Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |

62. Tempestad

Cuando veáis este símbolo # le dais play a la música :)

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Alice estiró sus brazos, bostezando al despertarse por los ligeros rayos de sol. 

Miró a su lado para acostumbrarse a la luz, observando a su hermano durmiendo a su costado. Su rostro estaba inusualmente relajado. 

Sonrió de forma leve, acariciándole el cabello por consiguiente; Siempre había pensado que cuando dormía, parecía un ángel. 

— Buenos días — Escuchó decir en la misma sala. Rotó su cuello y atisbó a Itachi levantándose de su colchón —. ¿Has dormido bien? 

— No mucho, sinceramente... — Suspiró como contestación.

El Uchiha cerró los ojos, comprendiendo a lo que se refería. 

El estar en medio de una guerra de tal calibre no daba lugar a la tranquilidad en ningún aspecto. 

En silencio, la azabache se reincorporó. Colocándose su añorada y tan acostumbrada capa de Akatsuki, agarró la katana que había mantenido debajo de su almohada toda la noche. 

Acarició a Tomoe —éste había dormido en medio de Leo y ella —, y posteriormente de coger un cojín, se lo tiró a su hermano a la cara.

— Levántate. 

— Ugh... — Gruñó — Cinco minutos más.

— ¿Te acuerdas de que estamos en medio de una batalla? — Musitó ella de brazos cruzados, mirándolo. El de cabello largo recogido en una coleta se paró al lado — No podemos esperar.

Reincorporándose con el cabello desordenado y una mueca somnolienta, examinó con los ojos entrecerrados a la de hielo.

— Joder.

— Voy a buscar a Misaki, ahora vuelvo — Afirmó la de la trenza saliendo por la tienda. El de acero frunció el ceño ante el repentino sol en su cara  —. ¡Despiértate de una vez!

— ¡Estoy despierto! — Exclamó.  

Alice, sacándole la lengua como respuesta, cerró la cortina. 

Suspiró al sentir el aire libre entrando por sus pulmones, pero por más que lo intentaba, no era lo de siempre; Un viento puro y apacible. Todo lo contrario.

El hedor y la sensación era de sangre y muerte.

— Acostúmbrate... — Musitó Itachi, caminando en la misma dirección que ella — Esto es la guerra, por desgracia es a lo que tenemos que atenernos. 

— Lo sé.

Sólo había una cosa buena de esa guerra. 

Que todo Akatsuki estaba junto a ellas. Estaban luchando como compañeros para ayudar a los demás y a la raza humana, algo que no hubieran pensado hacer jamás. 

Hasta que aparecieron esas chicas. 

El Uchiha y la del zorro llegaron hasta pararse frente a la lona de los antiguos mencionados. El hombre, moviéndola lentamente, la dejó entreabierta y sin entrar. Sólo para avisarles y marcharse del mismo modo. 

Cuando se quedó petrificado. 

La ojiazul alzó una ceja ante el poco movimiento que su compañero hacía, por lo que decidió asomarse también para verlo con sus propios ojos.