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La cueva estaba sumida en la oscuridad, en un silencio en el cual el mínimo sonido, haría que el eco retumbase por todas las paredes. Un sosiego que pronto se vería interrumpido de forma brusca y peligrosa.
Obito paró despacio en cuanto vio a su antecesor con un rostro frío y las manos llenas de sangre, dirigiéndose hacia su propia habitación al tanto que algunas gotas caían por el suelo.
Pero el primero no tardó mucho en asumir qué era lo que había hecho.
— Alice está herida— Pronunció.
A la misma velocidad en la que el de cabello corto dijo esas palabras, Madara dejó de caminar, quedándose de espaldas y quieto en el sitio.
Por eso, el otro vio en seguir su explicación.
— Fue grave, pero en cuanto la vi estaba mejor. Descansaba en su cama— Terminó, esperando ver la reacción de él— ...Hidan le hizo un corte en toda la espalda.
La tensión había aumentado todavía más. Se palpaba en el ambiente, que alguien se estaba tratando de controlar y que la sed de sangre comenzaba a brotar nuevamente.
Se sentía claramente, después de haber pronunciado aquellas peligrosas palabras, en cualquier momento podría tener más sangre en sus manos.
El de la cicatriz en el rostro entrecerró los ojos por la desconfianza que el otro le estaba causando, observando cómo éste mismo giraba el rostro para mirarle.
— ¿Está fuera de peligro?— Fue lo único que preguntó.
Obito asintió.
— Por el asco que estás hecho, me figuro que lo has matado— Afirmó, serio. Comenzó a caminar por la sala, algo suspicaz—. ¿Se lo dirás a ella? Lo que has hecho puede resultar algo complicado y difícil, lo sabes.
— Si pudiera, lo volvería a matar nuevamente— Respondió, con gran hostilidad en su voz al saber que ése mismo había dañado de gravedad a la azabache— . Lo haría sufrir más de lo que ya hice.
El enmascarado dejó algo encima de la mesa, dándole la espalda y leyendo algo pequeño.
A estas alturas, sabía perfectamente que era capaz de eso y más; Aunque su persona estaba completamente conforme de que una molestia como lo era el albino hubiese desaparecido. También pensaba que, después de lo que hizo, estaba mejor enterrado. A él tampoco le había gustado.
Ninguno de los dos se arrepentía en absoluto.
Cuando escuchó cómo los pasos del mayor se alejaban, todavía sin girarse, volvió a hablar con un deje de voz extraño y suspicaz.
Lo miró de soslayo, viendo con frialdad el color carmesí que había salpicado también en su ropa.
— ¿A dónde vas ahora?— Preguntó.
— A por ella.
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Alice suspiró, masajeándose los hombros con delicadeza de no tocar alguna zona afectada.
Era bastante grande, si Maica no le hubiese hecho el ninjutsu médico lo más seguro es que tuviera una cicatriz todavía más presente para siempre.
Pero eso no le preocupaba en lo absoluto. Se sentía algo molesta y todavía con mal humor por lo que él estuvo a punto de hacer, y el daño que le ha causado a su mejor amiga.
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanficCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.