Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 2... (#TheWrites)

293. Cosas Que No Entendéis

La madrugada pareció volverse más y más fría en el desierto con el paso de las horas, Halena estaba arrodillada fuera de la tienda de Rashesh junto a este que estaba formando un círculo de piedras a su alrededor mientras Halena con el frasco en la mano parecía murmurar palabras ininteligibles perdidas en el tiempo.

Rashesh que por su parte también parecía concentrado y serio murmuró palabras que hicieron que la arena se arremolinase en torno al círculo sin traspasarlo ni rozar a Halena que permanecía impávida en su interior.

El aire comenzó a agitarse haciendo que la arena azotase las tiendas sin piedad despertando a los chicos.

—¿Qué es eso? —murmuró Aranae impresionada llevándose instintivamente la mano a la daga que colgaba de su cinturón escuchando como el aire parecía comenzar a hablar.

Darshan que se incorporaba cerca de ella y de Aden buscó con la mirada a su hermano, a Halena pero no les halló a ninguno de los dos y supo entonces que estaba pasando.

—Halena... —murmuró casi para si Aden levantándose a trompicones en la alfombra para salir a buscarla.

Darshan le paró por el brazo con fuerza.

—No, espera —dijo escuchando elevarse las palabras cada vez más intrincadas y altas en el viento—. No salgas ahí...

—¿Por qué? —preguntó sin entender Aden ansioso deseando ir fuera a buscarla.

—El ritual de sangre ha comenzado, ya no la puedes parar... —respondió Darshan escuchando el doloroso grito que abandonó los labios de Halena fuera.

Aranae abrió mucho los ojos y Aden cambió su cara queriendo pasarle por su lado para ayudarla pero Darshan se interpuso agarrándole aún más fuerte de lo que esperaba que hiciese el Nohara.

—¿Qué haces? —se revolvió Aden con intención de salir—. ¡Suéltame! ¡Halena me necesita!

—¡No! —contestó Darshan sosteniéndole en el sitio con firmeza con los ojos clavados en él—. ¡Le necesita a él!

Aranae que volvió a oírla gritar desconociendo lo que estaba ocurriendo fuera vio acercarse a la entrada de la otra tienda al resto de los Natblidas agitados e inquietos, y dándose la vuelta sacó su daga y rajó parte del toldo que cubría la tienda asomando la vista por entre el resquicio palideciendo totalmente.

Halena estaba arrodillada en la arena sujetándose el vientre con una mano mientras que con la otra apoyada en la arena parecía sujetar algo de cristal mientras la arena se arremolinaba de una forma que jamás había visto hacer alrededor del círculo de piedras que la rodeaba. La sangre manaba de su nariz cayendo sobre la arena mientras que fuera Rashesh se había detenido con las manos elevadas hacia la arena que parecía estar formando un poderoso tornado que arrasaba todo en movimiento sin dejar de pronunciar más y más palabras en un idioma del que ella jamás había oído hablar.

Halena temblaba con fuerza mientras un intenso dolor cruzaba su cuerpo y apretaba más y más el frasco que contenía la sangre de Clarke, la arena de Polis y algo mucho más importante que todo aquello, su alma.

Aranae que clavó sus ojos en ella se tensó viendo como las lágrimas resbalaban por sus calientes mejillas disipándose en la arena.

—Cuando un alma pura es arrancada de un cuerpo, tiende a deteriorarse cuanto más tiempo pasa fuera de este... —explicó Darshan dirigiéndose a ella sin soltar a Aden que parecía conmocionado al escucharle—. Intentar recomponerla conlleva mucho sacrificio y esfuerzo...

—Pero se puede, ¿verdad? —tragó inquieta Aranae volviéndose a mirarle—. Se puede...

—Con privación, generosidad y renuncia puede hacerse pero es un proceso doloroso y arduo que implica elementos que vosotros no podéis entender —repuso Darshan haciendo que Aden se sintiese cada vez más y más calmado hasta caer al suelo bajo sus manos sentado y conmocionado por lo que estaba sintiendo.

Otro agudo y desgarrador grito quebró el aire y Aranae volvió la mirada asustada hacia fuera viendo como Halena destrozaba en su mano el frasco mientras cada vez más la arena se elevaba en una columna que parecía más fuego que simple gravilla.

—El corazón puede traicionar, más el alma no miente y de ella depende hallar la paz que la guíe de regreso a su camino o no importa cuanto hagan, esta quedará totalmente perdida...

Continuara...