161. Enemigos No Declarados

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La luna brilla alta y redonda en el oscuro cielo de Polis, su pálida luz se refleja sobre toda la superficie de la ciudad dándole un aspecto misterioso y mágico que solo durante noches así suele tener.

Aden que está sentado en el suelo de la terraza de los natblidas con la espalda apoyada en la pared contempla fijamente el suelo mientras se sujeta la cabeza con la mano.

Lo ha estropeado todo y lo sabe. No puede quitarse de la cabeza la imagen desconsolada de ella ni las lágrimas que él le ha provocado. Francamente, no era su intención hacerlo. Ni siquiera había ido allí con esa idea, tan solo quería verla, pasar un rato con ella, hablarle...

Asegurarse que se encontraba bien y de que se encontraría igual cuando él se marchase. No contaba con que iba a revelarle sus sentimientos por ella, no contaba con que ella fuese a reaccionar así ni sabía que se sintiese tan miserable y desgraciada como lo hacía.

Desde luego se había equivocado al hacerlo, quizás todo esto estuviese siendo demasiado para ella. Desconocían de donde venía, las cosas terribles por las que en la Nación del Hielo seguramente habría pasado. Desconocía lo que sentía al haber visto su vida amenazada tan solo porque Heda la quisiese ni el miedo atroz que debía invadirla a cada momento.

Aden no lo había tenido fácil pero nada tan malo como ella. Apenas recuerda a su familia, sabe que le llevaron a Polis para que lo entrenasen según se dieron cuenta de su Sangre Nocturna. En su momento no comprendió tal abandono pero no tuvo tiempo de sentirlo porque Heda le acogió bajo su protección inmediatamente al igual que al resto de sus compañeros.

Siempre había tenido un buen techo sobre su cabeza, y se había ganado a cada momento el derecho a estar allí. Se había hecho con un buen lugar entre los suyos y había logrado que Lexa y Titus se sintiesen orgullosos de su dedicación y de él.

Nunca había necesitado mucho más de lo que tenía allí, nunca había tenido que preocuparse por otras cosas. Más ahora que conocía a Halena, eso había cambiado por completo.

No es que no se hubiese fijado en chicas antes, siempre despertaron su atención y su admiración algunas de las más imponentes guerreras que tenía constantemente a su alrededor. Pero al conocer a Halena, todo había sido distinto. Muchas veces se había sorprendido a si mismo pensando en ella. Imaginando su risa, su mirada al contemplarle, su sonrisa tan sincera y genuina. El tono de su voz al dirigirse a él.

Toda ella era perfecta. No había absolutamente nada que le disgustase de Halena hasta ahora. El saber que ella se sentía así si que le disgustaba porque no era cierto que ella fuese ningún despojo. No era nada de como ella se sentía. Era especial, era valiente, osada cuando tenía que serlo y sensata las otras veces. Era divertida, era dulce, era preciosa tal como era y era una suerte para quien la pudiese conocer.

-¿No puedes dormir? -se frotó Treior los ojos con algo de sueño al asomarse a la terraza.

Aden que levantó la vista del suelo para mirarle negó débilmente antes de jugar de nuevo con las ataduras de sus botas.

-Creí que está noche irías a ver a Halena -dijo Treior antes de acercarse y sentarse frente a él en el suelo contra la pared-. Últimamente no haces más que pasar el rato con ella...

-Sospecho que eso pronto va a acabar -murmuró Aden algo resignado por ello.

Treior que no lo entendió ladeo la cabeza.

-¿Qué ha pasado?

-Nada, que soy idiota parece -cerro los ojos Aden suspirando con abatimiento.

Treior que puso una cara al escucharle arqueo una ceja y después frunció el ceño esbozando una sonrisa.

-Le has confesado que te gusta...

Aden que levantó la vista nada más oírle se le quedó viendo desconcertado.

-¿Cómo sabes tú eso?

-Bueno, ahora si que lo sé -advirtió Treior dejando escapar una risita al descubrir que tenía razón-. A ver si adivino, ¿ella no siente nada bueno por ti?

-Lo que no siente es nada bueno por ella -dijo Aden fastidiado bajando la mirada afectado al suelo.

Treior que ahora si que no le entendió frunció el ceño desconcertado.

-Yo no sé que es lo que ha pasado pero si te gusta de verdad has hecho bien en decírselo, es muy valiente de tu parte y más aún siendo hija de quién es.

Aden que levantó la vista en el suelo al darse cuenta de que él llevaba razón ni había caído en que era nada menos que la hija de la Comandante.

-Oh, Santa Pramheda...

Treior que dejó escapar una pequeña carcajada le dio una miradita después.

-No vas a llegar a Comandante si sigues así, especialmente si te mata su madre por hacerle daño a su pequeña embustera.

-Halena no es ninguna embustera -salió al instante en su defensa Aden.

-Eso no es lo que le he oído decir a Aranae.

-Pues Aranae se equivoca -sentenció él con un ofendido gesto-. No sé porque la odia tanto ni porque se inventa estas cosas pero no son ciertas. Halena es increíble y es una buena persona.

Treior que no daba crédito a que Aden siguiese sin darse cuenta de lo que Aranae sentía por él puso una cara al oírle. No sería él quien le sacase de su ensoñación por muy compañeros que fuesen.

-No lo dudó, nunca te había visto hablar tan bien de alguien al que apenas acabas de conocer y mucho menos dar la cara en su nombre.

-Eso es porque merece la pena que la dé -dejo claro Aden-. Halena es de las buenas y no voy a permitir que nadie eche por tierra lo que tanto le está costando a Heda recomponer.

Treior que alzó las manos en señal de paz al verle ponerse así hizo un gesto.

-Solo digo que ahora que es tan importante para Heda, Titus no era el único enemigo no declarado que ha de temer.

-Que se atrevan -endureció su rostro Aden desafiante.

Keryon que se froto los ojos con sueño ya que su cama estaba muy cerca de la terraza se asomó.

-¿Quereis dejar de hacer tanto ruido los dos? Algunos necesitamos dormir...

-Si, perdona Keryon -se disculpó Treior con un gesto desde lejos levantándose del suelo-. Yo ya me voy a dormir y tú... -a Aden señalándole a su lado al pasar-. Deberías hacer lo mismo, el entrenamiento es en unas horas y te conviene descansar...

Aden que estaba ahora algo más fastidiado por la conversación y recelaba de las posibles amenazas que pudiesen acechar a Halena hizo un gesto. Ahora si que no podría pegar ojo en toda la noche.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now