245. Venganza

439 47 77
                                    


Halena que entró por la puerta del salón del trono por donde Nirrath había salido buscó con la mirada hasta ver la escondida puerta trás las poltronas de los embajadores y se dirigió a ella directamente apartando una de ellas con la mano que cayó contra el suelo con estruendo resonando por toda la habitación.

Lexa que entró inmediatamente tras ella seguida de Indra la vio dirigirse a la destartalada puerta posando su mano sobre ella unos instantes antes de cerrarla en torno al tirador jalando con fuerza de ella intentando abrirla.

Algunos de los Natblidas que desconocían lo que ocurría allí asomaron desde el pasillo desconfiados porque no parecía que aquello formase parte de ningún entrenamiento.

Halena que trató de abrirla tirando del pomo finalmente se acercó cogiendo uno de los altos candelabros metálicos que allí habían y lo golpeó con todas sus fuerzas contra la vieja puerta que después de tres o cuatro golpes comenzó a astillarse. Fue entonces cuando Halena la vio por entre la rota madera.

Clarke estaba allí dentro.

—¡Clarke! —gritó ella apartando de golpe el candelabro lanzándolo al suelo antes de pegar una fuerte patada que terminó por desencajar la puerta que golpeó la sucia pared al abrirse de golpe contra ella.

Halena que entró corriendo rápidamente se agachó a su lado viéndola tendida sobre el mugriento el mugriento suelo. Pálida y con sangre aún bajo su nariz no se movió un ápice cuando Halena la sacudió.

—No, no, no... —murmuró ella angustiada buscando alguna marca, alguna evidencia de lo que Nirrath le había hecho.

Lexa que entró nada más ver eso enmudeció unos instantes agachándose rápidamente para tomar su rostro entre sus manos.

—¡Clarke! ¡Clarke, despierta! —elevó la voz la Comandante tratando de zarandearla después por los hombros para que despertase—. ¡Clarke! ¡Clarke! —gritó desesperada ella volviendo la cabeza para ver a Halena consternada—. ¿Qué ha hecho?

Halena que tomó a Clarke de las muñecas levantando sus brazos vio unos arcaicos simbolos dibujados con extraña sangre sobre ella y soltándola bruscamente se inclinó sobre ella buscando sus ojos. Al conseguir abrirselos los claros ojos de Clarke tenían a su alrededor pequeñas manchas purpuras y Halena palideció.

—¡Halena! —le gritó Lexa al verla así tomándola del brazo para obligarla a mirarla—. ¿¿Qué le ha hecho??

Indra que parecía inquieta con la mano sujetando la empuñadura de su daga advirtiendo del peligro del lugar se fijó en la olvidada habitación, reconociéndola de sus años al servicio de Anya antes que de Lexa. Ahora ya sabía quien era aquella mujer aunque no la hubiese reconocido en un principio.

—Heda...

Halena que sintió el corazón latirle con fuerza dentro de su pecho se la quedo viendo a los espantados ojos de Lexa.

—La tiene ella... —susurró Halena comprendiendo convencidamente casi para si.

Lexa que cambió la expresión de su cara al oírla hablar así se la quedo viendo a los ojos sin entender intuyendo que ella bastante bien si.

—¿Qué significa eso? —preguntó ásperamente Lexa endureciendo su imperterrito rostro.

Halena que bajo lentamente la mirada contemplando el cuerpo de Clarke se puso en pie inmediatamente saliendo de la habitación para ir a buscar a Nirrath.

Indra que se vio apartada a un lado la vio salir abruptamente por la puerta para sorpresa de los Natblidas alejándose por el pasillo.

Lexa que se quedo totalmente quieta contemplando el cuerpo de Clarke se levantó al instante para ir tras ella sabiendo que intención debía de tener Halena para con Nirrath.

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)Where stories live. Discover now