Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |

19. Encuentro entre dos partes

Pov Alice

La lluvia no hacía más que empaparnos, con una vista al cielo oscuro y nublado, y aquella melancólica ciudad que se cernía a nuestros ojos.

Llegábamos, y todos lo sentíamos así.

Los de la hoja estaban en total tensión y precaución, sobretodo, el albino que se mantenía a mi costado.

El rubio estaba más que impaciente por ver lo que ocurría; Sabía que estas cosas no eran su fuerte, y que aún más, cuando se encontrase cara a cara con Nagato...

Quién sabe cómo iría.

Aunque claro estaba, que yo tenía confianza en los dos Uzumakis.

— Ali— Me murmuró Leo, serio. Puse mi vista hacia atrás, observándolo—. ¿Está todo bien?

Asentí, apacible.

— No te preocupes, tengo además una sorpresa preparada.

Con aquella interrogación como expresión en su rostro, seguí a mi ritmo.

Tenía la sensación de que a cada momento era vigilada, y probablemente fuese así.

Si esos clones de Zetsu me habían encontrado, estaba segura que podría toparme a otros de nuevo.

Pero estaba preparada.

Después de caminar un poco más, no paré de mirar a mi alrededor en busca de alguien. Ya habíamos entrado a la aldea por un callejón secreto, uno que hacía tiempo me dijo Nagato en cuanto hablé con él. 

Y ahí, nos esperaba alguien. 

Naruto gritó señalando a la persona, con los ojos como platos.

— ¿¡Ero-sennin!?

El nombrado se giró hacia nosotros una vez escuchó a su alumno, sonriendo de oreja a oreja y saludándonos como si nada. 

El rubio corrió hacia él.

— ¡Hola!

— ¿¡Qué haces aquí?!— Siguió, todavía más que sorprendido. 

— Yuki me ha llamado— Contestó, riéndose mientras se rascaba la nuca— . Me dijo que viniera. 

Kakashi me miró interrogativo, a lo que yo me encogí de hombros. 

— Así que ésta era la sorpresa de la que hablabas, eh...— Murmuró mi hermano, a mi lado. Asentí con indiscreción, caminando.

— No nos dijiste que habías llamado a Jiraiya-sama— Habló el albino, acercándose a los otros dos restantes. 

— Quería ver la cara de sorpresa que ponía Naruto— Admití. 

Éste me miró asintiendo. Posteriormente, dejó salir una pequeña sonrisita y me indicó que siguiéramos. 

Ojeé a mi izquierda, observando a mi hermano con tirria; Me guiñó un ojo. 

Y yo le saqué la lengua. 

— ¡Oh...!— Espetó el albino de cabello largo, mirándonos con una sonrisa— ¿Qué haces tú aquí también, Yukine?

— Bueno...Noticia de última hora— Dijo, agarrándome de la cabeza para apoyarla en la suya. Al ser un bruto, gruñí insultándole—. Somos hermanos. 

Jiraiya estalló en risas.

— ¡Mira por dónde!

— ¿Ya lo sabías?— Preguntó un jinchuriki muy confundido. Su maestro negó.