Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)

232. Estremecimiento

Luna que permanecía sentada en un oscuro pero acogedor rincón sintiendo como Derrick trazaba dibujos por encima del tatuaje de su brazo con la yema de su dedo mientras oía como un chico contaba sus andaduras y la historia de cómo había ido a parar allí frente al resto acurrucados junto al fuego, dirigió su mirada hacia la manta donde el malherido cuerpo de Lincoln se ocultaba debajo.

Derrick que siguió su mirada viendo que ella no parecía estar disfrutando de la historia finalmente se atrevió a preguntárselo.

—¿Se quedará aquí?...

Luna que le escuchó sintió como deslizaba la mano por su cintura para verla a los ojos recostado a su lado.

—No tiene a donde ir.

—Luna...

—No supone peligro alguno...—repuso ella al escuchar el tono con el que él pronunciaba su nombre.

—¿Entonces por qué no quieres contarme el porqué está aquí?...

Luna que volvió la mirada para verle hizo un suave gesto.

—Por el mismo motivo por el que no le cuento a nadie el porqué estás tú...

Derrick que bajó la mirada al escucharla se quedo callado durante largos instantes. Seguramente él le había pedido qué no contase nada y ella no iba a hacerlo bajo ningún concepto a menos que Lincoln quisiese.

Luna era una tumba repleta de secretos y él respetaba eso, pero a veces era tan difícil llegar a ella que resultaba imposible descifrar qué era aquello que pasaba por su mente. Nadie salvo ella conocía porque cada uno de ellos estaba allí, nadie que no quisiese compartir su pasado, que no quisiese revelar detalles de su anterior vida no tenía porque hacerlo frente a los demás. La única que tenía derecho a saberlo era Luna y ella decidía si ampararles bajo su protección o no, después de todo aquella era su gente.

...y de pronto, cuando creí que nada importaba ya, que las cosas no podían ir peor... —narró el joven chico frente al resto con un gesto soñador en las manos—. Sucedió que...

Un vibrante y grave sonido, algo parecido a un resonante rumor empezó a escucharse bajo ellos. Un estruendoso y sordo eco, que hizo temblar cada uno de los cimientos de la plataforma que tembló batiéndose sobre el agitado fondo marino reverberó por cada resquicio del emplazamiento.

Todos enseguida se pusieron en pie, algunos niños que dormían ya o jugaban entre las cosas a lo lejos corrieron abrazándose a sus padres. Algunos se sofocaron y otros se asustaron.

—¡Luna! —gritó una niña parando de jugar llevándose las manos a los oídos escuchando el intenso murmullo mientras el suelo se sacudía bajo sus pies.

Luna que extendió las manos sintiendo algunas de las cosas impactar desde lo alto contra el suelo mientras todos parecían abrazarse unos a otros sobrecogidos por el temblor, intentó serenarles.

—¡Calma! ¡Calma! —clamó Luna en voz alta sintiendo el temblor mermar poco a poco—. ¡Calmaos todos!

Lincoln que había conseguido ponerse en pie con esfuerzo se cubrió las costillas heridas con la mano sujetándose de la vibrante pared.

—¿Qué es eso?... —murmuró él asustado en voz alta aún pudiendo oír la reverberación en su cabeza.

—¡Las profundidades del mar se estremecen! —advirtió Luna sintiendo a la niña abrazarse con fuerza a ella tratando de consolarla con sus manos al devolverle el abrazo—. ¡Pasará pronto! —aseguró Luna para que no cundiese el pánico.

Derrick que la sujetó mientras toda la plataforma se sacudía cerro sus ojos sintiendo como poco a poco el temblor iba deteniéndose. Era el tercero que sufrían en dos semanas y desde los barcos habían divisado algunas burbujas en el mar del este, señal inequívoca de que el temblor no venía de tierra firme si no de las profundidades del mar. Algo ocurría allí abajo, algo que no podían entender pero que temían provocase una enorme ola que barriese la plataforma como años atrás cuando recién había sido descubierta.

—Pasará pronto... —murmuró Luna a la niña intentando calmarla y calmarse a si misma también mientras la preocupación de que un mal mayor pudiese acontecerles allí le atenazase el estomago. Los pesados barcos eran un medio seguro para llegar a tierra firme en caso de que algo grave sucediese pero también un medio frágil que podía poner en riesgo a todos los que vivían allí.

La plataforma era su hogar, nada podía perturbarles allí nada excepto cómo no, la propia naturaleza.

Continuara...