-_____ sea lo que sea que harás, no lo hagas.
-No sé de qué hablas.- fingí
-En enserio, de aquí vas a salir diciéndome ''Si, señor''
-Y tú saldrás pidiendo látigo.
-Sabía que no iba a existir el día que no dijeras algo así.
-Nací para tentarte-dije y mordí mi labio inferior.
-Y yo para abstenerme.-dijo y fingí como que me iba a quitar la camisa, Sebas no me detuvo, sólo me miró. Di una carcajada.
-¡Pero que abstinencia!
-Sabía que no lo ibas a hacer- dijo nervioso.
-Como no- me volteé.
-Vayámonos ya
-Espera...-me acerqué a él. Rodeé su cuello con uno de mis brazos y me acerqué a su oído-...¿No sientes frío en las noches?- susurré-...¿No te hace falta mi calor sobre ti al dormir?- desabroché su pantalón sin que se diera cuenta y metí la mano dentro de ellos, sentí que su zona se alegraba poco a poco.
-No...-susurró.
-¿Y cómo explicas esto?- lo toqué descaradamente, él abrió sus ojos.
-Deja de hacer eso.
-¿Esto?- lo apreté.
-¡Si eso!
-Apártame.
-Sería muy descortés.
-¿Osea que te gusta?
-No- dijo inmóvil.
-¿Ah no?- giraba mi mano, Sebastian apretaba sus dientes. me tomó de la cintura y sus manos iban bajando lentamente a mi patio trasero cuando escuchamos el timbre. Nos asustamos y nos apartamos bruscamente, Sebastian abrochó sus pantalones y se fue.
-Amo saber que te gusta cuando te provoco- dije a mi misma mientras sonreía.
Me fui a la habitación, vi que la habitación de Leigh estaba abierta y que ella estaba hablando con sus perros falderos, me asomé y escuché lo que decía.
-Maldita ¿Cómo se dio cuenta de lo de las verdura?- escuche decir a Leigh y mis ojos se abrieron enormes igual que mi boca y me la tapé evitando salir una carcajada, saqué el celular y lo asomé para grabar.
-Leigh, es obvio, no tenemos de otra. Aquí no dejan meter nada tenemos que hacerlo con verduras. -dijo una de sus perros falderos. Moría de risa por dentro.
-¡Pero no puede ser! ¡Maldita _____! ¡Seguro se infiltró anoche y me vio con la zanahoria dentro!
-Leigh ¿Por qué te metes zanahorias?-le preguntaron
-Se siente rico-respondió,No aguanté las ganas de reírme y salí corriendo hasta la habitación. Di la más grande carcajada, las chicas se acercaron.
-¿Qué pasa?- dijo Caeli
-No lo van a creer, escuchen esto-dije y puse la grabación, todas morían de la risa.
-¡No puedo más!- dijo Yuya llorando de la risa.
-¡Qué zorra!-exclamo Miranda
-Tenemos a Perreigh en nuestras manos- dije -¿Y qué ya es hora de alguna convivencia o actividad?
-Hora de dormir- dijo Miranda
-¿De dormir? ¡Pero si ni siquiera ha oscurecido!
-Claro que si, hay que dormir ya...Sebas vendrá en cualquier momento a la revisión- dijo Yuya
-¿Por qué si Sebas y hace la revisión ayer vino sus mamá?- pregunte
-Por ti. Quiere ver si no te habías escapado- respondió Miranda
-¡Por favor! Si quisiera escaparme, ya lo hubiera hecho.
-No es tan fácil como crees- dijo Caeli
-¿Qué me dan si logro escaparme del internado esta noche?-las rete
-Te damos un Versace cada una cuando salgamos.- dijo Miranda
-Trato hecho-Sonó la puerta y al instante se abrió; Sebastian entró.
-¿Por qué no se han vestido?-pregunto Sebastian
-En eso estábamos- dijo Miranda
-Es que me secuestraron hace rato y me dejaron tirada en un extremo del internado.- dije y le sonreí
-Debiste haber hecho algo malo para que te dejaran ahí.- me respondió devolviendo me la sonrisa
-No pensé que esa persona esperara que no hiciera algo malo.
-Vístete, es hora de dormir- dijo y se volteó.
-No- dije
-¿Qué dijiste?- se volteó hacia mí.
-No tengo sueño, no soy gallina para dormirme a estas horas.- dije
-Las reglas de este internado es que a las diez de la noche las internas deben estar dormidas.
-Las reglas también dicen que no se le puede decir la hora a las internas y tú lo acabas de hacer; así que al parecer ambos las romperemos.
-Buenas noches- salió por la puerta.
-Idiota.
-¿Cómo lo haces?- pregunto Yuya sorprendida
-Siempre lo trato así.- dije normal
-Me refiero a...como haces que te mire así.
-¿Así como?
-Con...¿ternura?- dijo Caeli
-¡Ja! Ese no tiene ternura.- dije riéndome
-Es enserio chicas, debemos dormirnos.- dijo Miranda
-No no no. Tenemos un trato y ustedes deben ser testigos de que lo cumplo.
-¿Cómo harás para escaparte?- pregunto Yuya
-Sebastian me ayudará.
-Imposible.
-Ya regreso. Tengan me listo un abrigo-Salí de la habitación, vi que Sebastian entró a la habitación de Leigh, corrí hasta ahí y me pegué a la puerta para escuchar lo que decían.
-¿Cómo estas, Sebas?- le pregunto Leigh
-Muy bien. Hora de dormirse, chicas.- respondió
-Sebas ¿A dónde te llevaste a _____ en la cena?-le pregunto una de sus perros falderos,Estúpida, nadie se dio cuenta que Leigh te dijo que le preguntaras eso, si como no.
-Debía preguntarle unas cosas- dijo Sebastian normal
-¿Qué cosas?
-Deben dormirse ya-dijo sin escuchar lo que lo preguntaban
-Antes quiero preguntarte algo.- dijo Leigh
-Dime, Leigh.
-¿Aún me quieres?-Pobre desesperada, tus verduras son las que te quieren.
-Leigh, no es el momento de hablar sobre eso.
-Sólo es una sílaba, no es tan difícil hacerlo
-Si te quiero- escuche decir a Sebastian
Maldita hija de @#&%
-¿Me das un beso?-le pregunto Leigh
Bésala y verás, Villalobos.
-Si mi Leigh- escuché su beso.Muy bien Sebastián Villalobos...¿así quieres jugar? Escuché los pasos de Sebastian y me alejé de la puerta, justo cuando la puerta se abrió yo caminaba en dirección contraria cabizbaja
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Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|
FanfictionLas fiestas,la ropa, los chicos, la fama,el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar a mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por cierto. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me dan...