3. Eco

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Pov Alice

— ¡Me alegro por ti, Ali! —Exclamó, muy sonriente — Nunca había dudado en que sentías algo por ese Uchiha, aunque una vez sí que tuve dudas de que Obito pudiera quitarle el puesto —Rió— ¡Vosotros dos sois bastante cercanos!

— Supongo... Él es un persona importante para mí —Suspiré, sosegada—. No cambia ese hecho, ni mi objetivo con él tampoco.

— Yo ya te emparejaba con todos...—Espetó aquí ella, encogiéndose de hombros como si nada, sonriente— Aunque conmigo la que más. 

Rodé los ojos y sonreí con malicia, asintiendo sarcástica.

— Ya sé que a ti te hubiese dado igual con quién.

— ¡Mientras fueses feliz, pues claro!— Manifestó, plantándome un beso en la mejilla— Pero como te he dicho, aunque pensé en su momento que podía pasar algo contigo y con Obito...Sabía que algo pasaba entre tú y Madara. Era más que obvio con solo miraros... 

Miré hacia adelante, dejando salir un suspiro. 

Podía ser. No lo sé, siempre me lo negaba y me centraba en otra cosa. No quería saber que sentía nada por él, era por lo último que quería pasar...Mas llegó un momento en que fue demasiado, en que ya no podía ocultarlo. Y fue gracias a ti, Maica, que decidí expresar mis sentimientos y no guardármelos como siempre había hecho.

Después de todo, es lo que he decidido hacer. Es complicado, y voy a ser la de siempre aunque ahora las cosas sean así...Pero no me voy a echar hacia atrás en lo que dije, ya he dicho lo que sentía, y lo sigo haciendo. 

Esta vez...No lo bloquearé.

Después de coger una bocanada de aire, me levanté del colchón y me masajeé un poco el hombro, cansada. 

— A propósito...— Murmuró, dándome golpecitos por debajo de mi camiseta. Me giré a ella, mirándola con una ceja alzada— ¿Entonces es verdad que llevas ese pañuelo por dolor de garganta, o...me escondes algo más, amiga mía? 

Me giré nuevamente, negando con la cabeza y haciéndome la desatendida. 

— No sé de qué me hablas— Respondí.

Intenté sin más agacharme para acariciar a Tomoe pero, de repente, sentí cómo de mi cuello se desenrollaba y se quedaba completamente al descubierto. 

Me quedé con cara de poker, sin saber qué decir. 

Y al instante, escuché un grito proveniente de mi mejor amiga.

— ¡Lo sabía!—Gritaba— Sabía que te lo escondías porque Madara te había hecho algo en el cuello...¡Lo intuía a millas de aquí!— Dijo, intentando calmarse tapándose la boca— Ay...Realmente es como un vampiro. Le encanta el cuello, eh...—Susurró, con completa perversidad— ¡Madre mía, está claro que Madara es...!

De un golpe, le arrebaté lo que tenía entre las manos mientras ella se reía.

— Cállate y devuélveme la bufanda— Hablé, con el ceño fruncido— . Tiene algo con mi cuello ese hombre...

— Cualquiera lo tendría, cariño— Manifestó, haciendo un gruñido de animal— . Aunque te deseo el mejor cuidado que puedas tener entre las sábanas, se le ve rudo— Rió nuevamente, como una tonta. 

Sí...Cuidado. Creo que lo necesitaré. 

Volví a ponerme el pañuelo en el cuello y me puse derecha. Colocándome bien mi chaqueta y mis guantes negros, di unos cuantos pasos. 

Por atrás, escuché a la salmón levantándose de un golpe y llegar a mi lado, todavía con una sonrisa de oreja a oreja. 

Sí que está contenta con este tema, sí...

Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora