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Maica suspiró con alivio, sintiendo cómo ya su interior comenzaba a tranquilizarse.
Ya había acabado. Los Kages estaban con ellas, no tenían por qué preocuparse de más sobre ese tema.
Y se sentía más que bien al saber que tenían más apoyo; Pensaba que después de un tiempo tan triste y extraño como el que habían tenido, sólo podía ir cuesta arriba.
Pensar que las cosas irían a mejorar a partir de ahora.
Quizá estaba equivocada.
— ¿Y ahora qué?— Preguntó Kakashi, sonriendo a la azabache— Lo habéis conseguido.
La ojiverde asintió con una débil sonrisa de conformidad, estirando sus brazos al aire.
— Sí...Eso parece. Pero no habría sido así si no fuera por vosotros— Dijo, guiñándole un ojo— . Gracias por todo.
— Estoy para cualquier cosa, ya lo sabes.
Al sentir un brazo rodearla por los hombros rotó su cuello, observando cómo su hermano se había colocado a su lado.
Le sonrió de medio lado, algo arrogante y satírico. Acercó su cabeza a la de ella y le pegó un pequeño cabezazo.
— Obviamente, hermanita— Mencionó. Ella lo miró con una sonrisa medianamente vengativa— . Somos imparables, todos juntos. Que no te quepa duda de que ayudaremos en lo que sea. Y...Que mataré a quien te haga daño—Murmuró.
— Pues creo que llegas un poco tarde, amiguito...— Espetó la salmón.
— ¿A qué te refieres?— Preguntó, con el ceño fruncido.
Maica pidió perdón con la mirada cuando Alice la miró con mala cara, para después bufar ésta misma.
— Bueno, tengo que contarte varias cosas...
Corriendo, la de cabello corto se colocó detrás del azabache con una mueca divertida y pervertida en su rostro.
Y la de hielo no hizo más que maldecirlo todo.
— Lo primero que tienes que saber, Leo...— Susurró Maica cerca de él. El chico prestó atención total— Es que está saliendo con el gran y temible Uchiha Madara.
Los segundos, y hasta los minutos pasaron muy, muy lentamente.
Yukine se había quedado estático, sin ninguna expresión en su cara y sin pronunciar ni una sola palabra. Era como si el tiempo se hubiera quedado estático.
Y fue en ese momento cuando Maica temió por todo lo alto habérselo dicho. Y Ali estaba rezando para que no se volviera loco.
La salmón sabía que había hecho mal, con sólo ver cómo la expresión del de ojos azules variaba de un momento a otro.
Hasta que el tiempo volvió a reanudarse.
— ¿¡Que tú qué!?— Gritó, asustando a todos los demás.
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— ¡Perfecto, Maica!— Exclamó la de cabello largo, señalando a su hermano— Has tenido que decirlo, te aplaudo.
— ¡Lo siento, pensaba que reaccionaría mejor!— Se excusó, haciendo que lloraba para que dejase de gritarle. Alice la miró con ironía— ¡Perdóname, perdóname! ¿Quieres que te bese para que me perdones!
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanfictionCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.