250. Hagámoslo

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Ivory que entró en la habitación de los Natblidas seguida de Keryon parecía completamente consternada y descompuesta.

—Se... se la ha llevado...

Aden que estaba junto a Treior sentado en su cama levantó la vista nada más escucharla.

—¿Qué?

Aranae que volvió la cabeza de pie junto a la mesa donde Yakut y ella hablaban de lo que todos habían presenciado en el salón del trono frunció el ceño con preocupación.

—¿De qué hablas?

—Esa mujer se ha llevado a Halena —repuso Keryon con un angustiado gesto—. Indra nos ha dicho que las están buscando.

Aden que se puso en pie nada más oír eso se acercó al armario para coger algunas de sus armas.

—Aden —se apresuró a decir Hashelee que hasta ahora había permanecido en silencio sentada sobre su cama—. ¿Donde crees que vas?

—A buscarla —le espetó él sacando sus armas comenzando a armarse.

—No puedes hacer eso —dijo Hashelee con un contrariado gesto aún después de todo lo que había ocurrido—. No podemos abandonar la Torre sin permiso.

—No lo hagas —contestó Aden con un duro gesto no queriendo discutir con ella—. Yo no te he pedido que vengas conmigo.

—Aden... —vaciló Treior con un gesto al verle así de decidido, desobedecer ordenes como las de Heda resultaba muy peligroso.

Aranae que le escuchó se dirigió a una de las cómodas abriendola de golpe cogiendo las suyas. Yakut puso una cara al verla.

—Aranae, no...

—Ella es una de las nuestras —le espetó Aranae al volverse guardándose un puñal en las correas del muslo.

Keryon, Hashelee y Yakut se miraron inmediatamente algo tensos y consternados por el rumbo que parecían tomar las cosas.

—Arane tiene razón —dijo Ivory yendo a por sus armas con un gesto—. Si vamos a morir de una u otra forma yo prefiero hacerlo luchando por una de los nuestros.

Yakut que pareció dudar un poco se apartó de la mesa yendo a su cama agachándose para sacar de debajo sus armas.

—Me apunto.

—Yo voy —repuso Keryon ante ese argumento haciendo un gesto yendo a por las suyas.

Hashelee que les miró comenzó a negar con la cabeza con preocupación, todos parecían muy decididos pero si aquella mujer había conseguido llevarse a Halena no debía ser presa fácil después de todo.

No temía morir luchando pero llegado el momento claro, aún así sabía que nada tenía que hacer contra Aden en el Cónclave por muy difícil que se lo pusiese y aunque Halena hubiese demostrado no ser santa de su devoción admiró la manera que tuvo de defender a Aranae justamente a pesar de ser su contrincante.

Si, ¿por qué no?

—Qué demonios, hagámoslo —se rindió Hashelee yendo a armarse junto a ellos.

Pelear por una buena causa y morir por ella sería más honroso que perder por un liderazgo que era poco probable ganar.

El riesgo merecería la pena.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now