37. Onírico

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Pov Alice


— Bien...— Murmuré. Cerré un poco mis párpados, apática— ¿De qué sueño hablas? Hay muchos. 

Me había hecho pasar por tantos sueños extraños y oscuros, que ya había perdido la cuenta. Incluso una vez me indujo a uno sólo para hablar. 

— Puede haber sólo uno que te llame más la atención. 

Fruncí el ceño. 

— ¿Cuál?

Alzó la mirada y al darme cuenta que estaba más cerca mío de la cuenta, quise apartarlo. Pero no se movió. 

Tenía cosas que hacer y no tenía el día para aguantar nada a nadie, así que esperaba que hablase rápido. 

Sacudí un poco mi cabeza y agudicé mi mirada; Se me estaba formando una imagen que quizá no quería que apareciera en ese momento. 

No podía ser. 

— Pensaba que lo había soñado yo misma y que no tuviste nada que ver...— Expresé, severa— Creí que fue un producto de mi mente. 

Se quitó la máscara, dejándosela en la mano. Me contempló sin decir nada y torció un poco su cuello. 

Ahora estaba más desorientada y mi expresión más tosca.

— ¿Cómo lo sabes?— Pregunté, confundida— ¿Me oíste decírselo a Misaki? 

Recuerdo que me levanté algo aturdida en cuanto soñé eso. 

Había soñado muchas veces con él, todas provocadas por su poder. Pero el soñar que me besaba era algo que me dejó algo pensativa a la mañana siguiente. 

Sobretodo porque parecía real. Lo sentí real. 

— No...No escuché nada. Lo sé por una simple razón;— Musitó— Porque lo hice. 

Abrí un poco mis ojos, creyendo que había escuchado mal.

— Eh...¿Qué? 

— No fue un sueño— Contestó. Su voz era natural y seria, como si no fuera un gran problema. Lo decía con mucha facilidad—. Lo hice de verdad. Te besé. 

Mi mente se quedó procesándolo por un minuto, ya que la sala se quedó sumergida en un silencio tenso. 

Hasta que entrecerré mis ojos con seriedad poco después. 

— ¿Me besaste cuando me dormí al dejarme en mi cama? 

— Sí. 

Y lo dice así. De esa forma y con esa expresión que no deja de ser una de seriedad total.

Está bien.

— ¿Por qué?— Inquirí, confundida pero severa. Moví un poco mis brazos, y me aproximé más a él— ¿Por qué narices lo hiciste? Dime. 

— ¿Quieres saber la verdad?— Susurró, acercando su rostro al mío. No iba a dejar que hiciera nada, pero no me moví para mantenerme serena. Sentí su respiración— Porque quería probar una cosa. 

Enserié la mirada. 

— ¿Y ahora me lo dices porque...?

Sonrió de medio lado y se distanció un poco, pero aún seguía cerca y frente de mí. Lo ojeé con cautela, esperando su respuesta.

— Quería que lo supieras, nada más— Dijo. 

Cogí aire, y suspiré de brazos cruzados. 

Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora