capitulo 24

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-¡Silencio!- grito la directora, todos callaron.

-Vamos a animar esta reunión- le dije a Miranda.

-¿Qué piensas hacer?-pregunto Miranda

-Ya verás, pero cerraré con broche de oro 

Cada vez llamaban por nombres y todos se levantaban, cada uno tenía su castigo.

-Miranda Ibañez- ella se levantó, introdujo su mano y sacó una papel, la directora lo tomó- Voluntariado en asile de ancianos.

-¡¿Qué?!-grito y todos rieron. Miranda se sentó.

-señorita Yuya- ella se levantó, hizo lo mismo-...Voluntaria en el asilo de ancianos-.Así fueron pasando uno por uno hasta que se acabaron los papeles.

-¿A mí no me harán nada? ¿Soy demasiado sexy para ser castigada?-Pregunte irónica

-A mi me huele que te viene duro-dijo Miranda

-Bueno, ya es hora- me levanté y me paré sobre la silla llamando la atención de todos los internos e internas.

-¿Disculpa?-dijo la directora

-¡Que siga la fiesta!-grite y me quité la camisa y la lancé. Todos comenzaron a gritar, aplaudir y hacer bulla.

-¡Silencio todos!-todos callaron- ¡Señorita, bájese de ahí!-ordeno

-Esto se hace así- tomé la camisa, la pasé entre mis piernas y comencé a restregar para delante y para atrás.

-¡Pero que inmoralidad es esta!-seguía gritando la directora

-Si quiere le hago uno privado, director- todos dieron una carcajada.

-¡Se baja ya!-grito esta vez el director,bajó del escenario y se dirigió hacia mí.

Yo bajé y salí corriendo, me quité el sostén, tapé mis senos con mi brazos y le empecé a dar a ''latigazos'' con el sostén a todo el mundo. El director me perseguía, yo corría en círculos por todo el lugar, parecía que andaba jugando ''tú las traes'' con el director, todos morían de ver el espectáculo, yo sólo quería más problemas para ser expulsada, total no iba a volver a ver a todos estos pelados. El director quedó frente a mí, yo empecé a ''latigar'' con el sostén en el aire hacia él.

-Atrás bestia, ¡Atrás!- simulé a un domador de tigres, todos estaban doblados de la risa.

 -¡Eres una niña muy mala!

-Lo que usted quiere es ver mis bubis, yo no tengo culpa que su mujer no tenga nada de pechos ¡Le aconsejo unos implantes! ¡Pregúntele a Leigh con cual cirujano se los puso ella!- grité, todos morían de la risa.

 -¡¡Ven acá, loca desquiciada!!-dijo Sebastian,me tomó por la cintura y me cargó sobre sus hombros, mis pechos estaban desnudos pero al presionarse con su espalda me tapaban lo suficiente.

-¡¡Suéltame!! Si quieres striper privado tendrás que tomar número...¡Y conste que mis senos si son reales! ¡No la silicona de la Perreigh!-grite

Sebastian me metió a su habitación, cerró la puerta y me lanzó a la cama.

-¿Qué estás loca? ¡¡Te pasas!!- me lanzó mi camisa.

-Ya te dije que así soy yo- me levanté.

-¡No vas a ningún lado! ¡Me colmaste la paciencia!

-¡Uy! mira como tiemblo, hasta parezco gelatina- me burlé.

-¿Sabes? ¡Ibas a ser expulsada! Por la fiesta de anoche, por eso no te llamaron, pero me doy cuenta de lo que intentas.

-¿De qué hablas? ¿Me iban a expulsar?

-Si, sólo esperábamos que terminara la reunión para llamar a tus padres y que te vinieran a traer.

 -¿Y ahora que harán?

-Tú no irás con tus padre, ahora si recibirás un castigo real.

-¿Cuál?

-Eso verás-dijo. ¡M#&%$! Acepto que la regué toda. Había conseguido lo que quería pero por loca lo perdí.

-¿Me quedaré en este internado?-pregunte

-Lo que tú intentas es portarte mal para llamar la atención, querías que te expulsáramos y salirte con la tuya. Pero no puedes portarte mal si nadie te ve.

-¿De qué hablas?

-Ponte la camisa, ve con tus compañeras- Me la puse y salí. Me fui a la habitación, ahí estaban las chicas empacando.

-¿Qué pasó?-pregunto Miranda

-Que soy una tonta. Ya me habían expulsado por la fiesta de ayer, si no hubiera hecho lo que hice hace rato ya estuviera en un vuelo a Las Vegas.

-¿Qué?

-Me pondrán un castigo, Sebastian no quiso decirme.

-¿Qué será?-dijo Yuya

-Ni idea, pero no tengo miedo. Sea lo que sea, en menos de dos semanas yo estaré en un club nocturno en Las Vegas.

-Pues suerte, nosotras vamos a pagar por divertirnos tanto

-Pero valió la pena-dijo Caeli

-Tú cállate y ve a buscar una prueba de embarazo-dijo Yuya. Todas se fueron y yo me quedé sola en la habitación, la puerta se abrió. Era Leigh.

-Eres una payasa- me aplaudió- Hiciste un espectáculo, me hiciste reír a mares.

-¿Te dan risa tus implantes?-me burle

-Por lo menos yo no los ando exhibiendo-se defendió

-¿Qué quieres Leigh?-dije volteando los ojos

-Sabes, a mi también me interesa que te vayas y te alejes de Sebas, sé una manera inevitable de lograr eso.

-No me interesa nada de lo que digas.

-Lo único que debes hacer es incendiar el internado, al menos intentarlo. Porque eso ya sería intento de asesinato, te mandarían de patitas a Las Vegas sin pensarlo.

-Tú quieres...-me levanté-...que me vaya para que me aleje de Sebastian...pero que crees...estuvieron a punto de echarme por la fiesta pero logré quedarme por lo que acabo de hacer, ahora me darán un castigo...y sólo porque quieres que me vaya, me voy a quedar aquí- le di un empujón en la frente. La puerta se abrió de nuevo y entró Sebastian con la directora.

-Hola, Sebas- dijo Leigh como tonta.

-Hola-dijo Sebastian seco

-Hemos decidido tu sanción-dijo la directora

-¿La enviarán a casa?- dijo Leigh esperanzada

-No.

-Sebas me explicó todo lo que has intentado hacer y me dio una idea maravillosa que acabará con este problema-dijo la directora sonriendo

-Esto va a estar bueno- reí.

-¿Qué harán con ella? ¿La mandarán al reclusorio, basurero, la granja?

-Al apartamento de Sebastian a vivir con él-dijo la directora

-¡¿Qué?!-dijimos Leigh y yo al unisono 




Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora