por mí, cielo.
Ordenamos y nos llevaron la comida.
-¿Y cómo planean llamar a su hijo?-pregunto mi padre
-Si es niño Andres.
-Y si es niña, Juana.
-Ayy que linda- mi padre me miró con desagrado, yo sólo le sonreí.
Terminamos de cenar y fuimos a casa.
-Bueno, ya es tarde. Pero igual puede hacer al nieto
-¡Papá!
-Si querido, te estás pasando.
-Sólo decía.
-Bueno, muero de sueño, buenas noches- se despidieron y nos fuimos a la habitación.
-Hoy no hay 'faje'- hizo comillas.
-No estés tan seguro. Llamaré a Sebas, haz ruidos de gemidos.
-No haré eso.
-¿Hola?
-¿Qué pasó?-pregunto Sebastian desde el otro lado
-Se quedarán a dormir por dos días, no nos veremos entonces.
-¿Y nosotros qué? Estamos en la cochera de tu casa desde que salieron a cenar, estamos dentro del auto.
-¡Que! ¡Que locura es esa!
-No dormiremos aquí.
-¿Es _____? Dile que la amo-dijo Juana
-Juana, espérate.
-¡Dile!
-Tengo una idea pero es arriesgada-dije
-Dime.
-Dile que la amo o toco la bocina.
-Ni se te ocurra.
-¿Qué?
-A ti no, a Juana. ¿Qué tienes en mente?
-¿Le vas a decir?
-¡No!
La bocina sonó, la puerta de mis padres se abrió.
-Maldita Juana- tiré el teléfono y salí.
-¿Qué pasó?-pregunto Mario
-Escuchamos la bocina de un auto abajo ¡Se nos están robando el auto!- dijo mi madre y bajaron.
-No no no- los seguí.
-Ahí está el auto, pero por cualquier cosa lo meteré a la cochera.
-¡No! Deja que Mario lo haga.
-No, además el sonido salió de la cochera, quiero ve que hay ahí.
-No, no quieres- me interpuse.
-_____ ¿Pasa algo que no sepamos?-pregunto mi madre
-Enserio, no se tomen la molestia, yo lo hago-dijo Mario
-No, yo voy-dijo mi padre y tomó las llaves, salió de la casa e introdujo el auto.
Mario y yo corrimos hacia la cochera.
-¿Qué pasa?
-Juana sonó la bocina. Está con Sebas dentro del auto.
-Voy a matarla.
-No si yo la mato primero.
Llegamos a la cochera y vimos como mi padre metió el auto, bajó.
-Abriré su auto-dijo mi padre
-¿Para qué?-pregunte
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Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|
FanfictionLas fiestas,la ropa, los chicos, la fama,el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar a mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por cierto. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me dan...