60. Punto y aparte

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...



Maica seguía corriendo. Aunque le faltara el aliento, ella no cesaba. 

Tenía que ir al lado de ellos y acabar con ese problema cuanto antes. No quería dejar a Alice y a Leo solos por mucho tiempo. 

— Ay dios mío, que me ahogo...

Cogió aire lo más que pudo, e hizo carrerilla al ver a dos personas juntas y a la espera. 

No obstante, si bien un cierto grupo de ninjas estaban aguardando esa área por si llegaban los enemigos, había cierta persona que estaba frente a ellos. 

— ¡Nagato, Konan!—Gritó. Al escuchar la voz femenina, los dos nombraros se giraron hacia sus espaldas, viendo a una chica de cabello corto corriendo hacia ellos— ¡Al fin os encuentro! 

De una sentada, llegó al lado de los adultos. Respiró varias veces para que su aliento volviera a regularse, subiendo la mirada para observar quién era el problemático. 

No pudo sorprenderse más, porque sus facciones no le dejaban.

— ¡¿Kiba?!

El Inuzuka señaló a la ojimiel, igual de sorprendido que ella.

— ¡¿Misaki?! 

— ¿Lo conoces, Misaki...?— Preguntó la pelilila. Ésta estaba algo irritada ya de que el chico del clan de los lobos los obstaculizara. 

— Eh, sí...— Rió con nerviosismo— Algo así— Cogió aire y, suspirando después, se acercó al moreno con determinación a pesar de la expresión de éste—. ¿Por qué no los dejas ir donde quieren, que por cierto es...?—Se giró a mirar al pelirrojo, esperando una respuesta.

— En otro frente están varios kages, queremos ir a la zona arenosa— Contestó.

— Eso, sí— Asintió Mai, volviendo a poner su vista en el otro—. ¿¡Por qué no les dejas!? ¡Somos aliados!

— ¡Él atacó Konoha!

— ¡Pero después los revivió a todos!

El de la chaqueta de cuero hizo una mueca, gruñendo entre medio. 

Intentando calmar el ambiente, la salmón sonrió con calma y ternura. Miró detrás de él, viendo la pila de cuerpos de diversas plantas que habían desperdigadas por ahí. 

Sabía que iba a pasar algo así, pero menos mal que iba a ser este chico y no otro, pensó. 

— Escúchame...Sé que es difícil de aceptar por ellos, pero somos todos compañeros ahora, Kiba— Dijo.

— Pero... 

— Si no los dejas pasar, no estarás acatando el reglamento que el Kazekage implantó— Habló una voz detrás de ellos. 

Y el asombro, una vez más, en el rostro de la chica, no hizo más que aumentar. 

Tragó en seco, algo cohibida de ver a tantas personas de Konoha en un mismo lugar; No pensaba que tan pronto, los iba a conocer.

— Neji...

El susodicho la miró meramente, con un gesto tranquilo. 

Sin más, Nagato se cruzó de brazos en una pose de autoridad y cansancio. Algo que apremió a Maica para arreglar las cosas.

— Kiba, la gente está muriendo y ellos quieren ayudar— Comentó el hyuuga—. Créeme cuando te digo que el resentimiento no te hace bien alguno.  

Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora