Pov Alice
— ¡Ni hablar! ¡Las cosas no son así!—Exclamé.
— Sí que lo son, sobretodo en un momento así.
— ¡Qué no!
Él hizo una mueca de molestia, cruzándose de brazos.
— ¡Qué te digo que sí!
— ¡Y yo que no, maldita sea!—Gruñí, bufando y girándome a mirarlo con los ojos entrecerrados— ¡No podemos hacer eso!
— ¡Es la mejor forma!— Respondió, igualmente serio y desafiante.
— ¡No, no lo es!— Espeté, impasible— Si hacemos eso quién sabe si las cosas se pondrán peor.
— Así saben con quién no jugar y quién lleva la delantera. Es una simple táctica para bajarles la moral.
— Madara...— Musité, molesta.
— Yuki...— Dijo, de la misma manera.
Cogí aire y me crucé de brazos, sin deshacerme de mis ideas, al igual que él lo estaba haciendo.
Giramos nuestros rostros al mismo son cuando escuchamos a alguien aparecer por la sala, observando a la persona con un rostro entre persuasivo y totalmente desinteresado.
Pero simplemente me mantenía en el sitio, con los ojos puestos en él.
— ¿Podéis dejar de discutir de una vez?— Expresó con cansancio— Hasta los malos necesitan dormir.
— Es él— Señalé al de cabello largo, malhumorada. Noté precisamente como la mirada del recién nombrado se intensificó en mí, pero la ignoré—. A mí no me eches la culpa, Obito.
— ¿Yo?—Ironizó Madara, haciéndose el arrogante y subiendo el mentón para, después, mirar a su pariente— Díselo a ella, a ver si a ti te hace caso.
Obito dejó de masajearse el cabello y navegó por las dos y tan similares miradas que se posaban sobre él, dejando salir después un suspiro entrecortado.
Se quedó en el sitio, memorizando y, seguramente, llamándose tonto al creer que nosotros dos habíamos dejado de discutir por un tiempo.
— ¿Qué pasa? —Preguntó, al fin.
— Madara, que quiere hacerse cargo de los Kages para asegurarnos de que no nos apuñalan por la espalda de una forma algo...Retorcida— Enfaticé, ojeando a mi uchiha de manera afilada.
Pero él sólo pareció tomárselo a broma, y con una simple ojeada, se mofó de mí.
Le saqué el dedo índice, apática.
— Pueden traicionarnos en cualquier momento— Habló el azabache grande, severo y retador—. Ellos miran por su propio beneficio. Son egoístas, y no saben si vosotras dos estáis diciendo la verdad ya que seguramente sólo os vean como unas criminales que trabajan para personas que han querido destruirlo todo—Explicó—. No me fío de ninguno de ellos.
— ¡Pero eso no significa que tengamos que hacer lo que has dicho!—Di voces, obviando.
— ¿¡Pues entonces qué sugieres!?
— Yo sugiero que bajéis la voz...— Murmuró el de cabello corto, agotado por el ruido de escuchar tanta discusión.
— ¡Si no quieren morir, acabarán haciéndolo!—Declaré, a la espera de que ya entrásemos en razón y viese la luz milagrosa para que no le estrellase una silla en esa cara que tenía— Es por su propio bien también, no lo hacemos sólo por nosotras. Vale que sean egoístas, pero no serán tan idiotas de hacer lo contrario si quieren seguir con vida. Fui clara y concisa; Tenían que hacerme caso para que sus cabezas siguieran en su cuerpo.
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanficCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.