Pov Maica
No me lo podía creer, esto era demasiado.
Parecía mentira, era imposible. Me niego a creérmelo.
¡Madara tendrá unas cuantas conversaciones conmigo!
No pienso dejar esto así sin más. Hacerle eso a mi mejor amiga, de esa manera y diciéndole esas palabras...No lo iba a tolerar.
Sobretodo porque era Alice...¿Cómo pudo hacerle eso? ¿A ella, justamente?
Di fuertes zancadas. Éstas demostraban mi indignación, mi total indignación y pesar que sentía al saber que había herido el corazón de mi amada amiga.
De que había enfriado todavía más su personalidad.
Estaba corriendo y estaba cansada, sí. Pero no me importaba. Sólo quería llegar a su base para encontrármelo y hablar con él.
Algo fatigada y notando mi respiración como tal, entré por la cueva de un sopetón y paré en seco con un buen susto en el cuerpo al encontrarme a Obito de frente.
Me examinó con total extrañeza.
— ¿Qué haces tú aquí?
— ¡Quiero ver a Madara!— Dictaminé.
Como si sólo por eso supiera a qué había venido, negó con la cabeza.
— Te aconsejo que no, acaba de venir de una matanza y está de muy mal humor— Contestó.
Hice un puchero.
— ¡Me da iguaaaal!— Grité, dejándolo de lado— ¡No me voy de iré de aquí nuncaaaaa!
El enmascarado bufó, dando unos pasos para marcharse a vete saber tú dónde.
— Yo te he avisado...Si mueres no es mi culpa. Iré al funeral.
No me iba a ir de aquí hasta que no lo viera y me enterase de algunas cosas. Mis pies estarían clavados con pegamento o cemento llegados hasta ese momento.
Casi ni me enteré de que Tobi se había ido, ya que yo seguía esperando ahí al ancestro de los Uchiha. Estaba concentrada en eso y nada más.
No sé qué dijo de un funeral.
Saqué aire por la nariz como un toro al verlo aparecer por una puerta.
Obito no mentía...Su expresión daba mucho miedo.
— ¿Y tú de dónde has salido?— Espetó, frunciendo el ceño.
— Necesito hablar contigo.
— ¿Tú? ¿Conmigo?
Asentí vehemente.
Con los brazos cruzados y ese rostro impasible y oscuro, se acercó un poco para escucharme hablar.
— Pues habla— Articuló.
Hice una mueca, llegando hasta él con cara de enfado en mi rostro.
Sé que cuando estoy enfadada no se me puede tomar en serio porque parezco una niña pequeña, pero realmente estaba dolida.
— ¿Por qué le has hecho eso a Ali?— Pregunté, totalmente apenada. Él ni se inmutó— ¡Dime que no es verdad!
Sin expresión alguna, y casi como si no le importara nada lo que hablaba alzó una ceja.
— Es verdad.
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanfictionCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.