16. Una nueva lista

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...


— ¿Estás durmiendo...?

— Por enésima vez, Misaki...— Respondió Sasuke en un débil susurro— No. 

La susodicha se puso en posición fetal e hinchó sus mofletes, poniendo sus pies en la espalda del Uchiha pequeño. 

No sabía por qué, pero no lograba conciliar en sueño. 

Y eso le pasaba muy pocas veces en la vida, porque ella dormía de maravilla cada día. Pero justamente, esta noche, le era imposible. 

Y eso hacía que se pusiera más hiperactiva de lo habitual. 

— ¿Quieres quitarme tus pies de mi espalda?— Espetó él, girándose meramente para mirarla con molestia.

— Pero eres muy cómodo...Eres la perfecta almohada que necesita mi cabeza. 

— También dormir conmigo, ¿Me equivoco?

— Exagerado...Sólo estamos durmiendo en la misma habitación— Murmuró la salmón con una sonrisita en ella— . Solos, y a oscuras. Pero nada que no hayamos hecho antes.

Sasuke bufó. 

— ¿Por qué me has arrastrado lejos de los demás? 

Maica apoyó su cabeza en el hombro de éste, cerrando los ojos con sosiego y dulzura. El de ojos negros no hacía más que observar lo que ella hacía, sin apartarla de su vista.

— Porque me gusta estar a tu lado— Respondió, sin más.

El azabache se giró completamente a ella, contemplándola con seriedad. Apoyó su mano en su cabeza y la dejó descansando, en una posición tumbada. 

— Pensaba que era una venganza por lo que te hice antes...— Dijo, arrogante.

— ¡Eso también, por supuesto!— Exclamó, con una mueca maliciosa. Le dedicó un guiño y se acercó a él, poco a poco— No te creas que he olvidado lo que me hiciste, eh. 

Él sonrió de medio lado, cínico. 

— Tendré que verlo, entonces. 

De un golpe, la de cabello corto se levantó hasta quedarse incorporada. Sentada como los indios, observó desde arriba a un Sasuke medio tumbado, y que ponía sus ojos en ella con un rostro curioso. 

Estaba muy animada, no podía quedarse quieta y mucho menos dormirse en ese instante. 

El chico atisbó cómo su expresión cambiaba a medida que sus pensamientos variaban, cuando vio que iba a hacer un movimiento para saltar encima de él. 

Se apartó, lo que provocó que ella cayera al suelo. 

— Te odio...— Susurró, con la cara pegada a la superficie.

— Eso dices, cuando ibas a abalanzarte sobre mí.

Maica lo miró con reproche, cuando él tenía esa mirada arrogante y altiva que a veces tenía cuando se salía con la suya. 

Pero ella no se iba a dejar, ella haría que no fuera así. 

Porque se prometió a si misma que ese idiota caería en sus redes, como lo hizo con su mejor amiga. 

Ella era Maica, la que recorría océanos. 

— Sabes, llegará un momento en que me ames tanto que quieras luchar por mí, Sasukecito— Recitó, levantándose y colocándose bien el cabello. Él la miró atentamente—. ¿Tú sabes el universo? ¿Lo extenso y bonito que es? ¡Pues nuestro amor es así de grande!

Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora