Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |

7. Tormento perpetuo

En cuanto veais este símbolo # , le dais al play para la música :) Os lo recomiendo mucho.

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— ¡Vamos, vamos!— Exclamaba la de cabello corto, risueña y feliz de poder volver— ¡Ya falta poco! ¿Cuánto crees que falta?

— Una media hora o así, más o menos— Respondió el Uchiha menor, sin importarle cuánto faltaba o cuándo llegarían.

 Ambos ya habían caminado lo suficiente como para estar cerca. Por suerte, se habían dado algo de prisa y en vez de dos días, tardaron uno y medio y acercarse a la guarida de Akatsuki. 

Un día y medio donde descansaron, y Maica volvió a despeinarle para que le dejase su hombro al dormir. 

Y Sasuke controlándose y contando hasta cien para no ponerle la trabanqueta y que se cayera bosque abajo. 

— Aunque no te preocupes, tendremos más oportunidades para tener nuestro propio tiempo y estar solos—Expresó la salmón, coqueteando.

— Creo que la única que se preocupa por eso eres tú... 

— Yo sé que no, yo lo sé—Dijo ella, totalmente convencida sobre ello. 

En su mente, ella estaba ocasionando algún efecto en el vengador, quisiera él o no. 

Y si no lo estaba haciendo, lo haría tarde o temprano. No se daría por vencida en ello, y menos después de haber estado tanto tiempo juntos, y que él, de momento, no la hubiera intentado matar de verdad.

Era un gran paso para ella, estaba claro. 

Le sonrió con afecto un momento en que él puso su mirada en ella, para observarla. Posteriormente de haberla mirado, retomó a poner su vista al frente. 

Se lo había pasado bien con él, pero en el fondo estaba deseando volver a ver a su amiga para poder estar nuevamente junto a ella. Pasar un rato solas, hablar, acosarla, besarla...

Lo que siempre hacía que echaba de menos, por mucho que la otra lo odiase.

Súbitamente, la expresión de Sasuke se volvió más fría y severa, provocando que frunciera el ceño con molestia. 

Giró su cuello para mirar por su izquierda, desconfiado. 

Al cabo de unos segundos, volvió a poner su mirada en la de cabello corto, quien se encontraba feliz pensando en qué haría al volver.

— Misaki— Le llamó, serio. La nombrada lo miró con confusión, sin saber por qué tenía esa expresión tan horrible—. ¿No hueles eso? 

— ¿Oler el qué?— Preguntó, olfateando su alrededor; Pero no conseguía nada— No...¿Qué pasa, a qué huele?

El azabache se cruzó de brazos, otra vez con sus orbes en la izquierda. 

— Quédate aquí. 

La chica sacudió su cabeza, más que extrañada. No comprendía lo que ahora le estaba pasando. 

¿Había escuchado a alguien? ¿Los estaban persiguiendo? 

— No, déjame ir contigo— Respondió ella, totalmente decidida a hacerlo—. No vayas solo, si crees que pasa algo yo...

— Estamos cerca de la base, será mejor que te quedes aquí o vuelvas— Espetó con gran severidad, contemplándola de la misma manera—. Creo que huele a sangre, no estoy seguro.

El interior de la ojimiel se revolvió al escucharlo, y ni siquiera sabía por qué. Había algo que le sabía mal. 

— ¿Sangre?