...
— ¡Despierta dormilona!— Exclamó una voz femenina.
Con un pequeño gruñido, la azabache se giró de mal humor a mirar a su amiga. La otra sonrió de oreja a oreja, zarandeándola.
Le tiró de la sábana, para dejarla semi desnuda.
— ¿Quieres parar, Mai?— Murmuró en un bufido.
— ¡No!
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan inquieta desde tan pronto?— Preguntó. Colocó uno de sus brazos en el colchón, apoyándose así para incorporarse mientras la observaba.
— Hoy es el día...— Sonrió.
— ¿El día de qué?— Extrañada, notó cómo ella dio un pequeño saltito de alegría.
— ¿Te acuerdas de que Sui y yo queríamos hacer una fiesta?— Ali asintió, muy, pero muy lentamente— ¡Pues será hoy!
— ¿Qué? No.
— ¡Sí!
Con mala cara, la ojiazul se levantó de la cama para cambiarse la ropa. Aunque, todavía, sentía la mirada incesante de su amiga por aceptar.
— Maica, no es momento para fiestas— Expresó, colocándose el kimono. La miró—. Hay muchas cosas por hacer y otras importantes que están por venir.
— Lo sé, precisamente por eso— Dijo, acercándose a ella—. ¡Necesitamos aunque sea un pequeño descanso de todo! ¡Nos lo merecemos! Además, sólo es un día...Mañana ya podemos seguir con todo eso de salvar el mundo. ¡Un sólo día de diversión, hace falta desahogarnos!
La de hielo, tras un suspiro, se quedó observando un punto fijo de forma abstraída.
Mientras la de fuego, esperaba con todas sus fuerzas que después de que acabase de hablar consigo misma como una loca, le dijera que sí y la dejase.
— Bueno...Vale.
Maica abrió la boca, y esbozó una gran sonrisa a punto de ponerse incluso a chillar.
— ¡SIIIIIIIII!— Gritó, corriendo de un lado a otro con los brazos en alto como un pavo real— ¡Ésto va a ser lo mejor!— La señaló, riendo como una desquiciada— ¡Lo verás!
— Ya me estoy arrepintiendo...
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Alice se crujió los nudillos, agarró después el vaso de leche que tenía al lado y cerró con tranquilidad, pegándole un trago.
Mientras tanto, escuchaba los gritos de Maica y Suigetsu por todo el recinto.
Abrió los párpados lentamente, concienciándose en lo que acababa de hacer y en el lío en el que se había metido con un rostro inexpresivo.
— ¿Me quieres decir por qué Misaki está corriendo de un lado a otro? Parece que esté loca.
— No lo parece, lo es—Respondió.
— No me digas que...— Murmuró Deidara, acercándose a ella. Puso cara de horror al momento, de sólo imaginarlo— ¿Has dicho que sí a la fiesta?
La azabache lo miró directamente a los ojos, como si hubiera sido el mayor error de su vida.
— Sí.
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanfictionCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.