capitulo 64

7.2K 360 23
                                    

Maraton 8/10

-Disculpe ¿usted es visita?-pregunto una enfermera

-No, soy paciente pero es que el doctor se puso raro, venga a ver.

Guié a la enfermera hasta la habitación, abrimos la puerta y Mario seguía atado forcejeando para soltarse.

-¡¡Oh mi Dios!!

-¡Sácala! ¡Sácala ya!-grito 

-Yo lo atiendo, mejor vaya a atender sus asuntos- la enfermera salió yo cerré la puerta.

-Desátame ya, dije todo lo que me pediste.

-No te me pongas rudo porque no me quieres ver enojada.

-¿Qué debo hacer para que me sueltes?

-Así está mejor- desamarré sus pies.

-¿Sabes que te haré pagar cuando me sueltes, cierto?

-Sí, lo sé. Por eso mismo lo hago- lo solté por completo.

-Sé que encanta ver a la gente con la sangre hirviendo, por eso mismo no lo haré- se pegó a mi, él seguía totalmente desnudo.

-Ponte algo de ropa, no vaya a ser te dé frío- reí y salí de la habitación.

-No te vayas, debemos comenzar la terapia

-Ah, osea que eso no era de mentira.

-Claro que no, yo sí estudio psiquiatría.

-¿Qué clase de contradicción es esa?

-Que sea un chico mal no significa que no sea útil en el mundo, de algo me sirvió estar interno un año en Inglaterra.

-Si, se nota.

-A ti sólo te sirvió para enamorarte del guardia.

-¿No te bastó lo que te hice hace rato, verdad?

-La verdad es que me encantó- dio un mordisco en el aire a dos centímetros de mi cara.

-Sí, se notó por los quejidos...muy sexys por cierto.

-Igual que tú...noté que Villalobos no perdió el tiempo y te hizo suya antes que alguien más lo hiciera.

-No puedo decir lo mismo de ti, no podría nombrar a la lista de nombres que traes tatuada allá abajo.

-Tú las borrarías todas- me tomó de la cintura

-Lo haría pero...sería demasiado fácil y no quiero corazones rotos.

-¿Corazones rotos?- rió- ¿Quién dijo que tenía que ir involucrado el corazón? Conoces la regla principal de esto ¿No?

-No te enamores.

-No te la grabaste con Villalobos.

-¿Podemos dejar de mencionarlo en todo?

-¿Te pone mal?- me volteé.

-La terapia.

-Claro. Déjame vestirme.

Mario se vistió y me llevó a un salón donde al parecer se daban las terapias. Me recostó en un sofá y empezó.

-Te diré varias palabras y tú me dirás lo primero que se te venga a la mente.

-Faje.

-No he comenzado.

-Ok, comienza.

-Denise.

-Perra.

-Bien- anotó algo- Fiesta.

-Alcohol.

-Felicidad.

-Se me viene la imagen de Las Vegas de noche.

-Necesidad.

-Cagar.

-Wow- rió.

-Continúa.

-Libertad.

-Paloma.

-Vulgar.

-Mario.

-Me refiero a que eres vulgar no a que se te viene a la mente con la palabra vulgar.

-¡Es que no especificas!

-¿Por qué crees que pierdes la paciencia tan pronto?

-Es que...siento que...¡Que te importa!

-Cuéntame.

-Siento que me siento débil si tengo compasión.

-¿Nunca te han devuelto las ofensas?

-Sí pero siempre termino ofendiendo más.

-Sabes, si te muestras como eres frente a todo el mundo luego tus planes no te salen bien.

-¿Te refieres a que tengo que ser doble cara?

-Es la manera de conseguir lo que quieras.

-Yo lo consigo todo a mi modo.

-¿Qué quieres conseguir en este momento?- se levantó y se sentó sobre mis piernas.

-Salir de aquí

Niña Mal |Sebastian Villalobos y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora