...
Caminando por la inmensa arena del desierto, pensaba sin poder evitarlo en su pasado.
En cuando llegó a ese mundo, y todo lo que ha ocurrido.
Y, sobretodo, en su hermana.
Había recibido una carta de ella y de Sasori manifestándole que había llegado sana y salva, no había habido ninguna pelea física, aunque el raikage todavía no le hubiera dado respuesta.
Y por lo que se ve, Leo había escuchado que A, estaba enfurecido porque Alice se esfumó aún sin esperar. Más Tsunade dijo que se encargaría ella misma sobre eso.
Estaba preocupado, sí. Preocupado de que las tornas cambiarán, de que los kages sólo aceptasen para agarrar a su hermana y a Maica para conseguir información.
No dudaba de la hokage, sabía que la sannin era de fiar, y desde su punto de vista, tampoco veía a Gaara haciendo una cosa así.
El problema eran Onoki y el raikage, que después de tanto vivido y tanta experiencia, decidan apuñalar por la espalda.
Pero si realmente se preocupan por sus aldeas y el mundo entero, sabrían cuál era la mejor opción a escoger.
También pensaba en el tiempo que antes su familiar y él pasaban juntos. Nunca se separaban, por mucho que estuvieran peleados o se hicieran bromas.
Cómo que él le hiciera una trampa, y ella se vengase. O al revés, y así sucesivamente.
Su hermana y él siempre se habían estado cuidando el uno del otro. Jamás dejaban que alguien les hicieran daño a ninguno de los dos; Es más, harían cualquier cosa por el contrario.
Y Leo haría cualquier cosa para salvar la vida de su hermana, aún si significase que él tenía que dar la suya a cambio.
Por eso no le gustaba estar tan lejos de ella, sin saber muy bien qué le ocurría o qué estaba haciendo. Y sabía que para su hermana era igual, no le era fácil estar lejos de su hermano. Lejos de la persona que más quería, de su sangre.
Era tan difícil para los dos, que tenían que seguir hacia adelante por el bien común.
Mas sabían que tanto él como ella, estaban en un constante peligro de muerte. Más que ninguna otra persona a parte de Maica.
— Este desierto no se acaba nunca— Refunfuñó un rubio, caminando con cara de cansancio y agobio— . Por qué tiene que estar tan lejos...
— Da gracias a que no hay una tormenta de arena, Naruto— Comentó su sensei, Kakashi. Él estaba más tranquilo que aquellos dos jóvenes, pero Yukine parecía más serio que otras veces— . Pronto hablaremos con Gaara, no desesperes.
El Uzumaki hizo un pequeño berrinche, para después asentir.
El ojiverde simplemente se mantuvo observando y escuchando la conversación de sus dos compañeros, en silencio y un tanto en su mundo.
El Kazekage, Gaara...Era uno de los últimos kage con el que tendrían que hablar para que, al fin, hubiera una pequeña alianza al no matar a su hermana ni a la mejor amiga de ésta.
Aun así, también faltaba Terumi Mei, la kage de la aldea de la niebla.
Aunque seguramente, ella fuese una de las que aceptaba sin pedir mucho o sin rechistar, no era tan mala persona como los demás.
Leo suspiró, haciéndose una pequeña coleta en su cabello.
— Yukine— Habló el de ojos azules. El nombrado se giró a mirarlo— . ¿Siempre os habéis llevado bien Yuki y tú? ¡Algo me dice que estáis siempre peleados!— Dijo, riéndose.
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanfictionCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.