217. No Se Lo Digas A Ella

510 48 133
                                    


La luna parece menguar en el oscuro cielo de Polis proyectando su tenue luz sobre toda la extensa superficie de sus bosques, parcelas y hogares. La enorme Torre de Polis que emana del suelo firmemente asentada hace decenios atrás sigue ardiendo en lo más alto como un inclemente faro en la inmensidad de la noche.

Bellamy que siente un intenso dolor en la mano, se la ha vendado como mejor ha podido con tal de no tener que acudir a Abby, y que le interrogue sobre cómo ha sido. Incapaz de dormir después de conocer lo ocurrido, necesita ver a Clarke. Necesita saber cómo se encuentra, cómo está viviendo estos duros momentos.

A pesar de lo tarde que es, y de que es posible que la encuentre dormida, Bellamy decide ir a verla.

Caminando por las silenciosas escaleras se cruza con los centinelas que cubren el acceso a la planta y les saluda adentrándose instantes después en el largo pasillo. A medida que se aproxima a la habitación de Clarke, más le asaltan los nervios.

Podría haberse dado cuenta antes de lo que estaba pasándole. Podría haber sido mucho más delicado a su vuelta, pero ni por un segundo se le pasó por la cabeza que esa clase de cosa pudiese haberle sucedido a ella.

Realmente creyó que Lincoln las habría protegido en aquel bosque, que habría cuidado de Abby y de ella. Enterarse de todo lo acontecido y no precisamente por boca de él o de Clarke, le había hecho sentirse un tanto herido.

Entendía ahora lo que las circunstancias suponían para ambos, pero en el fondo siempre esperó que Clarke confiase en él a pesar de su equivocación con Gina y la desilusión que eso había provocado en ella. Culparla por ocultarle lo ocurrido no sería sino otro grave error por su parte, más no podía evitar sentirse un tanto decepcionado con ella.

Bellamy que se acercó a su puerta no esperó encontrarla abierta ni mucho menos esperó escuchar el sonido que provenía de ella.

La baja risa de Clarke le descolocó un poco haciendo que se pegase de la pared.

Al asomarse un poco, Murphy estaba de pie en medio de la habitación contándole como antes de conocer a Emori, había vagado sin rumbo fijo por los bosques de Polis y en su desesperación había intentado asaltar a un par de viajeros creyéndoles indefensos, pero que al final el que había terminado huyendo había sido él y al tratar de trepar por un enredoso árbol había perdido parte de su ropa.

Clarke que permanecía sentada aún junto a la puerta, se sonrió un poco escuchando la ocurrente forma que Murphy tenía de contar su historia, bajó la mirada a su galleta llevándose un poquito más a la boca teniendo que reír un poco al escuchar como se había tenido que hacer unos tirantes con unas lianas que había sacado del árbol para así poder sujetar lo que quedaba de sus pantalones.

—Te juro que podría patentar esos tirantes entre los terrestres... —bromeó Murphy con tono distendido haciendo un gesto—. Serían la última moda este verano, ¿no crees?...

Clarke que sacudió la cabeza al escucharle hablar así no pudo evitar sonreírse un poco jugando con el resto de la galleta distraídamente.

Murphy fue a decir algo más cuando de pie tras ella vio a Bellamy asomado a la puerta. Clarke que se dio cuenta de que Murphy se había quedado en silencio levantó la mirada para verle viéndole mirar tras ella y al volverse se percató de que Bellamy estaba allí en el umbral de la puerta.

Bellamy que se había quedado un tanto petrificado ante la escena. Ni siquiera supo que decir viendo a Clarke levantarse con sorpresa.

—Bueno, yo... creo que va siendo hora de que me vaya —murmuró Murphy sin apartar sus ojos de él un tanto incómodo por su presencia—. Emori me estará esperando, nos vemos mañana —se despidió él de Clarke y luego de Bellamy con un inadvertido gesto pasando a su lado por la puerta.

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now