capitulo 62

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Maratón 6/10 

-Demasiado fácil para mi gusto- se levantó. 

¡Bien! Lo que dijo me ofendió mucho, nadie se resistía a mí ¿Lo quería difícil? Tragarás tus palabras doctorsito. Mario me lanzó la toalla y abrió la puerta.

-Deben salir ya-dijo mi padre

-Saldremos en unos minutos- cerró al puerta y se sentó en la cama.

-¿Piensas verme desnuda?

-No te hagas la interesante ahora.

-Imbécil- abrí mi closet y me vestí.

-Vayámonos- me tomó de la mano.

-Suéltame- él sólo rió.Salimos y me despedí de mi padre y subimos a una limo.

-Sé que aceptaste ir al manicomio porque te gusto.

-¿Perdón?

-Hiciste una pataleta espantosa cuando te dijeron que ibas al internado y no hiciste ninguna ahora.

-He cambiado.

-Te enamoraste del cuidador.

-¿Cómo sabes tú que...

-Eres primicia en las noticias-me interrumpió 

-¿En las noticias dice eso?

-Sí también hablé con tus amigas.

-¿Por qué?

-Supuse que no me contarías tu pasado así que lo investigué todo, absolutamente todo.

-Si como no.

-Lo que más me llamó la atención fue esa palabrita tuya.

-Cállate.

-¿Cómo era? ¿Faje? Si, faje.

-¡Si, es faje! Muy rico yumi yumi- me burlé.

-Eres muy creativa, seguramente eso fue lo que enamoró a Villalobos ¿Qué te enamoró de él a ti?- No le respondí- ____  Conozco a Villalobos, no creas que me di cuenta de su existencia por ti.

-No te creo.

-¿Y quién crees que me vigilaba mientras estaba interno?

-¿Qué?- lo mire sorprendida.

-Si te cuento te gustaré más.

-Ya decía yo de donde salía esa actitud engreída y grosera.

-¿Te recuerda a alguien?

-Nada menos que un niño mal, vaya vaya.

-Recuerdo que todas las chicas morían por él, pero él no le hacía caso a ninguna.

-¿Hace cuánto saliste?

-Un año más o menos.

-¡¡No te creo!! Estás inventando todo esto.

-Cree lo que quieras.

Llegamos al ''centro'' manicomio, me instaló en una habitación, bastante lujosa para ser sincera

-Ya vi esto en una película de terror. Terminarás con la cabeza atorada en el inodoro.

-Espero que sea así y no desnudo contigo en la habitación acolchada.

-Fajando así bien duro.

-Mientras me pides más- se acercó a mí.

-Y tú me das más- me acerqué aún más.

-Hasta que quedemos exhaustos.

-Y aún así seguir.

-Y empaparnos de sudor- me pegó a su cuerpo bruscamente.

-Y aún así me tienes fría- reí y me aparté, me vengué lo de hace rato.

-¿Quieres probar que no te daría frío?

-Nahh...me da sueño sólo de escucharte.

-Siente- se pegó detrás de mí, y sí estaba muy ''contento''- si tuvieras una estuviera igual.

-¿Te dejo sólo?- me volteé- tal vez necesites ocuparte de un asunto- miré hacia abajo.

-¿No me quieres ayudar?

-Lo haría pero tengo una exigencia mínima de 15 centímetros- me acosté en la cama.

-Muy buena esa...-se lanzó sobre mí- Yo te haré todo lo que Villalobos no hizo.

-¿Por qué lo mencionamos a él? Aquí sólo estamos tú y yo

-Bien dicho, además él es un tonto sensible. Se enamoró de tí como un crédulo, eso no le queda a la niña mal que no se enamora. Tú debes buscar algo duro y fuerte no suave y sensible...

-¿Ése eres tú?

-Descúbrelo.

-¿Sólo eres palabras o puedes llevarlo a la acción?

Mario se acercó a mí, rompió la distancia que nos separaba y me besó apasionadamente. No podía negarlo, me encantaban sus besos, era todo un genio en el arte de la seducción. Me quitó toda la ropa con una destreza increíble, yo hice lo mismo. Me besaba apasionadamente, se notaba que era un experimentado y me volvía loca, sabía muy bien lo que hacía.

-¿Quieres jugar?

-¿Qué quieres que juguemos?- susurró mientras devoraba mi cuello.

-A los locos.

-¿Qué?

-Átame a la cama.

-¿Enserio?- rió.

-Sí, átame.

-Es muy común eso ¿No?

-No de la forma que lo hago yo, átame ¿O es que te da miedo?

-Yo no le tengo miedo a nada.

-¿Y bien?

Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora