203. Agradecimientos

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Las primeras horas de escasa luz se ciernen sobre Polis oscureciendo el cielo. Ha sido un día lleno de tensiones e inesperadas revelaciones para todos. Halena que camina en silencio por los pasillos de una planta que no es la suya llega a una de las puertas, y tras unos pocos segundos llama suavemente.

Nadie contesta y ella insiste de nuevo. Cuando está a punto de darse la vuelta para irse un sordo sonido proveniente del interior de la habitación llega a ella y tras mucho dudarlo decide al fin abrir la puerta asomándose un poco.

Sus ojos encuentran a Clarke acurrucada en la cama mientras las lágrimas bañan aún sus mejillas tratando de alcanzar un poco de agua de la mesilla.

Halena que la ve hacer una pequeña mueca de dolor al estirarse se acerca rápidamente a la mesilla tomando el vaso en su mano antes de ofrecérselo.

—Ten, aquí tienes...

Clarke que lo tomó temblando en su mano se lo acercó a los labios bebiendo grandes sorbos sorbiendo un poco sus lágrimas al darse cuenta de que estaba ella allí.

—Halena, ¿qué... qué haces aquí? —preguntó ella con la voz quebrada apartándose las lágrimas con la mano mientras trataba de devolver el vaso a la mesilla.

Halena que la ayudó inmediatamente lo dejó sobre la mesa antes de volverse hacia ella.

—Quería verte —se sinceró la niña sentándose en la orilla de la cama a su lado—. Ontari me ha dicho que has vuelto.

—Si, lo he hecho —murmuró Clarke sintiéndose algo dolorida antes de recostarse de nuevo—. ¿Cómo te encuentras?

—¿Y tú? —se preocupó Halena al verla así, tenía muy mal aspecto desde la última vez que coincidieron—. ¿Estás bien?

—Por supuesto —forzó Clarke algo parecido a una sonrisa para no preocupar a la niña—. Esto no es nada, no te preocupes —murmuró al señalarse el rostro herido con la mano.

Halena que seguía algo preocupada al verla de aquella forma junto las manos sobre su regazo.

—Mi madre me ha contado lo que hicisteis por mi y quería daros las gracias por ello —repuso sincera ella al mirarla—. Casi me muero...

—¿Qué ocurrió? —quiso saber Clarke honesta viendo que tenía mejor aspecto aunque era evidente en sus ojos especialmente el mal rato pasado—. Lexa no ha querido entrar en detalle en eso.

Halena que se la quedo viendo largos instantes bajó la mirada un momento.

—Titus me envenenó, y trató de culparte por ello —reconoció la niña con cierto recelo al compartir con ella eso—. Ella nunca le creyó y por eso acudió a ti y a tu gente en busca de ayuda.

Clarke que cerro los ojos al escucharla no le costó creer demasiado nada de lo que escuchaba, ¿quién más de ellos podría haber sido?

—Lamento no haber podido ayudarte...

Halena que sacudió débilmente la cabeza trató de consolarla por ello.

—No tienes porque disculparte, trataste de venir en mi ayuda aún sin merecerlo —murmuró la niña queriendo reconfortarla—. Soy yo quién debería disculparse por no haber venido antes a verte.

Clarke que agradecía en esos momentos el que no lo hubiese hecho, intentó confortarla también.

—No te hubiese gustado nada hacerlo... —murmuró con una cansada sonrisa.

Halena que había oído que les habían retenido en el bosque y lo de la chica que se había lanzado al vacío desde la habitación reconoció que eso era cierto.

—Las cosas mejorarán, Clarke...

Clarke que se sonrió ligeramente al oírla sintiendo sus ojos humedecerse de nuevo asintió imperceptiblemente.

—Eso espero...

De nada de lo que hubiese pasado podía culparla a ella. Había acudido en su ayuda porque era importante para Lexa y porque hacerlo, era lo más correcto. Halena no tenía porque agradecerlo ni mucho menos ser culpada por nada de todo aquello. Que se encontrase bien era el gran premio tras todo lo malo y así lo seguiría siendo...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now